EL ESCÉPTICO DIGITAL
Edición 2010 - Número 9 (235) - 14 de febrero de 2010
Javier Armentia Fructuoso
(Artículo publicado originalmente en la bitácora Por la boca muere el Pez)
Un tema recurrente en esa religiosidad azarosa y credulona que nos invade: la responsabilidad divina (del dios o dioses que se elija) en los sucesos terrestres. Queda bien pensar que es "graciasadiós" que las cosas salen bien, el día es luminoso o a la niña del bloque de al lado se le curó la leucemia porque le pusieron una estampita de tal santo. Las desgracias, los desastres, son sin embargo, cosa de los hombres o de los males que genera el hombre... o, ya cuando son impepinablemente independientes de la maldad humana, eso que en inglés se conoce como, en plan traducido, "actosdediós" (un ciclón, un terremoto, un tsunami, Belén Esteban...), se invoca a posibles pruebas que nos hace el dios, un poco à la Job... Vamos, que entran parte del propio plan divino, aunque a nosotros nos parezcan terriblemente injustas para quienes las sufren.
No todos: hay un tipo de hijodeputa muy específico, capaz de vivir de la credulidad de la gente, con engaños, trucos, corrupción, con televisión incluida... (ninguna alusión a Esperanza, ¡por favor!) que en los EEUU prolifera desde hace años. Uno de ellos, de los más famosos (y más pillados en renuncio, aunque ello no le impida seguir viviendo del cuento) ha dado un paso más en el tema de la divina intervención en los desastres naturales. Se trata de Pat Robertson, del que incluso la templada wikipedia cuenta de lo más granado (Pat Robertson controversies).
Según leo en Pharyngula (y veo que Luis Alfonso Gámez se hace eco también en Magonia) Pat Robertson dice que la culpa de la devastación del terremoto de Haití es un pacto con el diablo que hicieron los haitianos para liberarse de los franceses. Y así les va... Toma ya. Sodoma, Gomorra y Puerto Príncipe.
No es el único hijodeputa que hace algo así, es decir, que públicamente diga que la causa de los desastres naturales es precisamente el pecado original. Hay exégetas bíblicos (cuanto más integristas, mejor) que, aunque aseguran que de la misma forma que no alabamos siempre a Dios porque haga buen tiempo tampoco tenemos que maldecirle por permitir un terremoto, afirman que nuestro mundo refleja ese dolor por el pacto del pecado que marca a la humanidad desde Adán y Eva. Leo por ejemplo en gotquestions.org:
"In much the same way that God allows evil people to commit evil acts, God allows the earth to reflect the consequences sin has had on creation. Romans 8:19-21 tells us, “The creation waits in eager expectation for the sons of God to be revealed. For the creation was subjected to frustration, not by its own choice, but by the will of the one who subjected it, in hope that the creation itself will be liberated from its bondage to decay and brought into the glorious freedom of the children of God.” The fall of humanity into sin had effects on everything, including the world we inhabit. Everything in creation is subject to “frustration” and “decay.” Sin is the ultimate cause of natural disasters just as it is the cause of death, disease, and suffering".
En bibleinfo.com:
"Why is nature going wild and destructive?
When Adam and Eve sinned it brought a natural consequence to the earth. "And unto Adam He [God] said, "Because thou hast hearkened unto the voice of thy wife, and hast eaten of the tree of which I commanded thee, saying, `Thou shalt not eat of it,' cursed is the ground for thy sake; in sorrow shalt thou eat of it all the days of thy life (Gen. 3:17). The descendants of Adam became so violent and corrupt that God allowed the world to be destroyed by a global flood (Genesis 6:5,11). The fountains of the deep were broken up (Genesis 7:11). There was great volcanic activity. The layers of the earth's crust were formed and nature was turned out of its God-given course. The stage was set for earthquakes, and killer storms. The natural world is nearing the final consequence of the choice of our first parents, but God is in the business of rescuing, helping, healing. He holds out salvation and everlasting life to all who will receive Him".
Luego pasa a explicar el trabajo de Satanás contra Dios ("The chaos in this world is caused by the fact that Satan is fighting to hold on to his claim to be the god of this world"), aunque luego, como suele ser habitual, se lía en eso tan complicado de explicar cómo un omnipotente, perfecto, omnisciente y buenérrimo creador de barba blanca permite que un angel portador de la luz se le ponga chuleta y malvado, en una guerra en la que entre tanto quienes sufren son los adorados humanos, especialmente los más desvalidos y los más pobres. Pero les dejo el enlace para que descubran cómo lo solucionan. Por si les gusta engañarse con esas cosas-fresita del amor universal y tal y tal.
Personalmente, cualquier divinidad a la que se le adjudique el control del mundo natural en la mínima forma posible, o el poder para controlarlo, será siempre responsable de lo milagroso, de lo bueno, de lo malo y de las catástrofes. Y si a ese ser controlador o creador se le adjudica además poder y bondad, la cosa se hunde irremediablemente. Claro que la perspectiva de un dios que echó a andar esto y luego se le fue de las manos, de manera que sólo lo va a arreglar para cada uno cuando muramos, tampoco parece que mejora mucho. De hecho, nunca ha mejorado nada, realmente, algo así. En apologeticpress.org Bert Thompson explica:
"The natural laws that God created allow man to produce fire. But the same laws that enable him to cook his food also allow him to destroy entire forests. Laws that make it possible to have things constructive to human life also introduce the possibility that things destructive to human life may occur. How can it be otherwise? A car is matter in motion, and takes us where we wish to go. But if someone steps in front of that car, the same natural laws that operate to our benefit will operate in a similar fashion to our detriment".
Ah, y este genio de la apologética explica, por otro lado, que no sería tampoco conveniente que Dios actuara selectivamente en las fuerzas de la naturaleza para evitar las catástrofes. Para esta genial idea, cita a Bruce Reichenbach:
"Thus, in a world which operates according to divine miraculous intervention, there would be no necessary relation between phenomena, and in particular between cause and effect. In some instances one event would follow from a certain set of conditions, another time a different event, and so on, such that ultimately an uncountable variety of events would follow a given set of conditions. There would be no regularity of consequence, no natural production of effects.... Hence, we could not know or even suppose what course of action to take to accomplish a certain rationally conceived goal. Thus, we could neither propose action nor act ourselves".
En cualquier caso, y dejando de lado a los hijosdeputa de siempre, lo terrible de la catástrofe es lo que produce: cientos de miles de muertos, en el país más pobre de América, a poco más de un centenar de km del paraíso... Son putadas contra las que luchar, en lo que se pueda. Hace falta voluntad y dinero: por supuesto ahora la ayuda humanitaria, pero algo a más largo plazo y de caracter más global, como ese mínimo de los acuerdos del Milenio tan olvidado ya, no estaría nada mal.
Añadido por la noche del mismo día.
Cuando acababa de mandar la historia escuché en la SER a un obispo homófobo recién contratado decir que un mal mayor que lo de Haití era la pobreza espiritual. Cabe pensar que cuando un hijodeputa dice cosas así no está pensando en lo suyo, es decir, esa pobreza y asquerosa deshonestidad que le permite vestirse con ropas que cuestan miles de euros, en representación de una iglesia opulenta y fascistona, negando los derechos y el pan y la sal a quienes no son igual de intransigentes que ellos mientras pontifica sobre las miserias de la humanidad. En un país normal, a este sujeto le habrían caído ya las primeras denuncias, pero claro, si ni siquiera se actúa de oficio contra el instigador de maltratadores que es también, qué cosas, obispo, este en Granada. Lo único que me consuela es que si siguen así, lo mismo es cierto que el anticlericalismo se extienda por la sociedad. Lo cual sería justo y necesario, porque está claro que el clericalismo de estos tíos es completamente antisocial. Y delictivo.