Edición 2012 - Número 259
Daniel Galarza Santiago
(Artículo publicado originalmente en la bitácora El escéptico de Jalisco).
Tal vez no exista en este mundo una pseudoterapia mas atacada, y (por desgracia) más usada en el mercado, que la homeopatía. La industria homeopática ha crecido de forma impresionante. Ya son famosos los casos en que universidades de prestigio, aun contra su responsabilidad académica de fomentar el conocimiento científico y el pensamiento crítico, ofrecen cátedras en homeopatía y terapias “naturales” (una cantidad tristemente célebre de universidades, que hoy día conforma gran parte de la lista de la vergüenza en crecimiento); así como también, casos de gobiernos que apoyan económicamente los laboratorios homeopáticos.
Menos célebres entre el público, pero siempre dando la batalla, son los casos de campañas para desenmascarar esta pseudociencia como un mero timo. Ahí tenemos a James Randi junto a la Skeptic’s Society, Quackwatch y al Consejo Nacional contra Fraudes en la Salud combatiéndola en los Estados Unidos; a la campaña mundial (que por cierto, este año parece no haberse celebrado) 10:23, suicidio homeopático, en la que se ha mostrado la inutilidad de los chochitos azucarados; la labor tanto de científicos, como en los casos de los sitios, la Medicina Basada en la Ciencia, el monográfico escrito de Miguel Ángel Sabadell, ¿Es efectiva la Homeopatía? O el libro La Homeopatía ¡Vaya Timo!; como también de ciudadanos preocupados por la problemática social llamada pseudociencia. Ejemplos de esto bien podría ser la serie transmitida desde España, Escépticos o los esfuerzos de divulgación de ARP-SAPC con su boletín “El Escéptico Digital”; o los esfuerzos de múltiples blogs como el Popurrí Escéptico, el Retorno de los Charlatanes, Sobrenatural.net, Papá Escéptico, la Asociación Escéptica de Chile, el Médico Escéptico, el Círculo Escéptico, Amazings, Alerta Pseudociencia, o incluso este humilde espacio.
Todos y cada uno hacen sus mejores esfuerzos por difundir el pensamiento crítico y la denuncia de la charlatanería, pero a la vez no hay un solo detractor de la pseudociencia que no piense que hasta los magufos merecen un espacio donde expresarse.
Así, ignorando por completo la lucha contra la irracionalidad, los sitios magufos abundan por internet. Los portales de medicinas alternativas florecen tanto como los portales de creacionistas y fanáticos de los ovnis.
Sin embargo, son pocos los sitios magufos que intentan establecer un diálogo con sus escépticos o “mejor aun” que intenten hacer una refutación sincera sobre sus detractores.
Navegando por uno de estos sitios, el ABC Homeopatía, encontré tres artículos que el equipo de colaboradores de dicha página realizó para los escépticos que entraran al sitio. Personalmente creo que estas personas son sinceras en mostrar sus preocupaciones y reclamos ante aquellos que atacan sus creencias; sin embargo, la razón por la que les platico sobre esto, es porque trataré de demostrar que los argumentos de los magufos de ABC Homeopatía son inválidos, falsos e irrelevantes. Una defensa débil de una pseudociencia poderosa, económica e ideológicamente hablando, que no muestra una sola pizca de evidencia ni validez lógica a la supuesta “medicina” que defienden.
Los artículos que refutaré serán Homeopatía y sus detractores, y ¿Qué se esconde tras los ataques a la homeopatía? Elegí estos artículos porque son los principales que se supone buscan dar respuesta a las denuncias de detractores acusando a la homeopatía de pseudociencia. Así que comencemos y veamos que hay detrás de esto.
Homeopatía y sus Detractores
Luego de un párrafo introductorio sin mucho fondo argumentativo, los autores del artículo se preguntan primero sobre qué piensan los defensores de la homeopatía de aquellos que la atacan de forma militante. Esta es su respuesta:
“…qué pena que no tengan algo positivo y productivo a lo que dedicar su vida y que, más allá de la opinión que tengan, tan válida cómo cualquier otra, dediquen tanto tiempo de su existencia a atacar e intentar desprestigiar una terapia que ha curado y cura a millones de personas en este planeta, que está integrada en los sistemas sanitarios de varios países y cuyos medicamentos se venden en farmacias.”
En tan solo un párrafo, ya es posible encontrar juicios de opinión y argumentos retóricos (no lógicos). La primera replica que se me ocurre es ¿no es acaso positivo y productivo el tratar de mostrar al público la importancia de pensar de forma crítica, siempre exigiendo evidencias de aquellas cosas que se nos venden casi como curas milagrosas? Esta pregunta queda para aquellos autores del ya mencionado artículo. Cuando se hacen críticas y se acusa a una práctica de pseudociencia, los detractores esperan argumentos y evidencias que demuestren que los argumentos y evidencias que los primeros presentan sean falsos o irrelevantes.
Sin embargo, encontrarse con juicios de valor del estilo “…qué pena que no tengan algo positivo a lo que dedicar su vida…” no demuestra que los detractores se equivocan sino todo lo contrario. Con esto parece señalarse que aquellos que acusan a la homeopatía de pseudociencia tienen razón, pero que son unos nerds criticones que no tienen nada mejor que hacer.
La segunda réplica a este párrafo es lo que me gusta llamar apelación a la anécdota junto con un poco de apelación a la autoridad. Según ellos, los malvados escépticos con su opinión, tan válida como la de cualquier otro, dedican demasiado tiempo a atacar una “terapia que ha curado y cura a millones de personas en este planeta, que está integrada en los sistemas sanitarios de varios países y cuyos medicamentos se venden en farmacia.” ¿Existen pruebas que demuestren que la homeopatía haya curado o cure hoy día a alguien? Asegurar este tipo de cosas sin antes demostrar su veracidad dentro de un argumento o una réplica se le llama petición de principio, y sí, como se imaginarán es una falacia lógica.
Hasta el día de hoy, no existe estudio que demuestre que la homeopatía cura mas allá de lo que “cura” el efecto placebo. Los experimentos son variados, y una y otra vez arrojan datos en contra de la homeopatía (eso sí, según los homeópatas, esto es un complot de la malvada industria farmacéutica en contra de la humilde labor de los chochitos con azúcar y alcohol). Tal vez el más citado hasta el cansancio sea el meta análisis publicado por The Lancet en 2005, que deja pocas dudas sobre la ineficacia de los chochitos como cura.
Por último, asegura que gobiernos e industrias farmacéuticas (irónico) venden sus chochitos, ¿por tanto? ¿Funciona la homeopatía? Así sea utilizada por el Papa o por el presidente de Estados Unidos, apelar a su utilización por parte de “autoridades” no demuestra que sea verdadera, efectiva o válida. Para demostrar tal cosa, debe otorgar pruebas, no afirmar sin sustento que algo funciona porque “a mi tía le funcionó” o por que el gobierno que de por si le quita presupuesto a la investigación científica, considera a la pseudociencia parte de su sistema sanitario.
El siguiente párrafo del artículo es, a mi consideración, bastante cómico, en el que pensé: “cualquier parecido con las afirmaciones de un fundamentalista religioso sin fundamentos es pura coincidencia”. El párrafo dice lo siguiente:
“…pensamos que, en lo que se refiere a cómo actúa la homeopatía en el organismo, con la ciencia y la tecnología hay que tener la mente abierta y dispuesta a considerar nuevos horizontes, y que lo que hoy parece imposible, mañana puede ser una realidad. La historia del conocimiento y la ciencia está plagada de ejemplos y es la base del pensamiento científico buscar el porqué de las cosas. Por el contrario, creer que lo que hoy sabemos es la verdad absoluta y que no hay nada más por descubrir, o pensar que aquello que los avances tecnológicos de hoy no han demostrado no va a resolverse jamás, es, sencillamente, tener un visión muy, muy limitada de la ciencia y del ser humano.”
En cristiano por favor. No sabemos cómo se supone que un chochito que solo tiene azúcar y alcohol (y nada mas) pueda curar, pero cura, y los que no lo crean son unos cerrados de mente. Este es el mismo tipo de argumento especial que suele usar un fundamentalista religioso: no sabemos por qué dios permite que exista la hambruna en la humanidad, y cómo es posible que la omnipotencia y la infinita bondad sean lógicamente posibles en un ser (sería como explicar un círculo cuadrado). Pero sabemos que dios es bueno, solo que opera de forma misteriosa. El que no lo crea es un cerrado de mente. ¿Notan el parecido entre las afirmaciones?
No hay mejor persona que entienda lo que debe ser el matrimonio de la mente abierta (es decir, la habilidad del asombro) y el escepticismo riguroso, que los científicos. Un científico debe tener la mente abierta a las posibilidades de encontrar algo asombroso, pero no tan abierta como para que se le vaya a caer el cerebro al piso; también debe ser escéptico y muy crítico ante afirmaciones sin sustento, pero no demasiado escéptico como para cerrar su mente ante la posibilidad de lo asombroso.
Así, desde hace unos 200 años, los científicos han analizado cada afirmación, cada “ley” de la homeopatía buscando su veracidad, pues de ser verdad todo aquello que aseguran los homeópatas, no solo tendríamos que cambiar las teorías en medicina, sino en física, cosmología, biología, química, farmacología, bioquímica… en fin, de ser ciertas las afirmaciones homeopáticas, las teorías y leyes científicas bien establecidas con aparente sustento, deberían estar equivocadas. Esta preocupación fue evidente cuando recién se ponía a prueba la homeopatía (después de todo, no hay mejor noticia para la ciencia que el encontrar nuevos conocimientos, reemplazando teorías incompletas por teorías mas completas), pero se desvaneció luego de que prueba tras prueba la homeopatía no demostrara sus postulados.
En ningún momento los detractores de la homeopatía señalan que no deban hacerse más pruebas científicas en lo que respecta a la salud pública, y en cualquier otra problemática social con posibles soluciones en la ciencia. Tampoco se afirma que la ciencia sea poseedora de la verdad absoluta e irrebatible, los científicos siempre se encuentran buscando las pruebas que demuestren que sus teorías se equivocan o les falta algo más. Lo que si se afirma y se sostiene con argumentos y escepticismo militante, es que hasta el día de hoy la homeopatía no ha demostrado ni su veracidad ni su validez; siendo ésta una disciplina dogmática (los postulados homeopáticos actuales siguen siendo los mismos originados hace 200 años, sin cambio alguno a pesar de que son esencialmente anticientíficos), que se encuentra aislada ya que no aporta ni obtiene conocimiento de ramas científicas. Los detractores, con justas razones, llaman a la homeopatía una pseudociencia; razones que hasta ahora los magufos defensores más fanáticos han sido incapaces de refutar.
Así como nosotros nos encontramos preocupados por la falta total de conocimientos científicos básicos en los defensores de la homeopatía, los autores de Homeopatía y sus Detractores, parecen estar muy preocupados por:
“…la falta de conocimientos que podemos apreciar en artículos y comentarios sobre la homeopatía en blogs escépticos, y cuidado, porque algunos de ellos realmente han leído bastante sobre el tema, pero ninguno se ha quedado con el fondo de la cuestión: cada ser humano es una unidad, y no enferma uno de sus órganos, enferma la persona. La gran mayoría de dolencias que sufrimos habitualmente, tienen su origen en desequilibrios emocionales, estrés, miedos, preocupaciones y un largo etcétera.”
Oh por dios, ¿cómo pudimos omitir tan importante punto? ¡Qué tontos hemos sido! (sarcasmo). Decir que “cada ser humano es una unidad, y no enferma uno de sus órganos, enferma la persona” es no decir nada en absoluto. La táctica retórica del holismo es ampliamente conocida y no resulta ser un argumento en contra de nada, sino más bien parece ser una trampa retórica de la pseudociencia. Primero, la afirmación supone que la medicina científica (mal llamada alopática) cura siempre partes del cuerpo humano, sin curar el cuerpo en su totalidad. Esto es un absurdo por varias razones: en primer lugar, la medicina científica no es capaz de curarlo todo, muchas veces es preventiva (por ejemplo, la vacunación), en otros casos solo ayuda a decir qué es lo que un paciente tiene sin poder curarlo (por ejemplo, el diagnóstico) y en otros casos, ayuda a sobrellevar la enfermedad sin poder curarla (como en los casos de Sida o de Alzheimer); es justamente por estas razones que es un error llamar a la medicina científica, medicina alopática. No solo no cura con lo distinto, sino que en muchos casos ni siquiera el objetivo es curar, sino diagnosticar, prevenir o ayudar con la afección.
Entonces podemos asegurar que la medicina científica no puede curarlo todo, pero ¿puede hacerlo alguna vertiente del holismo, como la homeopatía? A las pruebas hay que remitirnos, y las pruebas solo han mostrado que la medicina alternativa no es capaz de curar nada.
Es cierto que algunas “dolencias que sufrimos habitualmente, tienen su origen en desequilibrios emocionales”, pero es bien sabido que la homeopatía no asegura que algunas de las dolencias tienen un origen en desequilibrios emocionales, sino que según ésta, toda aflicción física es causada por un desequilibrio emocional. Así es posible encontrar casos en los que se intenta tratar, o peor aún, curar aflicciones de todo tipo como el cáncer, el sida, la esclerosis, o la depresión y la disfunción eréctil con homeopatía. Incluso algunos casos en los que con chochitos se busca curar aquello que ni siquiera es una enfermedad, como lo que intentó el Vaticano al tratar homosexuales con homeopatía, buscando un “milagrito” de la divina providencia.
Está bien documentado que cosas como el estrés de la vida cotidiana son responsables de ciertas enfermedades psicosomáticas, pero asegurar que el sida o el cáncer son solo desequilibrios de la mente es por demás peligroso. Mientras que las enfermedades psicosomáticas se curan con el cambio de ánimo del paciente (por ejemplo, puede curarse si piensa que recibe un milagro), otras enfermedades como la gripe continúan su ciclo rítmico de vida, desapareciendo a causa de la combinación de las defensas del organismo y el tiempo de vida del agente patógeno.
Esto es algo que los homeópatas parecen ignorar a propósito. Ignoran no solo la diferencia entre enfermedad psicosomática, enfermedades causadas por agentes patógenos, enfermedades hereditarias, enfermedades por deficiencia en el organismo, sino que ignoran por completo los conocimientos básicos en microbiología, inmunología, bioquímica, genética, patología, infectología, histología, citología, epidemiología… en fin, ignora la ciencia misma, haciendo del fondo de conocimientos de la homeopatía un fondo de afirmaciones más cercanas al misticismo que a la medicina.
Luego nos preguntan a los detractores que si acaso estaremos de acuerdo con ellos en que:
“…existen cosas ciertas que, hoy por hoy, no son demostrables empíricamente? Seguro que son personas que aman, que quieren a una pareja, a un hijo o a una madre, pero, ¿lo pueden demostrar? ¿Creerán en los sentimientos, el estrés o la depresión? o ¿Pensarán que todo esto son paparruchadas? Y cuando el médico de cabecera, no homeópata, le dice a un estresado hombre de negocios que es precisamente el estrés el que le está causando todos sus síntomas ¿pensarán los escépticos que eso son tonterías? Y cuando una mujer pierde todo el cabello, sin motivo médico aparente, tras una larga pena, luto o padecimiento ¿pensarán ellos que una cosa no está relacionada con la otra?”
Esta bola de preguntas que nada tienen que ver con el tema central se responden por sí solas si pusieron atención a los tres párrafos anteriores.
Por último, los autores del artículo confirman su “gran aportación”:
“…la gran diferencia de la homeopatía respecto a la medicina oficial: que entiende al ser humano como un todo y busca de forma individual en cada persona aquello que no funciona a nivel emocional, mental y por supuesto físico, con el diagnóstico médico. Sin duda es una visión más completa de la salud y del individuo. Eso, y la nula toxicidad de sus productos. El resto lo resume la famosa frase: Lo que funciona es lo que cuenta, y lo que cuenta es que funciona.”
Nuevamente, la trampa retórica del holismo que, de nuevo, no demuestra nada. ¿Es una visión más completa sobre la salud y el individuo que toda enfermedad es mental, sin importar los males genéticos, los causados por virus, bacterias, protozoos y hongos; los causados por males externos como el tabaco o el alcohol, ignorando todo principio médico y científico actual? ¿A eso se le puede llamar “visión completa”?
Ahora con respecto a “El resto lo resume la famosa frase: Lo que funciona es lo que cuenta, y lo que cuenta es que funciona”. Nuevamente sonando como un fundamentalista religioso que defiende la autenticidad de su libro sagrado. ¿Por qué cuenta la homeopatía? Por que funciona, ¿y cómo sabe que funciona? Por que cuenta (en algunas universidades, en gobiernos y en la mente de los magufos) ¿pero por qué cuenta la homeopatía? Por qué funciona, y así hasta el infinito en un razonamiento circular. Como decir ¿Por qué cree que la Biblia es sagrada? Por qué es la palabra de dios ¿Cómo sabe que es la palabra de dios? Por qué es sagrada ¿pero por qué es sagrada? Por qué es la palabra de dios… cualquier parecido es pura coincidencia.
El artículo finaliza con buenos deseos hacia los escépticos y una sugerencia bastante chistosa:
“…si algún día tienen problemas de salud, que la medicina convencional no consigue curar definitivamente, y que aparecen una y otra vez, de verdad, que no duden en acudir a un buen médico homeópata, porque se quedarán perplejos por su eficacia y rapidez.”
Claro que sí campeón, lo que tú digas.
*Aclaraciones para ABC Homeopatía:
1. Como podrán darse cuenta, esta es una réplica ante lo que sostienen sin sustento lógico ni empírico en el artículo Homeopatía y sus Detractores, buscando obtener una respuesta por parte suya, pero esta vez sin falacias lógicas, juicios de valor o argumentos vacíos, exigiendo evidencias y auténticos argumentos que demuestren que la presente réplica es inválida o falsa.
2. En varias partes de la presente réplica se les llama a los defensores de la homeopatía, magufos. También se denuncia de forma explícita a la homeopatía como una pseudociencia. Ante esto, y antes de que arrojen ad hominem’s por sentirse insultados, les diré que el término magufo no es un insulto, sino una palabra que designa a todo defensor de la pseudociencia, la superstición y la irracionalidad. La manera de demostrar que los defensores de la homeopatía no son magufos, es demostrando que la homeopatía no es una pseudociencia. Cosa que no ha sucedido en 200 años, pero “tendré fe en ustedes”.
3. La respuesta ante su artículo llamado ¿Qué se esconde tras los ataques a la homeopatía? la publicaré próximamente. A última hora decidí volver este artículo en dos partes para no fatigar al lector con tantas letras juntas.
SI TE INTERESA ESTE TEMA
*El Capítulo ¿Homeopatía? de la serie protagonizada por Luis Alfonso Gámez, Escépticos, donde se pone a prueba las afirmaciones de los homeópatas en su propia cara.
*El artículo Homeopatía, en Alerta Pseudociencia, muestra las contradicciones y ridiculeces de las últimas afirmaciones que se han hecho en defensa de esta pseudociencia.
*La mala respuesta de los homeópatas, un artículo de Mauricio José Schwarz en respuesta a las denuncias que los homeópatas habían hecho ante el nuevo estudio que demuestra (otra vez) la ineficacia de esta pseudoterapia.
URL: http://elescepticodejalisco.blogspot.com.es/2012/10/las-mentiras-de-los…
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