Edición 2013 - Número 260
Asociación Española de Comunicación Científica
(Artículo publicado originalmente en la página de la Asociación Española de Comunicación Científica).
Ayer, 16 de agosto, nos dejaba Manuel Calvo Hernando. Sus hijos nos cuentan en el obituario que han escrito que dona su cuerpo a la ciencia, para cerrar la metáfora de toda una vida compartida con los aprendices de periodistas científicos que todos somos. La Asociación Española de Comunicación Científica es heredera de la Asociación Española de Periodismo Científico que él fundó en 1971. Si los comunicadores de la ciencia somos hoy más "comunidad" que otras especialidades de la profesión es gracias a que Manuel Calvo Hernando empezó a tejer, artesanalmente entonces y con vocación iberoamericana, esa red social que hoy se apoya en las tecnologías pero se hace tangible cuando nos encontramos en persona, en cursos, congresos y jornadas a las que acudimos para aprender, reflexionar juntos, evolucionar con rumbo.
La imagen del doctorando Manuel Calvo Hernando que leía su tesis con 75 años podría ser -conceptualmente, sin barbas ni sayas- la del anciano que, apoyado en su bastón, dice por boca y mano de Goya: “Aún aprendo”.
En los tiempos anteriores al correo electrónico, cuando muchos dábamos nuestros primeros pasos en la divulgación científica, algunos de nosotros mantuvimos una grata correspondencia en la que siempre encontramos palabras de aliento, consejos y materiales de reflexión que Manolo diseminaba como quien siembra. Ojalá los comunicadores de la ciencia sepamos seguir aprendiendo siempre, curiosos y perseverantes como Manuel Calvo Hernando fue durante toda su vida. Generosos y autocríticos. Nunca aislados sino con otros.
Entonces y ya para siempre, como los árboles añosos, Manuel Calvo Hernando da una estupenda sombra.
#graciasMCH
La Junta de la AECC
URL: http://www.aecomunicacioncientifica.org/es/la-asociacion/115153-despedi…
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