El pasado jueves 22 tuvo lugar el acto de nombramiento del cardenal Cañizares como académico de honor de la Real Academia de Medicina y Cirugía de Andalucía Oriental, en la Facultad de Medicina de la Universidad de Granada, con su decano al frente, y con presencia en la mesa del alcalde de Granada, y varios concejales entre el público, y curiosamente con la ausencia del actual arzobispo de Granada, según nos cuenta el socio Juan Antonio Aguilera Mochón.
El nombramiento sorprende no solo por la carencia de méritos en medicina que el mismo cardenal reconoce, sino también por la postura de la Santa Sede en materias como el SIDA, el aborto o los anticonceptivos. Como Juan Antonio recuerda en un artículo publicado en rebelion.org en relación al nombramiento, «una de las revistas médicas más importantes del mundo, The Lancet, publicó un durísimo editorial en el que calificó de "vergonzosa y completamente inexacta" la postura de Benedicto XVI (y del cardenal Cañizares, podemos añadir) respecto a los condones».
El escándalo ha provocado la dimisión de Guillermo Olagüe, catedrático de Historia de la Ciencia y Numerario de la Academia de Medicina, que el viernes, por carta, renunció a su sillón «por la carencia de méritos científicos y médicos de Cañizares, y la desvirtuación de lo que debe ser la Academia, un foro de científicos y médicos que tratan y discuten asuntos relacionados con la ciencia y no con las creencias».