Edición 2013 - Número 260
Javier Armentia Fructuoso
(Artículo publicado originalmente en la bitácora Por la boca muere el Pez).
No podré acostumbrarme nunca a la noticia de que una persona cercana ha muerto. Por más que las cosas son las que suelen ser, y las edades y las personas van cumpliendo años. Y la gente se muere. No me acostumbro, sin embargo, no tanto por no querer afrontar el hecho de que ya no vas a tener a esa persona a mano (aunque la última vez que contactaras con ella fuera hace años) sino porque siempre me quedo con la sensación de que se quedó a punto de hacer algo que merecía la pena. Lo siento, es puro egoísmo: me duele que se vaya gente que me aportaba tanto.
Ayer estaba en una breve escapada por la terraza del Musée d'Orsay, viendo la escultura de Louis-Ernest Barrias, "la Nature se dévoilant à la Science", cuando llamó Juan Soler, de ARP Sociedad para el Avance del Pensamiento Crítico, para darme la mala noticia. Me quedé mirando esa Isis desvelada, recordando esa acusación romántica de Shelley contra Newton, justo lo que Manuel más admiraba de la ciencia, esa capacidad de desvelar el mundo, y de acercárnoslo.
No fue más que una casualidad, algo que también Manuel sabía que sobrevalorábamos tanto, ingenuos y supersticiosos hasta que vamos aprendiendo a dejar de serlo. Pero me hizo sentir un poco más la pérdida.
http://instagr.am/p/ObZo_oIKuH/
Los hijos de Manuel firman en El País un obituario sobrio y cierto. Un ejercicio de periodismo del que esta familia practica asiduamente: http://sociedad.elpais.com/sociedad/2012/08/16/actualidad/1345142996_54…
La Asociación Española de Comunicación Científica, que el creara hace años, y empujó durante muchos más, ha emitido también un comunidado al que me sumo: http://www.aecomunicacioncientifica.org/es/la-asociacion/115153-despedi…
Y desde ARP Sociedad para el Avance del Pensamiento Crítico, donde Manuel tanto colaboró y que tanto nos honró aceptando el Premio Mario Bohoslavsky, también se han hecho eco de su pérdida: http://escepticos.es/node/1065
Rescatando por cierto unas palabras de Federico Mayor Zaragoza sobre Manuel de hace cinco años, cuando en el IV Congreso sobre Comunicación Social de la Ciencia, en el CSIC en Madrid, se le hizo un mínimo homenaje y se editó un libro. Mayor decía:
"Manuel Calvo Hernando es, sobre todo, un hombre preocupado por la adecuada aplicación del conocimiento –con el fin de paliar o evitar, en palabras del profesor Hans Krebs, el sufrimiento humano–. Esto explica la labor que sin cesar, sin cejar, ha realizado este personaje tan importante de la comunicación en general y de la científica en particular al que hoy rendimos justo tributo."
El libro y los textos de ese homenaje (hay uno mío, prescindible como siempre) están accesibles en la web manuelcalvohernando.es, donde también podemos recordar de nuevo que el periodista se demuestra andando, porque en esa página podemos encontrar textos y datos suyos: http://www.manuelcalvohernando.es/
Adiós, Manuel.