Edición 2013 - Número 261
Juan Manuel Sánchez Ferrer
En La Vanguardia del sábado día 13 de octubre-2012 puede leerse un obituario en el que es honrada la figura del fallecido biofísico argentino Antonio Sadi Frumento, un excelente exsocio de ARP-SAPC que tuve la suerte de conocer en persona.
Se trata de un escrito a cargo de excompañeros suyos de la Unidad de Biofísica de la facultad de Medicina de la Universidad Autónoma de Barcelona (de Joan Manyosa y Josep Bartomeu Cladera). Éstos exponen de Antonio S. Frumento su trayectoria académica y docente junto con detalles de su personalidad.
De su trayectoria académica es de destacar una serie de publicaciones, en revistas tan prestigiosas como Nature y Science, centradas en el estudio de los mecanismos biofísicos de la transmisión nerviosa en el tejido muscular, aparte de sus estancias como investigador en las universidades de Maryland y Berna.
De su trayectoria docente destacan su diseño y realización de un ingenioso módulo didáctico para simular didácticamente la circulación de la sangre. El éxito del ingenio fue tal que desde las altas instancias universitarias se obtuvo financiación para obtener réplicas de su prototipo, con las que aprendieron interactivamente unos 5000 estudiantes de Medicina y Ciencias Biomédicas.
De su personalidad destacan su espíritu científico y creativo conjugado con amor a la docencia, pero señalan también algo que yo también tuve oportunidad de comprobar las veces que intercambié impresiones con él: su gran espíritu crítico.
Lo que el obituario de La Vanguardia no señala es la relación del doctor Antonio S. Frumento con el escepticismo y el pensamiento científico. En este aspecto cabe destacar de Frumento su artículo ¿Qué garantías nos da la ciencia? (aparecido en el nº 3 de El Escéptico) y Desmitificando la energía (aparecido en el nº 4 de El Escéptico).
Desmitificando la energía fue precisamente una de las principales referencias que señalé en mi artículo En torno a la génesis de la concepción pseudocientífica de la energía (ver 1era parte en el nº 20 de El Escéptico). En relación a este artículo mío me expuso él que yo no había explicado satisfactoriamente la idea del físico Helmholtz (siglo XIX) según la cual los seres vivos serían máquinas de movimiento perpetuo si derivasen la energía de una fuerza (o 'energía') vital especial. Desde entonces ha quedado en mi ánimo 'arreglar' algún día la parte que sobre Helmholtz figura en dicho artículo.
El doctor Antonio Sadi Frumento falleció el pasado mes de agosto-2012 a la edad de 92 años. En lo esencial fue persona que tanto para sí mismo como para los demás exigía rigor en los planteamientos, por lo que todos los que lo trataron aprendieron de él.