El Escéptico Digital - Edición 2013 - Número 262
A. T.
(Entrevista publicada originalmente en el diario El Faro de Vigo).
Marcos Horro Varela es un alumno aventajado. Tiene 18 años y acaba de concluir su etapa de bachillerato en el Ramón Cabanillas de Cambados y mañana se enfrenta durante una hora con una ponencia en un congreso reservado a profesores de Matemáticas de Galicia, organizado cada dos años por la asociación Agapema.
El estudiante es autor de un trabajo en el que básicamente demuestra el por qué un foco tradicional, curvado, y, por tanto, con forma de parábola, emite haces de luz paralelos y rectos.
El problema era resuelto antes de forma inversa a la que realizó el estudiante, es decir, desde un programa informático se elaboraba el foco o linterna. Horro decidió hacer el proceso al revés y sacar conclusiones, y mañana tendrá que explicarlas a los expertos en Matemáticas.
– La misión que se le encomienda de enfrentarse a expertos profesores de Matemáticas en un congreso con un trabajo de estudiante de bachillerato parece cuando menos arriesgada. ¿Cuándo decide que su trabajo tiene ese interés?
– Cierto que parece paradójico que un estudiante pretenda darle clases magistrales a consagrados profesores. Pero es necesario tener en cuenta que yo solo extraje las conclusiones de un ejercicio práctico que me encargó mi profesor de Matemáticas en el Cabanillas con el objetivo de subir nota a final de curso. En definitiva quien dirige el trabajo y lo propone es Benito Búa, mi profesor de matemáticas de primer curso de bachiller.
– Entonces ¿cuál ha sido su participación?
– Mi trabajo consistió en analizar unos focos y linternas para sacar conclusiones y crear un modelo para ordenador. Se trata de elaborar un proyecto de modelización en el que se comprueba que la realidad y las matemáticas van unidas.
– ¿En qué consiste el problema que le planteó Benito Suárez aquel verano de primer curso de bachiller para superar la nota?
– El ejercicio consistía en que buscase tres linternas o focos con forma de paraboloide y con una bombilla de filamento como emisor de luz y obtener conclusiones. Tuve que cortar las linternas y con un programa informático recreé virtualmente cómo se reflexiona la luz y lo comparé con la realidad. Pude demostrar que cualquier foco se basa en propiedades matemáticas y físicas. Como le dije, el proceso lo realicé de forma inversa a la que normalmente realiza un ingeniero.
– Además de la dirección de su profesor. ¿Ha tenido otro tipo de ayuda para llegar a sus conclusiones?
– El profesor Búa nos encargó el trabajo a dos alumnos, pero mi compañero se echó atrás y continué yo solo porque me llenaba de curiosidad. Al llegar septiembre lo había terminado pero las conclusiones no me convencieron y quise continuar con él durante el siguiente curso, aunque ya no me serviría para mejorar nota. Lo acabé y creo que las conclusiones que obtuve son interesantes para exponerlas ahora en este congreso.
– ¿Cuanto le llevó el trabajo?
– Un año y unos meses para llegar a interpretar todo lo que tenía delante.
– En definitiva, actuó como un genio. ¿Para las Matemáticas es preciso tener un coeficiente intelectual superior?
– Ni mucho menos. Lo único que se necesita es sentir curiosidad por un tema y tener tiempo. Además el ordenador es una gran ayuda pues se pueden hacer comparaciones. Luego solo es necesario comprender los resultados. Yo sentí mucha curiosidad por el problema que se planteaba porque se trataba de determinar por qué un haz de luz recto se obtiene de una parábola. Con ejemplos prácticos se aprende mejor y se ven las matemáticas como parte de la realidad. No son solo ecuaciones.
Una asignatura muy útil para comprender la realidad
– Este trabajo también le reportará otras experiencias a nivel personal. ¿Al menos le encaminó para la elección de una carrera universitaria?
– La próxima semana comienzo las clases en la Universidad. Elegí Ingeniería Informática que voy a estudiar en la Universidad de A Coruña.
– ¿Abandona las matemáticas puras?
– Siempre me ha gustado la informática, donde también se aplican leyes matemáticas. El trabajo que he realizado me ayuda a comprender mucho mejor la realidad y, por ejemplo, me ha abierto la curiosidad hacia la óptica que creo que ahora comprendo mucho mejor.
– ¿Qué intentó su profesor cuando le planteó este trabajo?
– Además de subirme la nota del curso, lo que el profesor quiso es que demostrase que la modelización matemática es una de las herramientas que proporciona esta disciplina. Mi profesor quedó encantado y no solo me recomendó que lo presentase en el congreso sino que intentó otros modos de divulgación del mismo, aunque parece difícil que se publique en una revista científica porque es muy largo y complejo.
– ¿Durante cuanto tiempo va a intervenir en el congreso?
– Primero será mi profesor de Matemáticas, Benito Búa quien hará una breve presentación del trabajo y yo intervendré durante el resto de la hora que tiene asignada.
– Sabe que no es habitual que un alumno participe en un congreso de expertos. ¿Con qué ánimos se encuentra?
– Reconozco que es infrecuente, pero solo tengo que exponer mi trabajo.
URL: http://www.farodevigo.es/portada-arousa/2012/09/07/comprender-matematic…