Las últimas encuestas publicadas por diferentes organismos oficiales muestran como la sociedad española tiene cada vez más confianza en la labor realizada por los científicos. Sin embargo, este dato, que debería ser una gran noticia para el impulso de la ciencia, se está convirtiendo en un arma de doble filo. Conocedores de dichas encuestas diversos sectores empresariales están abusando del denominado marketing pseudocientífico para confundir al consumidor mediante el uso de diferentes tipos de estrategias. Por ello, el uso del mensaje científico para avalar las propiedades de muchos de los productos que podemos encontrar en las superficies comerciales es práctica habitual de diversos sectores.
No obstante, y salvo muy contadas excepciones, el binomio marketing/ciencia no es un matrimonio bien avenido. Propiedades saludables basadas en criterios no científicos, mensajes subliminales con lenguaje científico con dudosas intenciones, eslóganes que se aprovechan de resquicios legales para confundir al consumidor... casi todo vale en la publicidad de los productos que consumimos a diario.
En el caso del sector alimentario, hace unos meses la comunidad científica y las principales asociaciones de consumidores echaban las campanas al vuelo tras recibir lo que, según ellos, era una gran noticia: por fin el mal uso del mensaje científico para publicitar alimentos, productos dietéticos y aguas minerales se había acabado. Tras años donde el engaño y el fraude se habían impuesto al rigor científico, la aplicación definitiva de un nuevo reglamento europeo parecía poner fin a tantas mentiras que han invadido las superficies comerciales en la última década.
Sin embargo, la realidad es totalmente distinta. El uso torticero que los departamentos de marketing de algunas empresas alimentarias han hecho de esta reciente directiva ha provocado que los centros comerciales estén repletos de alimentos funcionales, complementos alimenticios, suplementos deportivos, etc. que siguen prometiendo, sin ningún respaldo científico, tener efectos beneficiosos sobre la regulación del colesterol, la mineralización de los huesos, los sistemas inmune o digestivo, la absorción de calcio, la función cognitiva, el rendimiento deportivo, la reducción de la obesidad, etc.
Sin embargo, no toda la culpa de lo que está ocurriendo en el sector de la alimentación hay que atribuírsela a las empresas responsables de los alimentos funcionales y los complementos alimenticios. Hay ocasiones donde incluso el daño viene de donde menos te lo esperas.
Por todo ello, en esta charla no solamente se pondrá de manifiesto la verdad que esconden famosos productos pertenecientes a las principales multinacionales internacionales señalando a todos los sectores implicados en este engaño al consumidor, sino que se proporcionarán al consumidor todas las herramientas para evitar ser engañado por el marketing pseudocientífico de forma que la elección de su compra esté basada en criterios científicos y no en el fraude y la mentira.
JOSE MANUEL LÓPEZ NICOLÁS
José Manuel López Nicolás (@ScientiaJMLN) es Profesor Titular del Departamento de Bioquímica y Biología Molecular A de la Universidad de Murcia. Miembro del grupo de investigación “Bioquímica y Biotecnología enzimática”.
Autor de más de 100 artículos científicos en las principales revistas científicas del campo de la nutrición, la bioquímica y la tecnología de los alimentos.
Participante en más de una decena de proyectos de investigación de carácter nacional e internacional.
Autor del libro “Nuevos alimentos para el siglo XXI”.
Responsable del blog de divulgación científica SCIENTIA (scientiablog.com), premiado con el Premio Bitácoras al Mejor Blog de Divulgación de la Ciencia de habla hispana del año 2013 y con el Premio 20 blog al Mejor Blog de Ciencia, Tecnología e Internet del año 2013.