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aparece en el primer número
constituye una verdadera decla-
ración de principios del movi-
miento escéptico, con el que me
siento plenamente identificado.
Un destacado y admirable miem-
bro de dicho movimiento es, sin
duda, Martin Gardner. De acuer-
do con el espíritu crítico que,
como defiende Kurtz, debe pre-
sidir el pensamiento escéptico, el
cual debe también autodirigirse
hacia sus propios defensores,
quisiera hacer unos comentarios
a un capítulo de un libro de
Gardner.
Me refiero al capítulo 9 (“La
irrelevancia de Conan Doyle”) de
La ciencia, lo bueno, lo malo y lo
falso (Alianza Editorial, 1981).
En él, Gardner defiende que
Conan Doyle, un ferviente cre-
yente en lo paranormal, no po-
día ser el verdadero autor de las
novelas de Sherlock Holmes. Pa-
ra reforzar la idea, establece el
paralelismo con Cervantes, afir-
mando que está demostrado que
no es el autor de El Quijote, sien-
do el verdadero autor... ¡Sancho
Panza! Lo más inquietante de
esta descabellada afirmación no
es ya que venga de una persona
como Gardner, sino que se base
en modos de argumentación que
son, precisamente, los que el
movimiento escéptico critica (¿se
tratará de una nueva versión del
síndrome de Estocolmo?). Es una
afirmación extraordinaria, que
rompe drásticamente con el con-
cepto generalizado que se tiene
de un hecho, lo que requeriría,
según el axioma escéptico, prue-
bas extraordinarias. Las que
aporta Gardner no creo que pue-
dan ser consideradas así.
En primer lugar, recurre a un
supuesto argumento de autori-
dad: “Ahora sabemos, gracias a
los últimos esfuerzos de erudi-
tos españoles, que estas aventu-
ras no fueron escritas por
Cervantes, sino por Sancho Pan-
za”. Sin embargo, no adjunta
ninguna referencia concreta para
poder contrastarlo. Incurre en
una afirmación tautológica:
“Sancho era, desde luego, mu-
cho mejor escritor que Cervan-
tes”. Dado que no se conocen o-
tras obras de Sancho Panza, la
afirmación da por supuesto el
mismo hecho que pretende re-
frendar. Y concluye: “La eviden-
el escéptico
(Otoño 1998)
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cia interna más fuerte de que ni
Cervantes ni Doyle escribieron
las obras que les dieron fama es,
sencillamente, el enorme con-
traste entre la mentalidad y pers-
pectiva filosófica del supuesto
autor y las del héroe”. ¿No con-
cibe Gardner que un escritor
pueda crear un personaje ima-
ginario diferente de si mismo?
Máxime cuando se pretende cri-
ticar o parodiar. Creo que hay
múltiples ejemplos de ello en la
literatura mundial.
Otro fragmento me hace pen-
sar que el autor no ha leído o no
ha entendido la novela: “Cervan-
tes odiaba la caballería. Dejó que
su nombre apareciera en los li-
bros de Sancho porque se equi-
vocó al considerarlos todo un
ataque contra la fe y la caballe-
ría” (!!). Dice otro Martín, Martín
de Riquer, en su prólogo a la edi-
ción de El Quijote de RBA (1994):
“Pocas obras literarias expresan
tan claramente y con tanta in-
sistencia el propósito con que
han sido escritas como El Quijo-
te”. Y cita a Ortega y Gasset:
“Para la estética es esencial ver
la obra de Cervantes como una
polémica contra las caballerías”.
Si se quisiera atacar a Gard-
ner y a sus, habitualmente ra-
cionales argumentaciones, creo
que se encontraría en este capí-
tulo una buena arma. No es esa
mi intención. Me tranquilizaría
sobremanera que alguien me
ofreciera alguna explicación,
pues leyendo el capítulo se des-
carta que se trate de una broma
o una parodia.
ENRIQUE
FERNÁNDEZ
Murcia.
Bienvenidas
Gracias por el primer ejemplar
de El Esceptico. Es una buena
revista, hermosamente produci-
da y bien diseñada. Los articulos
son excelentes. Reciban mi
felicitacion.
En la exhaustiva lista de or-
ganizaciones escepticas que apa-
rece al final de su publicacion,
de alguna forma han olvidado a
la Sociedad Escéptica y a Skeptic
Magazine. Estaríamos muy agra-
decidos si pudieran incluirlas en
el siguiente numero. La Sociedad
Escéptica es una organización
nacional e internacional, cuya
revista tiene unas ventas de
30.000 ejemplares y se distribu-
ye en 5.000 librerías de todo el
mundo.
MICHAEL
SHERMER
Director de la Sociedad
Escéptica y editor de
Skeptic Magazine.
Altadena, California.
Vale la pena interrumpir las va-
caciones para dar la bienvenida
al primer número de EL ESCÉP-
TICO, publicación a la que de-
seo muy larga vida y cuya con-
cepción y diseño me parecen más
que acertados. De hecho, se
echaba a faltar una revista que,
de una vez, en voz alta y sin com-
plejos, ponga las cosas en su si-
tio en este irracional circo de lo
paranormal que nos rodea.
Cuentas, Luis Alfonso, con mi
decidido apoyo personal y, si me
puedo tomar la libertad de ha-
blar por otros, con todos aque-
llos investigadores de buena fe
que, en el área de la ufología tra-
tamos de aplicar la razón, la ló-
gica, el método y el sentido co-
mún
bajo premisas de total
honradez
a un tema tan macha-
cado por los mercaderes de lo o-
culto como es el estudio de los
avistamientos de presuntos ov-
nis.
Desde el colectivo de Cuader-
nos de Ufología y desde la Fun-
dación Anomalía, sentimos mu-
chos puntos de coincidencia con
ARP. Desde luego, se puede apli-
car aquello de que hay mucho
más que nos une que que nos
separa. Espero que no pase mu-
cho tiempo antes de que respon-
sables de ambos colectivos dia-
loguemos para ayudarnos mu-
tuamente en pro de una investi-
gación con más alto control de
calidad y una eficaz respuesta a
la sinrazón. Sabes que contáis
con nuestro respeto.
Felicidades muy sinceras y un
fuerte abrazo de tu buen amigo,
VICENTE
-
JUAN
BALLESTER
OLMOS
Vicepresidente 2º y director
de Investigaciones de la
Fundación Anomalía.
Valencia.
correo del lector