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(Invierno 1998-99)
el escéptico
Digno de un guión para el próxi-
mo episodio en pantalla grande
de Expediente X, Joe Firmage
pasaba por ser uno de los ejecu-
tivos más respetados de la nueva
era de la información. Hasta ha-
ce pocos meses, nuestro prota-
gonista ostentaba el cargo de
presidente de USWeb y de la no-
che a la mañana se ha converti-
do en el Fox Mulder de Silicon Va-
lley, tal y como le han venido a
calificar en Estados Unidos.
A finales del pasado año, tras
la fusión de su consultora de
tecnologías de la información
con CKS, Firmage fue forzado a
dimitir como presidente y pasar
a un segundo plano como res-
ponsable de estrategia de la nue-
va compañía, debido a que ru-
mores provenientes de emplea-
dos de su propia empresa le im-
plicaban en la fundación de una
nueva secta. Poco después, Fir-
mage publicaba el 25 de noviem-
bre de 1998, en un panfleto de
600 páginas titulado La Verdad
−
http://www.thewordistruth.
org
−
, que esperaba revolucionar
nuestra visión del mundo: "... la
religión de nuestro pasado y la
ciencia de nuestro futuro se en-
contrarán, como una visión de
La Verdad". La verdad es que fi-
nalmente se ha apartado de
cualquier cargo para no dañar
más la imagen de la compañía.
La Verdad es un evangelio
conspiranoico en el que Firmage
afirma que gran parte de los
avances tecnológicos de nuestro
tiempo proceden de la ingeniería
inversa aplicada a los restos de
los supuestos platillos volantes
estrellados en Roswell y otros lu-
gares. Un grupo compuesto por
científicos, políticos y militares,
denominado Majestic 12, habría
sido el encargado de inspeccio-
nar los lugares de los accidentes
e investigar los restos de los pla-
tillos volantes. Posteriormente,
el estudio de los restos en labo-
ratorios de todo el mundo habría
dado como fruto el láser, la fibra
óptica y los semiconductores,
entre otros hallazgos.
Quienes no están nada con-
tentos son los científicos que in-
ventaron esta tecnología alieníge-
na. Es una broma; si no, enton-
ces tengo que ser un extraterres-
tre, ha indicado Narinder Kapa-
ny, desarrollador de la fibra ópti-
ca. Por su parte, Frank Drake,
del Instituto SETI, es categórico:
Se ha demostrado reiteradante
que Roswell no fue otra cosa que
un experimento militar. Cons-
tantemente es explotado por
gente obsesiva que quiere creer.
Si no es Papá Noel, entonces son
los extraterrestres.
Pero, además, Firmage ofrece
una original versión de caso
JFK: Kennedy, sostiene, pidió a
la CIA unos documentos sobre
ovnis y diez días después fue
asesinado. Éstas
−
dice
−
son
hipótesis científicas muy bien
contrastadas. El parecido con
Fox Mulder no es gratuito.
Joe Firmage nació hace 28
primaveras en Salt Lake City y
obtuvo la licenciatura en Física
por la Universidad de Utah. A los
18 años, fundó su primera em-
presa informática, Serius, que
vendió al gigante Novell en 1993
por 24 millones de dólares. Du-
rante dos años, fue vicepresiden-
te de redes de Novell, hasta que
abandonó su cargo para fundar
USWeb a finales de 1995. El pa-
sado noviembre, la fusión de
USWeb y CKS convirtió a la com-
pañía resultante en un gigante
de 2.000 empleados con un valor
en bolsa de 2.100 millones de
dólares.
¿Cómo un personaje de esta
valía está dispuesto a dar al
traste con su reputación? Dice
estar absolutamente convencido
de lo que promulga. La clave pa-
rece estar en un encuentro en la
tercera fase
−
es decir, cara a ca-
ra
−
con alienígenas que vivió en
1997: Un ser, vestido de una
brillante luz blanca, apareció
encima de mi cama en mi habi-
tación. Parecía algo molesto, y
preguntó: «¿Por qué me has lla-
mado aquí?». Tras una pausa,
contesté: «Quiero viajar por el
espacio».
Firmage afirma que no le
mueven intereses crematísticos,
que esto no es un nuevo negocio
y que se ha gastado 3 millones
de dólares en poner en marcha
el proyecto Kairos para preparar
a la humanidad para el contacto
alienígena. Incluso publicita su
libro en revistas y diarios como
The Wall Street Journal, Rolling
Stones y The Economist.
Después de tanto dinero gas-
tado y ante la incrédula opinión
pública que no se traga estas
revelaciones
−
las noticias más
importantes de los últimos 2000
años
−,
Firmage se muestra irri-
tado: Es la mentalidad de la
cultura de la Tierra plana otra
vez. Pero se mantiene en sus
trece: Estoy aquí para probar
que mi teoría es cierta". Que se
apunte a la cola.
¿Cuantos especiales y entre-
vistas veremos en los medios de
comunicación pseudocientífi-
cos? ¿Invertirá Firmage su fortu-
na en los tabloides americanos?
¿Será protagonista de un espe-
cial de Expediente X? ¿O esta-
mos ante la versión cibernética
de La guerra de los mundos de
el circo paranormal
Expediente @
Joe Firmage.
Orson Welles? ¿Sobreviviremos a
la avalancha de iluminados que
restan por aparecer de aquí al
final del 2000?
VÍCTOR R
.
RUIZ
Peregrinos y
curanderos
oficiales
No conforme con el espectáculo
ofrecido el 25 de julio de 1998,
cuando otorgó la medalla Caste-
lao
−
la principal condecoración
honorífica de Galicia
−
al curan-
dero que atiende al presidente
Manuel Fraga, la Xunta de Gali-
cia dio el 20 enero un paso más
y no sólo organizó una peregri-
nación oficial de la Administra-
ción autonómica a la presunta
tumba del apóstol Santiago, sino
que hizo un llamamiento a los
funcionarios para que abando-
nasen sus puestos de trabajo en
plena jornada laboral, a fin de
acompañar en tan insólita y ex-
temporánea manifestación al
Gobierno gallego, con su presi-
dente a la cabeza, en religiosa y
jerárquicamente ordenada pro-
cesión por las calles de Santiago
de Compostela hasta la catedral.
Las centrales sindicales de-
nunciaron que, además de no
decretarse servicios mínimos, en
claro contraste con la actitud del
Gobierno frente a las jornadas
de huelga, se habían producido
presiones por parte de altos car-
gos políticos de la Xunta de Ga-
licia para que los trabajadores se
sumasen a la manifestación ja-
cobea. De todas formas, y a pe-
sar de los esfuerzos oficiales, el
espíritu crítico y la concepción
laica de la Administración pare-
cen tener más hondas raíces en-
tre los funcionarios que entre los
responsables políticos de Gali-
cia, pues felizmente apenas lle-
garon a trescientos los trabaja-
dores que respondieron al pío
llamamiento de Fraga, del que
habían sido objeto cerca de
2.200 funcionarios.
En su momento, la concesión
de la medalla Castelao al curan-
dero José Luis Torrado motivó la
protesta institucional de ARP-
Sociedad para el Avance del Pen-
samiento Crítico. La organiza-
ción escéptica española dirigió
una carta a Manuel Fraga, que
fue secundada por un considera-
ble número de profesionales de
muy diversas disciplinas, entre
los que destacan, por su especial
vinculación con el asunto, los
profesores de la Escuela de Fi-
sioterapia de la Universidad de A
Coruña. En la misiva enviada al
presidente del Ejecutivo gallego,
se remarcaba que dicha conce-
sión a una persona que se hace
pasar por fisioterapeuta sin serlo
−
aunque con tal título aparezca,
lamentablemente, en la informa-
ción oficial de la Xunta de Ga-
licia
−
supone una afrenta para
todos los profesionales que día a
día realizan su labor, sin alhara-
cas, en los centros sanitarios de
Galicia, por más que sea un
personaje conocido como resul-
tado de su incesante actividad
de autobombo y presuma de
unos resultados de los que se
ha negado sistemáticamente a
ofrecer prueba alguna, y que
consisten, según el curandero,
en la curación de todas y cada
una de las personas que han pa-
sado por su centro de brujería,
entre las cuales afirma que se
incluye el propio presidente de la
Xunta de Galicia.
ARP, como sociedad, y todos
los firmantes de la carta a Fraga
señalaban que la consecuencia
principal de la concesión de esa
medalla es la potenciación de la
imagen mágica y tercermundista
que de Galicia se tenía hace un
siglo, nada acorde con la que la
propia Xunta quiere ofrecer.
Cabe preguntarse si, visto lo
visto en Santiago, los firmantes
han cambiado de parecer sobre
los objetivos de la Xunta.
JOSÉ MARÍA BELLO
¿Un virus
informático
alienígena?
Quizá para que se note el cambio
en la dirección de Más Allá, por
cuya puerta de atrás ha salido
José Antonio Campoy en benefi-
cio de Javier Sierra, la revista
decidió en enero dar un salto
cualitativo en su tarea: contami-
nar el mundo con todo tipo de
basura paranormal. Si hasta
ahora Más Allá había centrado
sus esfuerzos en el lavado de la
mente de sus lectores, desde
enero corren también peligro de
lavado de cerebro los ordenado-
res personales de numerosos afi-
cionados al mundo del misterio.
Y es que la revista regala una en-
ciclopedia ufológica en cederrón,
que, al margen de los conteni-
dos, en su primera entrega in-
cluyó lo que los responsables de
Más Allá llaman intruso, en ro-
mán paladino, un virus.
Sorprendentemente, el invita-
do no fue detectado por ninguno
de los investigadores que dan
cada dos por tres con exclusivas
mundiales sobre conspiraciones
gubernamentales, alienígenas,
misterios arqueológicos, etcéte-
ra. No. Tuvieron que ser los lec-
tores los que informaron a la di-
rección de la revista de la pre-
sencia del virus. Y, claro, ésta
publicó en febrero un nota al
respecto en la que informa de
que el intruso no es técnicamen-
te un virus muy nocivo. ¿Quié-
nes lo dicen? Los técnicos que
han elaborado el programa, lo
que en principio no es precisa-
mente una garantía, visto cómo
hacen su trabajo. ¿Qué quiere
decir que no es muy nocivo?
Que, bajo determinadas circuns-
tancias, los resultados de la ac-
tivación del virus
−
posibilidad
remota, pero existente
−
se resu-
el circo paranormal
el escéptico (Invierno 1998-99)
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Manuel Fraga.