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el esc
é
ptico
(Invierno 2000)
correo del lector
Divulgación
pseudocientífica
Cada vez abundan más las informacio-
nes y prácticas pseudocientíficas de se-
gundo grado, es decir, aquéllas que van
más allá de las frivolidades de los astró-
logos famosos de turno. Nos referimos a
las que no siempre son fáciles de distin-
guir, consiguiendo alto grado de credi-
bilidad en extensas masas de personas,
bien por provenir de alguien en princi-
pio respetable -una Administración.
pública, un científico- bien de quien ha
adquirido respetabilidad por su propia
destreza para el engaño.
En el primer caso, como se señala
en el nº 5 de EL ESCÉPTICO en rela-
ción con colegios oficiales de médicos y
la homeopatía, se trata de situaciones si
cabe más graves porque la mayor con-
fusión y sutileza aumentan la peligrosi-
dad. Añadimos nosotros el ejemplo de
un curso de futurología organizado re-
cientemente por el Ayuntamiento de
Logroño.
En el segundo caso, el de los parti-
culares, hallamos a personas con una
respetable capacidad oratoria y estraté-
gica, con infraestructura mediática y
técnicas de mercadotecnia complejas y
eficaces -Juan José Benítez, Fernando
Jiménez del Oso, etcétera-, cuyas lectu-
ras tristemente abundan entre franjas
de población con cierta formación cul-
tural. No utilizan meros argumentos
unidireccionales ni difunden sucesos y
prácticas paranormales literalmente,
sino que, conocedores de la resistencia
del pensamiento racional que podría
descalificarles, conocedores de los argu-
mentos que invalidan sus tesis, los in-
cluyen transformados en su discurso
(contraargumentos).
Una curiosa técnica que utilizan es-
tos últimos sujetos -por ejemplo, en el
programa La Rosa de los Vientos de
Onda Cero- es la conocida en psicolo-
gía social como mindnessless, que con-
siste en generar un estado de procesa-
miento de la información en el que se
reduce el juicio crítico y la atención a
información perturbadora. En este
caso, se traduce en la mezcla de ciencia
y pseudociencia. Se habla, por ejemplo,
de las misiones de la NASA, de las in-
vestigaciones del CERN y a todo ello se
añaden avistamientos de ovnis o psico-
fonías.
Ante tanta banalización y habili-
dad para el fraude, es necesario un fo-
mento del pensamiento crítico, porque
el ocultismo tiene la batalla mediática
ganada y las consecuencias son más
graves que eventuales negocios fraudu-
lentos, estafas e intrusismo profesional.
En nuestra opinión, una sociedad que
huye del debate y la justificación racio-
nal de las ideas, una sociedad que pres-
tigia, difunde y fomenta supersticiones
y otras formas míticas de afrontar la re-
alidad, además de degradarse cultural-
mente, está protegiendo indirecta-
mente a quien se lucra generando con-
fusión y desvirtuando el derecho a
recibir información veraz y contras-
tada.
JAVIER TORRES SÁENZ
MIGUEL GINÉS ARA
Logroño.
Biblioteca
escéptica
Vivimos en la era de la comodidad. El
conocimiento científico no se adquiere
por revelación de extraños seres verdes,
sino con trabajo y estudio. Pero es men-
talmente menos trabajoso creer en la
explicación del santón de turno que
impone las manos y cura toda clase de
miasmas que entender cómo funciona
un antibiótico, para lo cual, por lo me-
nos, se tiene que saber leer.
Gracias por el soplo de aire fresco
que supone la lectura de la revista. Re-
sulta reconfortante ver que lo que hace
tiempo ya daba por sentado es compar-
tido por alguien más que se salva de
esta marejada de locos. En la historia
del mundo, sólo de cuando en cuando
nace algún genio que cambia la vida de
sus congéneres, gracias a estas personas
y a otras que pusieron su pequeño pel-
daño, la humanidad avanza. ¿Puede al-
guien decirme qué han aportado esta
serie de chalados al género humano?
¿Hay alguna aplicación práctica de las
pseudociencias, las religiones y el pen-
samiento mágico? Tal vez llevaba razón
Albert Boadella al decir: “Cada día que
amanece, el número de tontos crece”.
Como la lectura de la revista me
sabe a poco, les propongo que se in-
cluya en la publicación una guía de tí-
tulos para que quien lo desee pueda ha-
cerse su propia biblioteca escéptica. La
revista podría hacer de intermediaria
entre las editoriales y el lector, o que las
editoriales insertaran publicidad para
que el lector pudiera realizar sus pedi-
dos directamente. Esto para mí sería in-
teresante, ya que no resido en una ciu-
dad y, por lo tanto, no tengo acceso a
los títulos que a veces se citan en algu-
nos artículos.
ADRIÁN CASTILLO RECHE
Cúllar (Granada).
Responde L. A. Gámez:
Nos satisface que la lectura de esta
revista le sepa a poco a Adrián Castillo
Reche. Respecto a su propuesta de edi-
tar una especie de guía bibliográfica es-
céptica, es algo que ya hacemos en los
artículos, que intentamos que incluyan
una bibliografía pormenorizada. De to-
dos modos, tomamos buena nota de sus
ideas, aunque lo que respecta a la inser-
ción de publicidad de editoriales sea
algo que no esté en nuestra mano.
Si le es difícil saber de libros de di-
vulgación científica o críticos sobre lo
paranormal, puede recurrir a la direc-
ción de ARP (Apartado de Correos
310, 08860 Castelldefels), donde le fa-
cilitarán información, aunque no sea
socio de la entidad. Asimismo, si lo de-
sea, también puede pedir que le pongan
en contacto con otros escépticos de su
provincia, algo que en algunas regiones
ha fructificado ya en encuentros perió-
dicos entre socios de ARP, suscriptores
de esta revista y simpatizantes.
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