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RETABLO DE PSEUDOTERAPIAS
Una colaboración de Rationalis (Universidad de La Habana) y ARP-SAPC
A
l parecer, desde siempre han existido discrepan-
cias entre los que opinan que una determinada
terapia es curanderismo o charlatanería y los
que opinan lo contrario. En esta página mostramos algu-
nas «terapias» que fueron desechadas por falsas ya hace
muchos años en Europa y los EE.UU., aunque algunas,
como la cromoterapia, vuelven a renacer de cuando en
cuando, quizás con el nombre cambiado.
Todas cumplen dos reglas importantes del
curanderismo:
a)
debe existir alguna base lógica para el
procedimiento, —real o inventada—, y
b) el paciente debe ver o sentir la «cura» en acción.
Antes de proseguir es bueno aclarar lo siguiente: el lla-
mado método científi co no lo inventó ningún superdota-
do. Tuvo sus precursores —como ocurre en casi todo—,
pero hoy día es el resultado del aporte de muchos en muy
diferentes esferas del conocimiento. Y no es más que una
metodología que ha venido perfeccionándose durante
siglos. Si Ud. sigue esa metodología entonces Ud. está
haciendo ciencia —buena, mediocre o mala, pero cien-
cia al fi n—. Si no la sigue, entonces no es posible hablar
de ciencia, y hay que hablar de otra cosa: magia negra,
curanderismo, charlatanería, ilusión... (y a veces hasta de
estafa, si se cobra dinero por algo que no tiene valor, o
que incluso puede hacer daño por obra u omisión).
Así de simple.
De la misma forma que para ser jinete hay que sentarse
a horcajadas sobre alguna bestia, para hacer ciencia hay
que seguir el método científi co. No hay alternativa.
En la breve recopilación que sigue se muestran algunos
que quisieron cabalgar... sin tener la bestia debajo. Aún
los hay que quieren hacer lo mismo.
Frenología y fi siognomía
Esta «ciencia» fue creada por un médico vienés, el Dr.
Franz Joseph Gall (1758-1828). La teoría subyacente
establecía que la forma y tamaño del cerebro determinaban
la apariencia del cráneo, lo que permitía determinar la
personalidad. La fi siognomía establecía que los aspectos
físicos determinaban los aspectos de la personalidad. Así,
una persona con buena coordinación muscular debería
Tanto en la frenología como en la fi siognomía, se afi rmaba
que del aspecto exterior de la persona se podrían inferir sus
características intelectuales e incluso morales. (Archivo)
Artículo
Escepticismo en Cuba
Nota de la redacción:
Cuando decidimos hacer un número de «El escéptico» dedicado al pensamiento crítico en Cuba, lo primero que
encontramos fue la siguiente página: «http://www.fi sica.uh.cu/rationalis/index.htm». En ella hay varias cosas a tener
en cuenta: La primera es que el dominio es CU, es decir, lo que buscábamos: Cuba. Lo siguiente es que el subdominio
es UH que signifi ca Universidad de la Habana. Física, signifi ca que es de la Facultad de Físicas. El título de la página es
Rationalis, que lleva un subtítulo interesante: «...en Defensa del Pensamiento Racional Universidad de La Habana».
Uno de los apartados de esta interesante página es «Retablo de Pseudoterapias»; en ella, el profesor de la Facultad de
Física, Arnaldo González Arias, se había dedicado a recopilar lo que había por internet sobre este tema en varios idiomas
y a traducirlo al español.
Puestos en contacto con el autor, convenimos en reproducir el artículo pero adaptándolo a las necesidades de la revista
y al material gráfi co disponible en la ARP-SAPC.
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ser inteligente, y otra pequeña y ligera, impulsiva.
También fue popular la «anatomía comparativa»; si su
cara se asemejaba de alguna forma a la de un cerdo, pues
sería un «cochino» necesariamente. Un par de libros de
la época son New Physiognomy or Signs of Character
(1866), de Samuel Revells, y Redfi eld’s Comparative
Physiognomy (1887), del Dr. James Redfi eld.
Hoy en día, la frenología ha vuelto a renacer con dos
nuevos nombres: Morfopsicología, o personología.
Una búsqueda en Wiki nos permite saber lo que es y
descubrimos que se trata de la vieja frenología con
nuevos ropajes. Lo triste, lo auténticamente triste, es
que estas dos «ciencias» se están utilizando en muchas
empresas para reclutar personal.
Hidroterapia
Hoy día es común el uso del hidromasaje muscular. Sin
embargo, a principios de los años 20 del siglo pasado
se vendían en los EE.UU. equipos de hidromasaje que
supuestamente proporcionaban “oxigeno sanativo” a
los tejidos enfermos. La fi gura muestra un paciente
recibiendo la terapia para una dolencia en el hígado,
en un laboratorio de investigación del agua (Rational
Hydrotherapy, por Dr. J.H. Kellogg, 1902).
Regiones del cráneo asociadas a la personalidad, según la
frenología (Archivo)
Sesión de hidroterapia consistente en masajear el hígado con
agua a presión (Dr. Kellogg)
Los «tractores» de Perkins.
Consistían en dos punzones o estiletes de diferentes
metales, que al ser frotados sobre la parte dolorida eran
capaces, según su inventor, de extraer el dolor. Perkins
fue expulsado de la Connecticut Medical Society en
1796 por haber «revivido las remanencias miserables del
magnetismo animal, ...predicando que el frotamiento...
curará radicalmente los dolores más rebeldes...».
Tractores de Perkins, agujas de metales diferentes para la
erradicación del dolor (Archivo)
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Baño eléctrico en un hospital de Londres. Supuestamente
provocarían fi ebre artifi cial que destruiría a los patógenos.
(Archivo)
Thermocap
¿Se imagina Ud. como le iría a un calvo en el verano si
le dan calor en la cabeza con una bombilla? Es obvio
que se le freirían los sesos, o poco menos, ¿no? Pues
este «tareco» diseñado por Allied Merke Institutes Inc.
pretendía nada más y nada menos que hacer crecer el
pelo con... calor.
Terapia ocular.
Los músculos se hacen más fuertes con el ejercicio.
Entonces, ¿por que no la visión? Basado en este
«principio» se construyó un dispositivo para dar masajes
en los ojos, conocido en Europa como Neu-Vita Oculizer
y en los EE.UU. como Ideal Light Restorer (restaurador
ideal de luz).
Terapias eléctricas.
La comercialización de la electricidad a fi nales del siglo
XIX y principios del XX trajo consigo una infi nidad de
pseudoterapias de todo tipo; peines y cepillos eléctricos,
cintos eléctricos, terapias electromagnéticas... Esta
última consistía en aplicar una corriente eléctrica en las
manos del «paciente» mediante un generador manual y
Ya en 1890 se usaban sillas eléctricas para aplicar
terapias. Algunos modelos incluían tubos de luz violeta
para «realzar» el efecto de la electricidad. También
existían los «baños eléctricos» como el que aparece en
un catálogo de la Davis Electric Co. de 1904.
Cromoterapia.
El spectro-chrome, «inventado» en 1920 por el Coronel
D.P. Ghadiali, originario de La India, consistía en una
lámpara con una serie de fi ltros coloreados que, usados en
el lugar y hora adecuados, supuestamente eran capaces de
curar cualquier cosa. Logró vender unos 10 000 equipos
antes de ser sancionado por un tribunal de Nueva York a
Escepticismo en Cuba
Anuncio en prensa del Termocap (Archivo)
Anuncio de cinturones eléctricos que lo curaban todo desde el
reuma hasta la histeria. (Archivo)
sujetadores metálicos (Davis & Kidder). Se suponía que
la sensación de «cosquilleo» que se obtenía resultaba
efectiva en la cura de diferentes desórdenes nerviosos.
El peine eléctrico se cargaba con una pequeña batería,
que aparte de proporcionar un ligero corrientazo inicial,
solo servía para después peinarse normalmente.
Peine eléctrico (Archivo)
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3 años de prisión y multa de 20 000
dólares (el equivalente de unos
250 000 de hoy día).
Terapias radiactivas
El Revigator consistía en una vasija
de cerámica ligeramente radiactiva
que afi rmaba «curarlo todo» si en la
mañana se tomaban de 6 a 8 vasos
de agua depositada la noche anterior.
Su uso declinó cuando entre los más
afi cionados a la terapia comenzaron
a aparecer casos con cáncer en boca
y quijada. Aunque la radiación
era pequeña, la concentración de
radón gaseoso, producto de la
desintegración, podía llegar a ser
alta.
Terapia vibromecánica
Hoy día es posible encontrar en el
mercado sillones mullidos y vibran-
tes para relajar los músculos. Pero a
principios del siglo XX aparecieron
en el mercado diferentes vibradores
que supuestamente «curaban» dife-
rentes dolencias. Note los diferentes
aditamentos en el vibrador manual
«White Cross». Cada aditamento es-
taba concebido para tratar una deter-
minada dolencia.
Otra vibroterapia.
El Dr. Albert Abrams ostenta el
nada envidiable titulo de Rey de los
White Cross, el primer vibrador de mano
(Archivo)
Vasija para irradiar agua (Archivo)
Spectrochrome del Coronel Ghadiali (Archivo)
Charlatanes Norteamericanos. Dio
origen a la producción de diversos
instrumentos de pseudoterapia que
inundaron el mercado en EE.UU.
a principios del siglo XX. El Dr.
Abrams colocaba una gota de la sangre
del paciente en un «dinamizador»
para determinar la «frecuencia de
vibración» de la enfermedad. Usaba
entonces el Osciloclast para duplicar
las vibraciones y así neutralizarla.
Escribió numerosos libros e «inventó»
muchos dispositivos eléctricos,
ninguno de los cuales tenía efectividad
médica. No vendía sus dispositivos los
alquilaba estipulando a sus pacientes
que no divulgaran su contenido.
Si te pica aquí, ráscate allá
El Resucitador era un dispositivo
que, según su promotor, al producir
desconfort en una determinada área del
cuerpo permitía aliviar el dolor en otro
lugar. Consistía en un resorte acoplado
a agujas muy fi nas adaptadas para ese
fi n. El fundamento «científi co» del
método se puede encontrar en el libro
de John Linden Baunscheidtism, or a
New Exanthematic Method of Cure,
publicado en 1874.
Dilatadores rectales
Populares a principios del siglo
XX. Se consideraba que al usarlos
se estimulaban determinadas vías
Resucitadores de fi nas agujas (Archivo)
Dilatadores rectales (Archivo)
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Genuino aceite de serpiente
(Archivo)
nerviosas que controlaban determinados órganos. Según
el Dr. Young, todos los órganos podían ser afectados
positivamente por los dilatadores. Se proporcionaban en
4 tamaños y tres diferentes materiales, gutapercha, vidrio
y aluminio.
Generadores de luz violeta
Se vendieron incluso en los años 50 del siglo pasado. Te-
nían tubos al vacío que, al electrifi carse, producían chis-
pas violetas. Se utilizaban
en cualquier parte del cuer-
po y tenían aditamentos es-
peciales para su adaptación.
Una especie de variante de
la cromoterapia
Pseudomedicinas
En la foto se muestran bo-
tellas de aceite de serpien-
te, que se vendía como
linimento, así como otras
medicinas patentadas que
aseguraban curar mediante
la electricidad, el magne-
tismo, la radiactividad y los
rayos-X. Los laboratorios
ingleses Standard Labora-
tories producían extracto de
orina masculina para tratar
el cáncer mediante inyec-
Colección de pseudomedicinas para todo tipo de males, solían
contener alcohol u otras sustancias adictivas (Archivo)
ciones subcutáneas. Muchas de estas medicinas conte-
nían un alto contenido de alcohol, lo que garantizaba en
buena parte su clientela.
Generadores de ozono
Estos dispositivos tenían un tubo de vacío que, al
electrizarse, generaba chispas luminosas y producía
gas ozono (O
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). Este último «curaba» un sinnúmero de
problemas respiratorios cuando se inhalaba.
Generador de ozono moderno(Archivo)
Pseudiagnóstico
Adicional a las pseudo-
terapias también existen
los pseudoanálisis o pseu-
dodiagnósticos, como es
el caso del fonendosco-
pio, que supuestamente
era capaz de recoger los
sonidos asociados a dife-
rentes enfermedades. Fue
bastante popular a fi nales
del siglo XIX. En la fi gu-
Fonendoscopio (Archivo)
ra aparece un fonendoscopio producido por una famosa
marca francesa fabricante de instrumentos.
Con esto llegamos al fi nal. Ni que decir tiene que no
hemos agotado todo el tema de las pseudoterapias. No
era esa nuestra intención. Tan solo pretendíamos ver
algunas de las más conocidas.
Tal vez merezca la pena una pequeña refl exión. La historia
nos demuestra que en cuanto nace una nueva ciencia o
técnica casi inmediatamente surge una pseudoterapia
que se basa en ella. En los casos que hemos visto eso es
lo que ocurrió con la electricidad, con el magnetismo,
con la radio y con la radiactividad.
Escepticismo en Cuba