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el escéptico
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Portada original (La liebre de marzo)
EL ZOO CUÁNTICO
Marcus Chown
Título Original:
The Quantum Zoo.
Traducción: Esteban Bernís Utrilla
Editorial La Liebre de Marzo. Barcelona, 2007.
Uno de los caballos de batalla del divulgador científi co
reside en lograr un delicado equilibrio entre rigurosidad
y claridad, entre el erudito saber y el saber transmitir.
Muchas obras capitales, con un contenido muy por
encima de la media, fracasan irremediablemente cuando
no son capaces de llegar al lector. Y como lector me
refi ero al lector medio: un espécimen que, aunque quizás
no posea estudios universitarios, si que dispone de
una curiosidad y un no despreciable afán de esfuerzo.
Aunar exitosamemte lo cierto con lo comprensible es,
pues, una difícil labor que no está al alcance de todos los
escritores.
El pequeño libro que aquí trataremos (169 páginas)
se dispone a explicar las dos teorías de la física que
revolucionaron nuestra comprensión del Universo en
el siglo XX, no siendo baladí el subtítulo que aparece
en portada “Guía turística del interminable Universo”.
Se trata, efectivamente, de un viaje a los misterios
más recónditos de la realidad. Dividido en dos partes
claramente diferenciadas: cosas pequeñas y cosas
grandes, como el lector más avezado podrá adivinar
sin problemas, el libro intenta describir los intrigantes
vericuetos de la mecánica cuántica en un caso, y de la
relatividad en el otro.
El mundo microscópico es de todo menos intuitivo.
Aparentes paradojas como que una partícula puede estar
en dos sitios a la vez, que el observador infl uye en la
medida y la acción a distancia, son descritos con una
claridad admirable. El autor, acertadamente, empieza el
viaje explicando cómo llegamos al modelo orbital actual
del átomo, partiendo de la antigua noción de Demócrito,
a través de un lenguaje sencillo, claro y entretenido. A
continuación introduce las perplejidades del mundo
subatómico, describiéndolo como una especie de universo
de Alicia en el país de las maravillas (recordemos ahora
que existe un recomendable librito de divulgación
cuántica de Robert Gilmore con el título Alicia en el país
de los cuantos
). El ya famoso experimento de la doble
rendija, donde se manifi esta la dualidad onda-partícula de
los fotones y electrones, es aquí la estrella de la función.
Seguirá el inquietante principio de incertidumbre de
Heisemberg y un análisis del colapso de la función de
onda, que es explicado intuitivamente sin la ayuda de
ninguna ecuación matemática. Finaliza el apartado
microscópico con alguna de sus aplicaciones siendo
muy de agradecer cómo a través del funcionamiento de
los ordenadores cuánticos se explica la posibilidad de
realizar múltiples operaciones simultáneas y la cuestión
de la decoherencia.
La segunda parte, «cosas grandes», empieza contando
cómo el ínclito Albert Einstein llegó a la famosa teoría
de la relatividad especial. Cuestiones como el porqué
nada puede viajar a mayor velocidad que la lumínica y
las impactantes implicaciones de que dicha velocidad
sea constante independientemente del observador son
descritas en este apartado. Son especialmente originales
la descripción del espacio-tiempo y la explicación de la
única fórmula que aparece en el libro: la que señala la
equivalencia entre masa y energía. Obviamente, también
aparece la interrelación entre la gravedad y la relatividad
especial: la teoría de la relatividad general, mostrando
diversas implicaciones tal como la predicción de la
existencia de fenómenos astrofísicos como los agujeros
negros.Y como nexo entre lo muy pequeño y lo muy grande,
se detalla la existencia misma de un macrofenómeno como
las enanas blancas. Esta estrella en plena agonía, pura
brasa estelar con el combustible ya agotado, mantiene su
estructura desafi ando al colapso gravitatorio, gracias a la
exclusión de Pauli: un famoso principio de la mecánica
cuántica que impide que los electrones con los mismos
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el escéptico
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EL ROBOT ENAMORADO
UNA HISTORIA DE LA INTELIGEN-
CIA ARTIFICIAL
Félix Ares de Blas
Editorial Ariel, 2008. 309 páginas.
Portada original (Editorial Ariel)
parámetros cuánticos ocupen el mismo espacio. Dicho
cuerpo sideral, también toma parte de la demostración
de la teoría general de la relatividad de Einstein, en la
que se muestra que la gravedad afecta a las partículas de
luz. Efectivamente, midiendo las características de la luz
que emite una enana blanca (no olvidemos que se trata
de un cuerpo extremadamente denso) se comprobó que
su tiempo se había contraído. En el último capítulo, una
vez presentadas las bases necesarias, el autor nos explica
qué responde la ciencia sobre enigma del origen del
Universo, haciendo especial hincapié en la adecuación
de la teoria de la relatividad con las observaciones de un
universo dinámico. El problema de la materia oscura, la
uniformidad de la radiación cósmica de fondo y de las
imperfecciones iniciales que dieron lugar a las galaxias
son tratados aquí, hasta plantearse alguna cuestión de
índole metafísica sobre el Big Bang.
Lo que podría ser el único pero a este interesante libro: la
total ausencia de gráfi cos explicativos, no se echa en falta
en ningún instante. Los capítulos que a priori podrían
resultar más arduos (por ejemplo donde se describe
la dilatación y contracción del tiempo y del espacio)
son magnífi camente claros, con una prosa que haría
redundante la inclusión de esquemas. Y por si fuera poco,
el autor regala un extenso glosario con la descripción de
los términos más complejos aparecidos en el texto.
Casi a la altura del clásico En busca del gato de
Shrödinger,
y lejos del academicismo de las obras de
Penrose, especialmente en los capítulos cuánticos de
La nueva mente del emperador y de Las sombras de la
mente
, afronta con todas sus consecuencias su apuesta
por la divulgación. Demuestra que se puede divulgar
bien, sin rebajar en demasía la profundidad del tema. No
cabe olvidar, que para el bien de la razón, la ciencia ha
de bajar en algún momento de la torre de cristal en que
en algunas ocasiones se oculta. De esta manera, cuanto
más comprensión haya de la ciencia, menos cabida habrá
para los estafadores, vividores y charlatanes que imperan
por doquier. Marcus Chown contribuye efi cazmente a
esta lucha.
Antoni Escrig Vidal
Antes de pasar a comentar el libro, permítanme contarles
una anécdota de cuando lo estaba leyendo.
En una reunión familiar, alguien me vio con él en la
mano (seguramente ávido de acabarlo) y con varias
páginas marcadas, lo que dejaba entrever mi devoción
por el libro.
Quedé muy contento cuando me interrogaron por él:
—«¿De que trata?»— Seguramente por la portada
pensarían de que se trataba de una versión friki del
clásico King Kong. Es decir, una simple novela de
entretenimiento.
Con todo mi entusiasmo empecé a hablar de ordenadores,
sus difi cultades para entender la realidad, los esfuerzos
hechos y la proyección de futuro y las esperanzas puestas,
es decir, lo que conseguiremos lograr.
A medio discurso observé abundantes gestos de
disgusto.