el escéptico
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¿ESTAMOS CAMBIANDO EL CLIMA?
Breve refl exión sobre el origen antrogénico del
cambio climático.
El lector podrá encontrar el original en: http://suplementos.laopinion.es/ciencia/material/pdf/2007/11/17112007.pdf.
Manuel Vázquez Abeledo
Artículo
a) El aumento del nivel de los
océanos, con la subsiguiente
repercusión sobre una gran par-
te de la población mundial que
vive en zonas costeras.
b) La intensifi cación de las situa-
ciones de tiempo atmosférico
extremo, es decir, tanto el au-
mento de las olas de calor y de
frío, como de los episodios de
sequía e inundación
c) El desplazamiento hacia latitu-
des medias de enfermedades y
especies tropicales
d) Un mayor ritmo de emigración
desde los países subdesarrolla-
dos al primer mundo.
Si el ritmo de emisiones se mantiene en
los niveles actuales en la segunda parte de
este siglo, nos empezaremos a preocupar
por el colapso de las corrientes oceánicas
y la liberación de metano de las tundras
siberianas. El elevado tiempo de residencia
del CO2 en la atmósfera terrestre, unos
doscientos años, ocasiona un claro desfase
entre la toma de decisiones y la respuesta
del sistema climático.
Nuestro modelo económico occidental
basado en un crecimiento continuo a partir
de unos recursos limitados ha iniciado
una importante crisis. Una de las primeras
señales es la huella de su impacto climático.
Durante décadas la acción del Ser Humano
se ha realizado de forma inconsciente,
pero en la actualidad no podemos aducir
ignorancia, aunque debemos tomar las
decisiones pertinentes sin una seguridad
total, lo cual por otra parte es muy normal en
muchas actividades de la vida. En cualquier
caso no debemos olvidar que los tiempos de
crisis han sido siempre tiempos para nuevas
oportunidades.
D
esde sus inicios, el progreso
de la civilización humana ha
venido marcado por el acceso a
fuentes de energía cada vez más asequibles
y efectivas. Durante muchos siglos las
consecuencias de dicha utilización sobre
el medio ambiente fueron mínimas, si
bien es cierto que la introducción del
carbón provocó los primeros problemas
ambientales. En el siglo XIX la Revolución
Industrial permite la sustitución de una
parte importante del trabajo humano por
el realizado por máquinas. El creciente uso
del carbón y el descubrimiento del petróleo,
y después del gas natural, proporcionan lo
que entonces se creyó una fuente de energía
inagotable. Simultáneamente, la industria
química desarrolla nuevos productos que
proporcionan cosechas más abundantes y
hacen más agradable la vida diaria.
Pero a mediados del siglo XX comienzan
a oírse las primeras voces de alarma sobre
el aumento de temperaturas que sufre
nuestro planeta. Ya por entonces se habían
iniciado los estudios sobre la absorción
por parte de ciertos gases de la radiación
infrarroja emitida por la superfi cie terrestre.
Dicho fenómeno es conocido como efecto
invernadero y permite que la Tierra disfrute
de unas temperaturas compatibles con la
existencia de vida en su superfi cie. Uno de
los compuestos gaseosos causantes de dicho
efecto es el dióxido de carbono, CO2, que
se libera a la atmósfera por la combustión
de los mencionados combustibles fósiles.
El problema radica, no en que en dicho
gas esté presente en la atmósfera, sino en
su desmesurado ritmo de aumento, que
no puede ser compensado por los agentes
naturales como los océanos y la biosfera.
Poco a poco, la comunidad científi ca se
va convenciendo de que nos encontramos
ante un grave problema medioambiental,
El planeta está experimen-
tando un aumento de tem-
peratura a un ritmo desco-
nocido en el pasado”.
con graves implicaciones sociales y
económicas. Las actuales medidas
indican, sin lugar a dudas, que estamos
experimentando un aumento de temperatura
a un ritmo desconocido en el pasado,
tal como puede comprobarse a partir de
registros paleoclimáticos. Aunque existen
otros factores de variabilidad climática
como la actividad solar y los diferentes
tipos de aerosoles, el mencionado
efecto invernadero resulta ser la causa
predominante del calentamiento global de
la Tierra. El clima terrestre posee un alto
grado de variabilidad interna, que se refl eja
en fenómenos como El Niño/La Niña; sin
embargo, el calentamiento observado en los
océanos descarta dicha posibilidad.
La mejora de los modelos climáticos ha
permitido realizar mejores predicciones
del comportamiento futuro. Sin embargo,
hay dos factores que nos obligan a plantear
diferentes escenarios, más que pronósticos
cuantitativos concretos. Por un lado, hemos
de tener en cuenta que nos encontramos
ante un proceso no-lineal, y posiblemente
caótico, muy sensible a cualquier mecanismo
de retroalimentación. Por otro lado, los
cálculos han de incluir necesariamente
aspectos sociales y económicos de muy
difícil cuantifi cación. Entre ellos podemos
destacar el aumento de población, la
efi ciencia de los procesos energéticos y el
consumo de energía per capita. Entre las
consecuencias del calentamiento global
que es posible prever son destacables las
siguientes: