el escéptico
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Editorial
RETRASADOS, PERO CON
MUCHO CONTENIDO
Félix Ares de Blas
E
n primer lugar quiero pedirte disculpas por el
retraso con el que esta revista ha llegado a tus
manos. Debido a un pico de trabajo en varias de
las personas que hacemos la revista nos hemos retrasado.
Tratando de ganar tiempo, en esta ocasión hemos hecho
un número doble. En tus manos tienes en una sola revista
el mismo número de artículos que corresponderían a dos
números. Preferimos que cada revista salga a su tiempo y
con el número correspondiente de páginas, pero a veces
las circunstancias nos pueden. Por la parte de culpa que
me corresponde te pido perdón.
Nuestro amigo y socio de honor, el fi lósofo de la ciencia
Mario Bunge, se acaba de jubilar y aprovechando esta
circunstancia hemos hecho un dossier sobre él. De todos
vosotros es sabido que él siempre ha considerado a la
psicología argentina, que se basaba casi al cien por
ciento en el psicoanálisis, como una pseudociencia pura
y dura. No por argentina sino por psicoanálisis que es una
pseudociencia «esférica»; es decir, que es pseudociencia
se la mire por donde se la mire. Ya jubilado ha vuelto a
su país y ha dicho lo que acabo de reseñar en distintas
conferencias a lo largo y ancho de Argentina. Ni que
decir tiene que eso no ha gustado a todo el mundo.
Realmente ha producido un vendaval. Podéis leer lo que
ha ocurrido en el trabajo «El vendaval fi losófi co» que
ha escrito nuestro colega Alejandro Agostinelli. Igual de
interesante es el artículo del propio Mario Bunge titulado
«La psicología argentina recién está naciendo» en el que
pide disculpas por haber metido a todos los psicólogos
argentinos en el mismo saco y donde nos dice que
algunos de ellos están haciendo verdadera ciencia. Nos
alegramos tanto como Bunge de que esto sea así; ya era
hora de que algunos psicólogos argentinos abandonaran
la pseudociencia. A ver si algunos españoles se aplican
el cuento.
En estos meses han salido al mercado dos nuevos libros
de la colección ¡Vaya Timo! De la editorial Laetoli. El
primero trata sobre el Tarot y el segundo de la Homeopatía.
Como aperitivo podéis disfrutar de tres capítulos de
estos libros. Se trata de «El auténtico origen del tarot»
de Javier Cavanilles; «La Homeopatía, el club médico
de la comedia» y «La supuesta Ley De La Analogía»
ambos de Víctor-Javier Sanz. Lo que hoy publicamos es
el aperitivo, si os gusta comprad los libros.
Desde Cuba, nuestro colaborador Arnaldo González
Arias nos cuenta el uso que en su país están haciendo
del electromagnetismo y otras terapias similares sin
ningún aval científi co. Su trabajo se titula «Terapias
electromagnéticas: ¡Cuánta razón, Santayana... Cuánta
razón!». Solo me queda decir: ¡Cuánta razón Arnaldo!
Clemente Balladares Castillo nos cuenta los mitos
que hay alrededor de la infl uencia de la Luna en la
agricultura.
Los pasados días 3 y 4 de octubre tuvieron lugar en
Londres, las conferencias que se conocen como TAM
(The Amazing Meeting). Entre los conferenciantes
estuvieron James Randi, Phil Plait, Adam Savage (de la
serie «Mythbusters»), Jon Ronson y Ben Goldacre. Allí
estuvo nuestro compañero José María Mateos que nos
hace una crónica de lo que ocurrió. ¡Qué envidia!
A mí personalmente, en su momento, me interesó
vivamente el tema de los moais de la Isla de Pascua; de
hecho me hice miembro de una asociación parisina de
amigos de la Isla, viajé a la misma y el Club de Leones
publicó cuatro postales cuyos clichés eran míos. Hasta
donde yo sé, eran las primeras postales de la Isla que
se vendieron allí. Pero desde hace unos cuantos años
me había despreocupado del tema. Alfonso López
Borgoñoz en su trabajo «Un largo eclipse sobre la Isla
de Pascua», nos hace ver que el tiempo no pasa en
balde, que en estos años que yo me he desinteresado han
pasado muchas cosas sumamente interesante. Podemos
decir, sin lugar a error, que la arqueología de la Isla ha
madurado enormemente y que está obteniendo resultados
sumamente interesantes, algunos para mí sorprendentes,
como por ejemplo, la idea de que las estatuas actuaban
como delimitadores de zonas, una especie de tocones.
Andrés Tonini en su trabajo «El Neo-Zahorismo
tecnológico» nos cuenta que en muchos países se están
vendiendo aparatos que no son otra cosa que la versión
moderna de la varita del zahorí. Claramente un timo. Que
piquen los incautos particulares y compren una unidad
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no nos sorprende, pero que lo hagan los ejércitos y que
compren cientos de unidades, sí que lo hace. ¿No hacen
pruebas de la efectividad de lo que adquieren? No se trata
de comprar una unidad para ver si funciona, se trata de
que han comprado cientos de ellas y se las han dado a los
soldados para que, por ejemplo, busquen minas. Ni que
decir tiene que muchos han muerto porque el aparato no
se ha enterado de que había una mina debajo. Sin aparato
serían más precavidos pues no estarían tan confi ados.
Con el aparato lo han estado y eso les ha costado la vida.
Ya no se trata de que un ayuntamiento se gasté más o
menos dinero en buscar aguas subterráneas por medio
de varitas, ahora se trata de algo mucho más serio, de
vidas humanas. Al fi nal, la creencia en los poderes de
una horquilla para buscar agua ha producido muertos.
Esto nos demuestra que las pseudociencias casi nunca
son inofensivas, aunque puedan parecerlo.
Hace siete u ocho años, cuando las pruebas del Cambio
Climático eran mucho menores que las de hoy en día, la
mayoría de la población tanto de Europa como de Estados
Unidos creían en él y estaban preocupados. Hoy, cuando
las pruebas son abrumadoras, hay más «negacionistas»
del Cambio Climático que nunca y el número crece. No
deja de ser una paradoja sorprendente. En el artículo
que reproducimos y que apareció originalmente en
The Guardian, titulado «La hostilidad pública hacia la
investigación del clima», su autor, el famoso periodista
George Monbiot, nos da unas pistas sobre el asunto.
narse por varias razones, entre otras porque en un ar-
tículo hoy absolutamente superado y desprestigiado se
decía que la vacuna MMS (sarampión, paperas, rubeola)
estaba ligada al autismo; los que niegan que el SIDA está
producido por un virus; los que niegan el holocausto
–dicen que los nazis no mataron a los judíos—; los que
niegan que la «revolución verde» haya signifi cado algo
para disminuir el hambre en el mundo;... De todos ellos
hay uno que me duele especialmente, se trata de la co-
rriente antivacuna. Hace unos años estábamos a punto de
erradicar el sarampión; incluso se dijo que sería la segun-
da enfermedad en el mundo que sería absolutamente eli-
minada –la primera fue la viruela—. Tan solo quedaban
unos pocos reductos en unos pocos países. Eso era hace
cinco años, hoy el número de enfermos de sarampión
ha crecido enormemente y lo que es mucho más grave,
ha aparecido en los países donde ya estaba erradicada,
por ejemplo en el Reino Unido y Bulgaria. La causa, sin
duda, han sido los «negacionistas». Gracias a una idea
equivocada no hemos erradicado una enfermedad y lo
más grave es que lo más probable es que, gracias a la
medicina moderna, los afectados en el primer mundo se
salven; los del tercer mundo no tendrán tanta suerte. Una
idea absurda del primer mundo matará personas en el ter-
cero. Triste. Muy triste. Algo similar me ocurre con la
famosa monja de Montserrat que está metiendo miedo a
la gente contra la vacuna de la gripe. No se trata de estar
o no de acuerdo con una actuación puntual de la Organi-
zación Mundial de la Salud. Se trata de que en su video
El fi lósofo Mario Bunge es el tema de portada de este número. Se jubila y vuelve a
Argentína. (Archivo)
Los negacionistas del Cambio
Climático suelen llamarse escépticos,
sin embargo entre el «negacionismo» y
el «escepticismo» no hay casi nada en
común. De hecho son contrapuestos.
Los negacionistas lo niegan con
independencia de las pruebas, los
escépticos exigimos pruebas y una
vez que se nos presentan actuamos en
consecuencia. Unas veces las pruebas
demostrarán que llevábamos razón,
pero otras demostrarán lo contrario
y cambiaremos de idea. La mayoría
de los negacionistas actúan como
los magufos, coleccionan datos que
apoyan sus tesis rechazando todos
los que las contradicen.
Hoy en día se dan muchos «negacio-
nismos», por ejemplo, el del Cambio
Climático; los que se niegan a vacu-
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dice mentiras que asustan a la gente. Esperemos que este
otoño nos toque una gripe suave porque si no lo vamos
a pasar mal
De todos los negacionismos, el que más me duele es el
de la vacuna, pero probablemente no sea el más grave.
Creo que el más grave es la negación del Cambio Cli-
mático, pues está retrasando la toma de decisiones que
son imprescindibles y que hay que hacerlas ya pues el
tiempo se acaba.
En la sección de «Mundo Escéptico» Sergio López
Borgoñoz nos introduce en el debate que está surgiendo
en todo el mundo entre las sociedades escépticas para
reconducir su ámbito de actuación. Hablo en mi nombre
y no en el de nadie más, pero, de verdad, cada vez que
leo algo sobre que nos ha visitado un ovni, tanto a favor
como refutándolo, me importa menos. Me parece algo
lejano, absurdo y bastante intrascendente, aunque sobre
ello me extenderé un poco más abajo. En un reciente viaje
a Barcelona, Mario Bunge nos decía que «La Economía»
era una nueva pseudociencia y que debía estar en nuestro
campo de acción. No me atrevo a decir tanto. Estoy seguro
de que muchos planteamientos de algunos economistas
son absolutamente pseudocientífi cos pero hay muchos
economistas y muchas escuelas de pensamiento; no me
atrevo a generalizar. En el trabajo «Desfoliando la cebolla
del turismo» cuyo autor es Fc. Muñoz Escalona, nos
encontramos con una pseudociencia para mí inesperada:
la «ciencia» del turismo.
En la última Asamblea se decidió que la revista no se iba
a limitar a hablar de pseudociencias sino que también
iba a añadir una pequeña parte sobre divulgación
científi ca pura y dura. Es en ese sentido que publicamos
«El telescopio Hubble, 20 años de historia» de Carlos
Chordá.
Una de las acciones que estamos desarrollando
últimamente son los «Escépticos en el Pub» que como
su nombre indica es una reunión sobre temas escépticos
que se celebra no en una sala de conferencias sino en
un Pub. La fórmula está teniendo éxito sobre todo en
Madrid. Podéis ver las próximas convocatorias en
http://
www.escepticos.es
. En un «Escépticos en el Pub» que se
celebró en Santiago de Compostela, dije lo que he escrito
más arriba, que realmente el desmontar que los ovnis
no son naves extraterrestres tripuladas por marcianitos
verdes, me dejaba un poco frío y se creó un animado
debate, en el que me convencieron de que los ovnis en
sí, no tienen demasiada importancia, pero sí lo tiene su
aspecto conspiranoico. Quien cree que los gobiernos nos
ocultan que nos visitan los seres extraterrestres (¿por
qué razón nos lo ocultarían?) son mucho más propicios
a creer que el Cambio Climático es un montaje de las
multinacionales o que se ocultan los daños de las vacunas
para que las farmacéuticas se enriquezcan, o que nos
ocultan el «coche de agua» y que por tanto el problema
energético se acabará en cuanto quieran los gobiernos,...
Esa «conspiranoia» sí que es grave, pues nos impide por
una parte ver la realidad y por otra nos hace inocentes
frente al futuro, que no depende de nosotros sino de
extrañas fuerzas ocultas o de malévolos dirigentes. Si
no somos culpables, no podemos hacer nada y no lo
hacemos. Si hay «secretos» que solucionan nuestros
problemas, no hacemos nada. Lamentablemente, el
futuro sí depende de nosotros. Por suerte o por desgracia
el futuro está en nuestras manos. Lo que vaya a ocurrir
será nuestra responsabilidad y no podemos lavarnos las
manos invocando a una oculta conspiración.
Así que me convencieron de que las pseudociencias
aparentemente inocentes no lo son tanto.
Cartel de «Escépticos en el Pub». Una nueva actividad de la
ARP-Sapc que está teniendo mucha aceptación. (Archivo)