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VICERRECTORADO Y SERVICIOS GENERALES
UNIDAD DE EXTENSIÓN UNIVERSITARIA.
Camino del Pozuelo s/n, 16071 – Cuenca – España
Investigadores de la Universidad de Princeton han des-
cubierto algo considerado aterrador. Durante varios meses
estuvieron alimentando dos grupos de ratones, un grupo
con comida guardada en una nevera, y al otro con comida
guardada en una nevera pero con varios imanes decorativos
pegados en su puerta.
El objeto del estudio era ver cómo afectaban las radia-
ciones electromagnéticas de los imanes en los alimentos.
Sorprendemente y tras rigurosos estudios clínicos, consta-
taron que el grupo de ratones que consumieron la comida
irradiada por los imanes tenía un 87% más de probabilida-
des de contraer cáncer que del otro grupo.
Los imanes adheridos a cualquier aparato (electrodomés-
tico) conectado a la corriente eléctrica aumenta el consumo
-gasto- eléctrico de dicho aparato, por aumentar la fuerza
electromagnética del campo eléctrico del aparato. Todos te-
nemos algún imán en la nevera, como elemento decorativo,
sin que hasta ahora se sospechara que fueran perjudiciales.
PERO SON LETALES. Es peligroso jugar con las fuerzas
de la naturaleza y con las energías. Si tenéis algún imán,
quitadlo rápidamente y ponedlo lejos de cualquier alimento.
Inexplicablemente el Gobierno no ha dado ningún mensaje
de aviso, pero gracias a Internet y la buena voluntad de to-
hol no son más que bebidas con azúcares, que disminuyen
la absorción de etanol como cualquier otro alimento: así,
resultan absolutamente inútiles si la bebemos durante una
comida o una cena, porque esta ya tendrá un efecto al menos
igual al del brebaje mágico. Eso sí, a cinco euros la botellita.
http://www.muyinteresante.es/remedio-quo-drink-la-bebida-para-evitar-
la-resaca
http://perarduaadastra.eu/2010/12/unas-curiosidades-sobre-la-resaca/
Bibliografía:
Jones AW. Evidence-based survey of the elimination rates of ethanol
from blood with applications in forensic casework. Forensic Sci Int.
2010 Jul 15;200(1-3):1-20. Epub 2010 Mar 20.
Jones AW, Jönsson KA, Kechagias S. Effect of high-fat, high-protein,
and high-carbohydrate meals on the pharmacokinetics of a small
dose of ethanol. Br J Clin Pharmacol. 1997 Dec;44(6):521-6.
Norberg A, Jones AW, Hahn RG, Gabrielsson JL. Role of variability
in explaining ethanol pharmacokinetics: research and forensic
applications. Clin Pharmacokinet. 2003;42(1):1-31.
Imanes en la nevera, o cómo
detectar un hoax
J.M. Hernández
Regularmente circulan por internet mensajes alarmantes so-
bre alguna actividad cotidiana que acaba de revelar como
cancerígena algún grupo investigador de renombre. Podréis
recordar aquello de los microondas y las embarazadas, las
botellas cancerígenas del Johns Hopkins o el más reciente
aire acondicionado mutagénico de los automóviles.
Esta misma mañana me ha llegado un aviso para que mo-
difique algo que llevo haciendo desde siempre, so pena de
morir bajo terribles cánceres: los imanes de mi nevera. No se
trata de un mensaje nuevo, lleva más de dos años circulando
por internet, pero confieso que no lo había leído hasta ahora.
Transcribo a continuación el alarmante mensaje:
“
Profesor VICENTE TORTOSA PEREZ
UNIVERSIDAD DE ALMERIA – ESPAÑA
Hago estas aclaraciones, para darles la seguridad de que
es un envio,
realizado con toda la seriedad del caso.
Cuando lean el contenido, podra cada uno actuar en con-
secuencia.
Por lo prondo retiraré los que por publicidad hay en las
puertas de mi heladera y freezer.
(Foto: archivo)
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dos, podemos ayudarnos mutuamente.”
Es más que posible que cientos de inocentes imancitos
acaben en la basura “por si acaso”. Sin embargo, quizá con-
vendría pararse a pensar un poco antes de finiquitar la colec-
ción que tanto nos ha costado reunir.
Este tipo de mensajes suelen tener varios puntos en co-
mún que nos advierten sobre la posibilidad de que nos en-
contremos ante una broma de mal gusto, un simple bulo
(“hoax”, en inglés):
●
Siempre están firmados por un médico o un profesor
a título individual (a veces existente, aunque el pobre per-
manezca ajeno a lo que se envía bajo su nombre). Se suele
acompañar con el nombre de alguna universidad u hospital
extranjero, para intentar dar más seriedad al caso.
●
Suelen contener errores en el nombre del sitio oficial o
en su dirección.
●
Se apoyan en publicaciones que no citan, solamente de
forma abstracta se refieren a un “estudio de la universidad
XXX” o del “hospital XXX”
●
Siempre producen cáncer.
●
Siempre se refiere a objetos comunes en los hogares o
a alguna práctica habitual de la que, curiosamente, nunca se
había sospechado.
●
Se limitan a textos enviados por correo electrónico
(aunque pueden adjuntar documentos con membretes y fir-
mas rimbombantes). Nunca se trata de enlaces a una web
del hospital, la universidad o la revista que ha publicado el
estudio.
●
Se apela a la colaboración, al buen rollito, a salvar vidas
mediante la distribución del correo. Jamás un supuesto fir-
mante ha presentado una queja oficial o una denuncia.
Ya con esto, el mensajito en cuestión se torna bastante sos-
pechoso, pero si tenemos un poco de tiempo, podemos com-
probar fácilmente las incoherencias específicas del mismo:
1.
El tal profesor VICENTE TORTOSA PÉREZ
no existe. En la Universidad de Almería no aparece en el
directorio, ni hay ninguna publicación a su nombre. Todas
las referencias a tal personaje se limitan a sitios donde han
colgado este mismo texto.
2.
La Universidad de Almería no tiene ningún campus
en Cuenca, y menos aún un Vicerrectorado.
3.
Lo que hay en el Camino de Pozuelo (y no “del”
Pozuelo) es el Vicerrectorado del Campus de Cuenca y
Extensión Universitaria de la Universidad de Castilla-La
Mancha.
4.
Un tipo de Almería no dice “heladera” ni “freezer”,
sino “nevera” y “congelador”.
5.
No existe ningún artículo sobre imanes de nevera,
ni de investigadores de la Universidad de Princeton ni de la
de Tombuctú.
6.
Los imanes no generan radiación electromagnética,
sino campos magnéticos.
7.
La intensidad del campo magnético de un imán de
nevera es bastante más baja que la de un altavoz de discoteca.
Los nengs estarían todos fritos a cánceres de pancreas.
8.
¿Un imán de nevera origina cáncer y un par
biomagnético cura enfermedades?
9.
El que un imán aumente el campo eléctrico de un
aparato y consuma más, es una solemne barbaridad.
10. Si el 87% (ochenta y siete, ahí es nada) de los
ratones alimentados con comida “irradiada” durante
unos meses hubieran desarrollado cáncer, todos nosotros
estaríamos fritos hace tiempo.
En fin, un hoax en toda regla. Pero para no desentonar,
nosotros también haremos una petición para ayudarnos entre
todos: antes de reenviar una estupidez como ésta, piénsatelo
dos veces, consulta un poco de información y ahórrales a tus
amigos tener que deshacerse de sus microondas, de los ima-
nes de sus neveras o de las botellas de leche por una broma
mal interpretada.
http://www.lajaula.com.py/foro/topico/18278/sacando-los-imanes-
de-las-heladeras-
http://www.intercambiosos.org/showthread.php?t=4849
http://www.instructables.com/community/Do-refrigerator-magnets-
affect-food/
Las mentiras de los antivacunas
Publicado por Mala Ciencia
Por
Carlos González, pediatra y autor del libro “En
defensa de las vacunas“.
Algunos padres, por fortuna muy pocos, no vacunan a sus
hijos, engañados por una activa propaganda antivacunas.
Dos de los libros antivacunas más difundidos en España
han sido escritos por médicos homeópatas, Xavier Uriarte
(Los peligros de las vacunas, 2002) y Juan Manuel Ma-
rín Olmos (Vacunaciones sistemáticas en cuestión, 2005).
Su lectura es un trago amargo; no sólo niegan la eficacia de
las vacunas y exageran (o inventan) sus efectos secundarios;
también niegan que los gérmenes causen enfermedades y
recomiendan contagiar deliberadamente a nuestros hijos el
sarampión, aprovechando el próximo brote.
Pero sus mentiras más obvias son las falsificaciones de-
liberadas de sus supuestas fuentes. Por ejemplo, a propósito
de las vacunaciones contra el meningococo C en el el Reino
Unido en 1999, Uriarte dice (sin citar ninguna fuente) lo si-
guiente:
« En el curso 1999-2000 se vacunaron 5 millones de ha-
bitantes en Gran Bretaña entre los 2 meses y los 19 años.
Las personas afectadas [por efectos secundarios] llegaron
a 4000. Como efectos adversos que se presentaron cabe
destacar meningitis, encefalitis, mononucleosis infecciosas,
trombocitopenia, convulsiones y reacciones alérgicas. [...]
Datos estos curiosamente silenciados por las autoridades
sanitarias de ambos países [España y Reino Unido]».
Así lo expresa Marín:
«[...] según la dirección general de Salud Pública de Ca-
taluña [...] en Gran Bretaña, en menos de un año, se han co-
municado 4.764 reacciones adversas, tras la administración
de 13 millones de dosis, lo que da una tasa de una reacción
por cada 2.700 (392). Entre las mismas sobresalen: menin-
gitis, encefalitis, mononucleosis, trombocitopenia y convul-
siones».
Y ese «(392)» es, esta vez sí, la fuente, un documento de
la Generalitat de Cataluña que cita a su vez fuentes oficiales
británicas (pero, ¿no quedamos en que «las autoridades de
ambos países» lo han silenciado?). El documento es éste,
fácilmente accesible en Internet.
Y, en efecto, la cifra de efectos adversos es la que cita