el esc
é
ptico
73
tigadores ven en ello la idea implícita de que el mal es una sustan-
cia. (Nota del traductor al francés)
2
Lo cual recuerda también la teoría de los campos mórficos de
Sheldrake, concebida para explicar la supuesta posibilidad de “sen-
tir una mirada” o de transmitir el pensamiento. Según esta teoría,
la mirada cobra vida, se convierte en materia. (Nota del traductor al
francés)
3
La reificación consiste en considerar concreto un objeto abstrac-
to.
4
Las creencias en lo paranormal se han medido según la última
versión de la PBS: la RPBS –Basic Paranormal Belief Scale– (Toba-
cyk, 2004), a la cual hemos añadido algunos puntos porque el cues-
tionario no tiene en cuenta todos los aspectos de la superstición.
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Notas:
1
Referencia a un famoso experimento de Nemeroff (1995) que
marcó el inicio de las investigaciones sobre las supersticiones: la
gente (en su inmensa mayoría) se niega a ponerse un jersey limpio
si se les ha dicho que perteneció a un asesino en serie. Los inves-
Teoría de la evolución y superstición
Muy a menudo las supersticiones adoptan la forma de una imaginaria relación causa-efecto: por
ejemplo, se puede creer que existe esa relación entre ver pasar un gato negro y sufrir un golpe de
mala suerte. Una idea ya antigua de los psicólogos, especialmente los evolucionistas, es que esas
creencias o comportamientos supersticiosos han podido, aun siendo irracionales, difundirse entre
la población porque quizá representan una ventaja selectiva. Imaginemos que en la prehistoria
algunos humanos desarrollaron la creencia de que el ruido del viento en los árboles anunciaba
la llegada de un depredador. Es una idea falsa, pero como si hay ruido es más difícil oír a los
depredadores, el hecho de correr a refugiarse cuando se produce ese ruido puede suponer el salvar
la vida. Por tanto, la selección natural pudo favorecer a los supersticiosos.
En un artículo reciente, Kevin Foster, de la universidad de Harvard, y Hanna Kokko, de la
universidad de Helsinki, proponen una formulación matemática elemental de esta idea
1
. Y así
muestran, con un caso sencillo, que un comportamiento supersticioso puede surgir por selección
natural… y continuar incluso cuando ya ha desaparecido el motivo que lo generó.
1
Foster, K. & Kokko, H. (2008). The evolution of superstitious and superstitious-like behaviour. Proceedings of the Royal Society.
http://ww.people.fas.harvard.edu/~kfoster/FosterKokko2008%20Proc%20B%20superstition.pdf