el esc
é
ptico
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otoño 2014
con cargo al erario público.
Finalmente, argüir como prueba de cientificidad la
publicación de 938 estudios en una revista dedicada a
las medicinas alternativas (BMC Complementary and
Alternative Medicine) no es de recibo, sobre todo si son
como los de Vas y colaboradores.
Evidentemente, no es éste el lugar para analizar esos
938 estudios. Pero conviene que el lector sepa que la
mayor parte de los ensayos clínicos sobre acupuntura o
son negativos o no cumplen los protocolos de un ensayo
clínico riguroso. En el libro que estamos comentando, el
Dr. Emilio Carpio Muñoz («De la acupuntura a la ciencia
moderna. Réplica al artículo de Dr. Rigoberto Hermida»,
pp. 163-169, que es el mejor artículo del libro sobre
acupuntura), resume certeramente la cuestión:
“La Biblioteca Cochrane contiene numerosas revisiones
sistemáticas sobre el efecto de la acupuntura para
diferentes dolencias. Las conclusiones de muchas de
ellas, sin mencionar los matices, son las mismas de hace
años: los efectos encontrados, cuando tienen significación
estadística, son tan pequeños que carecen de relevancia
clínica, y es muy difícil descartar que se deban a un
efecto placebo. La mayoría de los estudios tiene poca
calidad metodológica y, en resumen, no hay evidencias
sólidas que indiquen que la acupuntura tenga un efecto
diferente al placebo para ninguna dolencia. Permítaseme
citar textualmente, porque la considero un buen ejemplo
de lo que se puede encontrar en este tema, la conclusión
de una de estas recientes revisiones sistemáticas sobre la
acupuntura (Bausell, 2007): «Los ensayos controlados
muestran beneficios estadísticamente significativos, sin
embargo, estos beneficios son pequeños, no cumplen con el
umbral predefinido para que se consideren con relevancia
clínica, y es muy posible que sean debidos, al menos
parcialmente, al efecto placebo producto del incompleto
enmascaramiento. Los ensayos clínicos de lista de espera
de acupuntura para la osteoartritis sugieren beneficios con
significación estadística y relevancia clínica, muchos de
los cuales pueden deberse a la expectación o al efecto
placebo»”.
Quien desee más detalles para mostrar la ineficacia de la
acupuntura puede consultar mi libro La acupuntura ¡vaya
timo!, Laetoli, 2012, en donde se hace un recorrido por los
estudios más importantes.
Conclusión
Es evidente que, por la variedad de temas, rigor
expositivo, lenguaje claro, implicaciones ideológicas y
pasión en las respuestas, nos encontramos ante un libro
fascinante, tan fascinante que sin querer me he envuelto
en su polémica. Estoy seguro de que a sus futuros lectores
les pasará igual y, además, aprenderán.
Víctor Javier Sanz Larínaga