el esc
é
ptico
13
otoño 2014
H
ace 20 años...
D
esconozco las razones, pero parece que no fue
adoptado; al menos, no aparece en posteriores
boletines.
El número incluye un largo artículo de Robert E.
Bartholomew sobre la “nave aérea” de 1896-97, el precursor
de los modernos platillos volantes. Siempre me ha fascinado
cómo las historias de la prensa norteamericana de entonces
“predicen” casi todos los detalles del fenómeno moderno,
incluyendo los llamados efectos electromagnéticos,
las abducciones y los contactados. La única excepción
importante son los Grises cabezones (la mayoría de las
historias describen antropomorfos con levita o polisón),
aunque ya sabemos que estos supuestos alienígenas
modernos están inspirados en los relatos de H.G. Wells y
posteriores sobre el hombre del futuro.
Otros artículos tratan sobre la inoperancia de la
Meditación Transcendental para reducir la hipertensión
arterial, investigaciones sobre la reencarnación, varios
trabajos franceses sobre lo paranormal y el ocultismo.
Asimismo, se incluye una interesante Guía de Campo del
pensamiento crítico.
El sillón escéptico se hace eco de la noticia de que
unos submarinistas decían haber encontrado los restos de
los cinco aviones militares desaparecidos en el llamado
“Triángulo de las Bermudas” en el famoso vuelo 19.
Lamentablemente, fue algo precipitado y los restos
hallados no correspondían a ese vuelo (como se aclaraba en
el número siguiente) que, a día de hoy, sigue desaparecido.
Sin embargo, me gustaría destacar una de las pocas
apariciones de Martin Gardner en nuestras páginas, con un
artículo sobre “Relativismo en la ciencia”. Lo terminaba
con un poema corto de Stephen Crane, sobre el que he
meditado muchas veces desde entonces:
Un hombre dijo al universo:
“Señor, ¡yo existo!”
“Sin embargo”, contestó el universo, “el hecho no ha
creado en mí un sentimiento de obligación”.
Del Editorial (Septiembre 1991)
El editorial de Félix Ares presenta un boceto de la POSTURA OFICIAL para ARP.
ARP no rechaza “a priori” ninguna reivindicación responsable sobre fenómenos paranormales,
y piensa que muchos de ellos necesitan de un examen paciente para saber si está ocurriendo
algo genuinamente extraordinario.
Podría ocurrir que algún día algunos de los pretendidos fenómenos fueran verificados
mediante observaciones meticulosas y trabajos experimentales en laboratorio. Hasta que esto
ocurra, debemos continuar siendo “escépticos”. El escepticismo es la sangre que da vida a la
empresa científica.
La Alternativa Racional
Nº 22
Luis R. González