el esc
é
ptico
7
verano 2015
T
engo que confesar que me cuesta comenzar un edi-
torial como este. Llegan cambios a
El Escéptico, y
el primero de ellos está en la dirección de la revista.
Dirigirla ha sido una de las labores más gratificantes que
he podido realizar, pero mis necesidades y tiempo dispo-
nible han cambiado en estos cinco años. Siento que no
puedo dedicar a los lectores el tiempo que se merecen.
Eso sí, seguiré colaborando en la redacción en las labores
que me asigne el nuevo director.
En este lustro he tenido la oportunidad única de contar
con un equipo de redacción estupendo sin el cual no me
hubiera atrevido a llevar esta empresa adelante. Quiero
agradecer a editores, correctores, traductores, dibujantes
y maquetador todo el trabajo. Entre todos es imposible
destacar un nombre, pero tengo que hablar necesariamen-
te de Juan Rodríguez García, pues ha aceptado el reto de
seguir adelante con la dirección de la revista, con cambios
que se verán en el próximo número. Desde aquí expresarle
todo mi apoyo y desearle suerte en esta nueva andadura.
También quiero agradecer a todos aquellos que nos han
mandado artículos, tanto si han sido publicados como si
no, su confianza en nuestra publicación. Desgraciadamen-
te la revista tiene la periodicidad, la temática y el espacio
limitados, y es imposible satisfacer a todos.
Desde aquel primer número que dirigí, homenaje al por
entonces recién fallecido Martin Gardner, he intentado
que llevaran un dossier con temas novedosos, incluso po-
lémicos que tratan de laicismo, economía, magia, o pseu-
dociencias en la universidad. Con aciertos y errores, que
asumo, por supuesto. A todos los que me han ayudado a
realizar estos dossieres, quiero agradecerles especialmen-
te todo el esfuerzo de recopilación.
Precisamente el dossier de este número trae a portada
la libertad de expresión y el pensamiento crítico. Posi-
blemente sea el trabajo más sentimental de todos los que
hemos hecho, pues han colaborado personas directamente
implicadas en sucesos de violación del derecho a la liber-
tad de expresión, y humoristas gráficos como los profe-
sionales asesinados por ejercer dicho derecho. Por ello,
en determinados renglones
El Escéptico se convierte en
un clamor, como advierte la portada; y en otras un grito de
dolor, como la ilustración que abre el dossier. Ambos son
trabajos de Carlos Álvarez, nuestro maquetador.
Pero no quiero desmerecer el resto del jugoso contenido
de este número. Roberto García Álvarez lleva tiempo re-
copilando datos para hacernos un extenso trabajo sobre la
psicología positiva. A. González y F. A. Horta nos hablan
de naturismo a la luz de la ciencia; y José A. de Azcárraga
nos escribe precisamente dónde estas pseudociencias se
hacen fuertes: en los medios de comunicación.
A estas alturas no hace falta deciros que soy fan de los
sellos y estampas que colecciona Luis R. González Man-
so, y que he tenido suerte de contemplar en algunas ex-
posiciones filatélicas. En esta ocasión el hilo argumental
es el cine con un toque de humor que viene bien en un
número tan emotivo. A quien no he tenido oportunidad de
ver, pero espero hacerlo algún día, es a Fernando Blasco,
el mago que entrevista Andrés Carmona. Creo que Andrés
está haciendo una tarea encomiable para hacernos llegar
al público escéptico la tarea de estos profesionales y, de
forma mutua, explicarles a estos la tarea que llevamos a
cabo.
Por último debo advertir que, por motivos de conteni-
dos de última hora, no ha sido posible incluir la sección
“sillón escéptico” en este número. Siento la incidencia y
pido disculpas a los autores.
Gracias a todos por hacer realidad
El Escéptico. Hasta
pronto.
E
ditorial
Jorge J. Frías
Vicepresidente de ARP-SAPC