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ace quince años, ARP-SAPC firmaba el Manifies-
to Humanista 2000. Un llamamiento a favor de
un nuevo humanismo planetario
1
. Su preámbulo
lo justificaba con este contundente párrafo:
“[...] Mientras el mundo llega a convertirse en
una familia global, rivalidades étnico-religiosas
han intentado dividir los territorios entre facciones
contendientes. Los fundamentalismos religiosos
se han revitalizado, contestando los principios del
humanismo y el secularismo y demandando un re-
torno a la religiosidad de la era premoderna. De
igual manera han emergido creencias paranorma-
les de la así llamada Nueva Era, instigadas por los
medios de comunicación de masas, que pregonan
una nueva visión de la realidad espiritual o para-
normal. Los media se han globalizado. La televi-
sión, el cine, la radio, las editoriales de libros y
revistas están dominados por conglomerados me-
diáticos interesados casi únicamente en anunciar
y vender productos en el mundo de los negocios.
Por añadidura, ha aparecido el posmodernismo en
muchas universidades, cuestionando las premisas
básicas del modernismo y el humanismo, atacando
la ciencia y la tecnología y vituperando los ideales
y valores humanistas. Muchas visiones habituales
del futuro son pesimistas, incluso apocalípticas.
Pero nosotros objetamos todo esto, porque cree-
mos que es posible construir un mundo mejor. Las
realidades de la sociedad global son de tal índole
D
ossier
Libertad de expresión
y pensamiento crítico
Introducción
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que únicamente un nuevo Humanismo Planetario
puede proporcionar direcciones significativas para
el futuro.”
Por desgracia, asistimos a diario a violaciones del ejer-
cicio de la libertad de expresión. Todos los días nos llega
información de chicas reprendidas por querer ir a la es-
cuela o de comunidades ajusticiadas por pertenecer a otra
religión, pero apenas tienen relevancia en los noticieros
de la comunidad occidental. Probablemente el desgracia-
do atentado contra el Charlie Hebdo solo hubiera sido una
noticia más en un recuadro de un periódico si no hubiera
ocurrido en pleno corazón de París; pero ha conmovido
corazones y despertado intereses de forma inusual. Por
la parte que nos toca, ARP – Sociedad para el Avance del
Pensamiento Crítico publicó un comunicado de repulsa
2
,
y desde ese momento se comenzó a gestar en la redacción
de
El Escéptico este dossier que pretende relatar cómo la
intolerancia ataca al pensamiento crítico, no solo en casos
tan claros como los acaecidos, fruto del fanatismo religio-
so, sino por cualquier otro motivo.
Este dossier no tiene nada de habitual. Tiene mucho de
homenaje y, por tanto, lleva implícito gran carga emocio-
nal. En primer lugar, hemos querido dar la palabra a nues-
tros compañeros gráficos, aquellos que siempre se prestan
a regalarnos una reflexión, una crítica o una burla envuelta
en una deliciosa viñeta. Andrés Diplotti, David Revilla y
Martin Favelis han querido colaborar como sus corazones
lo han sentido, disparando sus lápices digitales. También
contamos con un estupendo artículo de Andrés Carmona,
que ha tenido el tesón de documentar y relatarnos sucesos
donde cuya víctima es siempre la libertad de expresión y
el laicismo. Recordamos brevemente el triste asesinato de
Narendra Dabholkar y el exilio al que se ha tenido que ver
abocado Sanal Edamaruku, compañeros racionalistas de
la India
3
. ARP – SAPC organizó, junto a Europa Laica y
Círculo Escéptico, la gira por España que hizo este último
para contar su caso.
A punto de cerrar este número tuvimos noticia de las
vicisitudes que hubo de pasar nuestro socio José Miguel
Mulet en su gira por Argentina, donde tuvo que suspender
un acto donde no se podía garantizar su integridad física.
Por suerte todo quedó en un susto, y nos ha cedido ama-
blemente un tiempo para hablar del incidente, de libertad
de expresión, de pensamiento crítico, y de divulgación
científica.
1- El Escéptico nº 7.
Puede consultarse gratuitamente en www.escepticos.es/revistas
2- http://www.escepticos.es/node/3809
3- El Escéptico nº 38
Yo soy Charlie
L
a intolerancia del fanatismo más radical (ideas pequeñas en mentes que aún lo son más) ha vuelto a
atacar a un medio de comunicación laico precisamente por serlo; una revista que además hacía gala
de ello, de su carácter no confesional e independiente y de su libertad de expresión para criticar todo
lo humano y ‘divino’ que considerara digno de ello, tal como era su derecho y tal como todos debemos
defender.
Pero como se ha visto tantas otras veces, algunas personas no soportan las críticas en absoluto ‘así en
la tierra como en el cielo’, siendo la muerte su única respuesta ante las mismas.
La violencia contra las voces que envían un mensaje diferente al que desean oír las autoridades o los
grupos violentos sigue siendo por desgracia una realidad en un mundo en el que cada día vemos como
muere gente por defender derechos humanos básicos.
Vale la pena en este contexto recordar ahora el artículo 19 de la Declaración Universal de los Derechos
Humanos (firmada por naciones de todo el mundo, con todo tipo de autoridades gubernativas y creencias,
muchas de ellas muy religiosas) que aboga por un mundo en el que todas las personas tengan derecho
“a la libertad de opinión y de expresión” y que este derecho incluya “el de no ser molestado a causa de
sus opiniones, el de investigar y recibir informaciones y opiniones, y el de difundirlas, sin limitación de
fronteras, por cualquier medio de expresión”.
Vemos así como un principio tan importante para una entidad como la nuestra como es el de la libertad
de investigación, viene de la mano de otro como es el de la libertad para recibir informaciones y para
difundirlas sin ningún límite. Sin duda, todos ellos están muy fuertemente entrelazados para los que
defendemos el pensamiento crítico.
Como entre los objetivos que figuran en la misión de ARP-SAPC se encuentra impulsar el laicismo,
conjuntamente con la ciencia y la investigación científica, el pensamiento crítico, la educación científica
y el uso de la razón, no podemos menos que condenar absolutamente el ataque contra la revista Charlie
Hebdo por un grupo de fanáticos religiosos, así como dar nuestro más firme y cálido apoyo a todas las
víctimas y a sus familias.