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Si hubiera que resumir en tres palabras el común denomi-
nador de las intervenciones, serían estas: agradecimiento,
admiración y cariño.
En el acto intervino el grupo de música clásica Arty, que
contribuyó a crear un clima muy cálido.
Finalmente, Francisco Delgado entregó un motivo artís-
tico como recuerdo del homenaje, y Gonzalo Puente Ojea
agradeció emocionado el homenaje recibido.
Se pueden ver en internet las fotos (http://goo.gl/5lF9RY)
y el vídeo (http://youtu.be/9W7oAXUP_xw) del evento.
Juan A. Aguilera Mochón
Asamblea de Socios ARP-SAPC
El pasado 21 de marzo tuvo lugar en el hotel Las casas de
los mercaderes, de Sevilla, la Asamblea de Socios de ARP-
Sociedad para el Avance del Pensamiento Crítico.
La primera parte de la asamblea trató sobre la parte más
administrativa de la asociación: altas, bajas, informes de
tesorería, secretaría, y gestión de los medios que cuenta la
entidad. Podemos destacar la inversión que ha realizado la
asociación en promover actividades de fomento del pen-
samiento crítico, como los Escépticos en el Pub, el evento
Desgranando Ciencia; así como los dedicados al fomento
del escepticismo entre los escolares, como el Encuentro de
Alumnado Investigador, y el premio Ciencia en Acción.
También cabe destacar la acción del equipo de modera-
dores y desarrolladores, que trabajan tanto para actualizar
contenidos de la página web, como en las distintas redes
sociales.
Antes del descanso del mediodía se anunció el premio
Lupa Escéptica, que concede el Consejo Asesor, y que por
unanimidad ha recaído sobre Manuel Toharia. El agraciado
fue obsequiado en aquel momento con el premio.
Tras la pausa continuó la sesión con el resto de premios.
Se hizo público el fallo del I Concurso de relatos breves
“Félix Ares de Blas”; que fue a parar a Inmaculada León
(accésit) y Juan Rodríguez (primer premio). Por último, por
unanimidad se decidió otorgar el premio Mario Bohoslavs-
ky a Jesús Fernández, por su profesionalidad y lucha contra
las pseudomedicinas.
Al finalizar la asamblea tuvo lugar en el bar del hotel un
Escépticos en el Pub especial, con la participación del pre-
mio Mario Bohoslavsky 2014 Manuel Lozano Leyva, con
la charla “El sueño de Sancho y la cueva de Montesinos”.
Previamente recibió el galardón de manos del presidente de
ARP-SAPC Alfonso López Borgoñoz.
Fallo del premio Félix Ares de Blas
El Jurado del I Concurso de relatos “Félix Ares de Blas”
ha dado a conocer su resultado durante la Asamblea Gene-
ral de Socios de ARP-SAPC, celebrada el pasado sábado 21
en el hotel “Las casas de los mercaderes”, Sevilla.
El Jurado ha fallado:
Primer Premio para Juan Rodríguez García, por “La
Asamblea”
Accésit para Inmaculada León Cobos, por “Despertar”.
Muchas gracias a todos por participar y enhorabuena a
los ganadores, cuyos relatos reproducimos a continuación.
Otros relatos seleccionados serán publicados próximamen-
te en los medios de ARP-SAPC”.
Primer premio: LA ASAMBLEA
No resultó fácil alcanzar acuerdos en la última asamblea
general de la Sociedad Internacional de Física Posmoderna.
Bueno, algunos sí, como la sustitución del retrato de Isaac
Newton, que presidía su sede principal, por uno de Feyera-
bend, creador del nuevo paradigma vigente; si bien fue ele-
gido en lucha reñida con la otra opción, la de Albert Eins-
tein, inspirador de una de las máximas fundamentales en
la ciencia de la actual Era de Acuario: “Todo es relativo”.
Por lo declarado off the record por algunos de los asis-
tentes, fue sin duda la afición de este último a los números
y a unas fórmulas matemáticas que constreñían excesiva-
Juan Rodríguez e Inmaculada León reciben su premio de manos de Félix Ares (fotos: Antonio Rodríguez Sierra)
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mente la libre interpretación del Universo lo que inclinó la
balanza en favor de aquel. Pero se trató en definitiva de una
votación aséptica, en la que cada quien expresó sus gustos
personales sin mayor espacio para controversias.
Ya con el primer punto del orden del día, la lectura y apro-
bación del acta de la asamblea anterior, empezaron a surgir
los primeros desacuerdos. Sobre todo cuando se vio que di-
cha acta recogía hechos que, según muchos de los asisten-
tes, jamás se habían dado en el pleno en cuestión, a lo que
el secretario de la Sociedad respondió: “Eso es lo que creen
ustedes. Pero yo he recogido en ella mi verdad, lo que yo
sentí, y tendrán que respetar mi punto de vista”. Ante tan
aplastante argumentación, nadie se atrevió a poner más pe-
ros y el acta acabó siendo aprobada por asentimiento.
Sin embargo, las mayores polémicas vinieron sin duda
al debatir las diferentes reformas y enmiendas propuestas
para algunas de las Leyes Fundamentales de la Física, y
que precisamente por su carácter fundamental requerían de
la aprobación por parte de, al menos, tres cuartas partes de
los asambleístas con derecho a voto.
Las primeras en ser abordadas fueron las Leyes de la Ter-
modinámica. Se discutió con especial ahínco el principio
de conservación de la energía, pues algunos postulaban que
todos podemos generar energía y anularla mediante el po-
der de la mente; aunque al final se convino en que, si bien
la cantidad de energía es siempre constante, nuestra actitud
ante la vida puede cambiarla de signo, de positiva a nega-
tiva, o viceversa.
Más fluido fue el debate para renombrar el concepto de
jaula de Faraday, por sus claras connotaciones esclavistas y
de maltrato animal, de modo que queda ahora como útero
de Faraday, lo que indica de manera inequívoca su carácter
Nuestros socios Ismael Pérez Fernández y Sacha Marquina Reyes han dejado sus cargos
en la Junta Directiva por motivos personales. Desde ARP-SAPC queremos agradecerles su
trabajo en la misma durante estos años. El nuevo organigrama queda así:
Presidente: Alfonso López Borgoñoz
Vicepresidente: Jorge J. Frías Perles
Directora Ejecutiva: Antonia de Oñate Lázaro
Tesorero: Sergio López Borgoñoz
Secretario: Guillermo Hernández Peña
Vocales: Daniela Meli, Luis García Castro, Inma León Cobos, Juan Rodríguez García
Izquierda: Manuel Lozano Leyva recibe el premio MB 2014. Derecha: Manuel Toharia (fotos: Inma León)
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femenino y protector frente a las agresivas radiaciones del
mundo exterior.
También dentro del ámbito de la electricidad, e igual-
mente para no herir sensibilidades, en este caso las de los
numerosos asistentes llegados de Oriente y cubiertos con
sus características túnicas carmesí –quienes, con las apor-
taciones de su ciencia milenaria, siempre contribuyen a
contrarrestar nuestro secular etnocientifismo–, se habló
de cambiar el nombre de la Ley de Ohm, pues recuerda
demasiado al canto sagrado empleado en sus ceremonias
religiosas. Pero fue imposible encontrar un nombre sufi-
cientemente consensuado y la hora del acto de clausura se
les empezaba a echar encima.
Dicha ceremonia, un ferviente homenaje al relativismo
abarcador de lo inconmensurable, consistió en la suspen-
sión temporal de la Ley de Gravitación Universal, suspen-
sión aprobada por la unanimidad de los presentes. Así, de
manera inmediata empezaron todos ellos a elevarse del
suelo, los más tímidos apenas un par de cuartas, mientras
que los extravertidos se dedicaron a practicar todo tipo de
cabriolas y acrobacias aéreas. Uno, que siempre había sido
objeto de las burlas del gremio debido a su amaneramiento,
volaba por todo el salón de actos como una grácil mariposa,
dando rienda suelta a su expresividad.
La única mujer presente, desde antiguo una de las gran-
des impulsoras del cambio de paradigma, y a quien tanto le
costó vencer para ello la oposición de sus colegas varones,
se elevó hasta el techo, donde permaneció adherida como
una mosca, para así sentirse, aunque fuera apenas un rato,
por encima de todos los hombres.
Entonces sucedió la tragedia: el representante de la cuota
postestructuralista, quizá en un exceso de entusiasmo, salió
a través de uno de los grandes ventanales abiertos del salón
de actos, de modo que se precipitó inmediatamente al vacío
y fue a dar con su cuerpo contra el suelo de la calle, que lo
golpeó con sus 9 500 joules y murió en el acto.
Mucho se ha hablado de las posibles causas del acciden-
te: entre los congresistas se comentaba que la suspensión
de la ley solo era válida en el recinto de la asamblea; otros
opinaban que se trataba sin duda de un hereje, que seguía
creyendo firmemente en la universalidad de la acción de los
campos potenciales. Pero la hipótesis más probable es que
fuera alguien que, simplemente, no creía en la democracia.
Juan Rodríguez García
A ASEMBLEA (versión en gallego)
Non foi fácil acadar acordos na última asemblea da So-
ciedade Internacional de Física Posmoderna. Ben, algúns
si, como o troco do retrato de Isaac Newton, o cal presidía a
súa sede principal, por un de Feyerabend, creador do novo
paradigma vixente; aínda que foi elixido en loita desespe-
rada coa outra opción, a de Albert Einstein, quen inspirara
unha das máximas fundamentais na ciencia da actual Era de
Acuario, “Todo é relativo”.
Segundo o declarado off the record por algúns dos asis-
tentes, foi sen dúbida a afección do derradeiro polos nú-
meros e por unhas fórmulas matemáticas que constrinxían
excesivamente a libre interpretación do Universo o que fixo
pender a balanza en favor do primeiro. Mais tratouse en de-
finitiva dunha votación aséptica na que cadaquén amosou
os seus gustos persoais sen máis espazo para controversias.
Xa dende o primeiro punto da orde do día, a lectura e
aprobación da acta da asemblea anterior, empezaron a xur-
dir os primeiros desacordos. Sobre todo cando se viu que
a devandita acta recollía feitos que, segundo moitos dos
asistentes, xamais se deran no pleno en cuestión, ao que o
secretario da Sociedade respondeu: “Iso é o que cren voste-
des. Pero eu recollín nela a miña verdade, o que eu sentín,
e terán que respectar o meu punto de vista”.
Ante tal esmagador argumento, ninguén se afoutou a pór
máis peros e a acta foi aprobada por asenso unánime.
Porén, as maiores polémicas viron sen dúbida ao de-
bateren as diferentes reformas e emendas propostas para
algunhas das Leis Fundamentais da Física, e que precisa-
mente polo seu carácter fundamental esixían a aprobación
de, polo menos, as tres cuartas partes dos asembleístas con
dereito a voto.
As primeiras en seren abordadas foron as Leis da Ter-
modinámica. Discutiuse con particular celo o principio da
conservación da enerxía, pois algúns postulaban que todos
podemos xerar enerxía e anulala a través do poder da men-
te; emporiso, acordouse finalmente que, aínda que a can-
tidade de enerxía é sempre constante, a nosa actitude ante
a vida pode mudar o seu signo, de positivo a negativo ou
viceversa.
Máis fluído foi o debate para renomear o concepto de
gaiola de Faraday, polas súas claras connotacións escravis-
tas e de maltrato animal, de xeito que ficará como útero de
Faraday, o que marca inequivocamente o seu carácter femi-
nino e protector fronte ás agresivas radiacións do mundo
exterior.
Tamén dentro do ámbito da electricidade, e igualmente
para non ferir sensibilidades, neste caso as dos numerosos
asistentes chegados de Oriente e cobertos polas súas ca-
racterísticas túnicas carmesí –os cales, cos engadidos da
súa ciencia milenaria, sempre contribúen a diminuír o noso
secular etnocientifismo–, falouse de mudar o nome da Lei
de Ohm, pois lembra de máis ao canto sagrado das súas
cerimonias relixiosas. Mais foi imposíbel atopar un nome
consensual dabondo e a hora do acto de clausura botábase-
lles encima.
A devandita cerimonia, unha fervente homenaxe ao rela-
tivismo capaz de abarcar todo o inconmensurábel, consistiu
na suspensión temporal da Lei da Gravitación Universal,
suspensión aprobada pola unanimidade dos presentes. Así,
inmediatamente empezaron todos eles a se elevar do chan,
os máis temesiños apenas un par de cuartas, mentres que
os extravertidos dedicáronse a practicar toda sorte de ca-
briolas e acrobacias aéreas. Un, que sempre fora obxecto
das chacotas do gremio polo seu amaneiramento, voaba por
todo o salón de sesións coma unha bolboreta, dando renda
solta á sua expresividade.
A única muller presente, dende sempre un dos grandes
motores do cambio de paradigma, e a quen tanto lle custou
bater a oposición dos seus compañeiros de sexo masculino,
elevouse até o teito, onde ficou adherida coma unha mosca
para se sentir, aínda que fose apenas por un tempo, encol
de todos os homes.
Chegou entón a traxedia: o representante da cota postes-