el esc
é
ptico
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otoño-invierno 2015
Si eres un habitual de El Escéptico, notarás de inmedia-
to algunos cambios en este número, como ya avisó Jorge J.
Frías, el director saliente —a quien mando un fuerte abrazo
y el agradecimiento de todos por su estupenda labor—. El
primero de ellos es su grosor, pues el número de páginas se
reduce a la mitad. Son varias las razones para ello, pero bajo
todas ellas está el mantener una periodicidad fija y unos
contenidos de calidad, y por eso se decidió en la última
asamblea de socios de ARP-SAPC la siguiente estrategia:
—Editar dos números al año —en verano y en otoño-
invierno— de nuestro tradicional aunque adelgazado El
Escéptico, que comprenda fundamentalmente secciones fijas
y artículos cortos de actualidad, con una orientación más
bien divulgativa.
—Concentrar los trabajos más largos, especializados y
académicos, si cabe, en un Anuario Escéptico -el nombre es
provisional- que, con unas 80 o 100 páginas, verá la luz en
primavera.
De este modo prevemos que nuestros socios y suscrip-
tores recibirán tres revistas al año, con un número total de
páginas igual o superior al acostumbrado.
Para cumplir con las exigencias de periodicidad, nos po-
nemos en marcha. En cuanto a la calidad de contenidos,
creo que no va a haber ningún problema, dadas las estupen-
das propuestas que estamos recibiendo de todos los que, por
iniciativa propia o a petición nuestra, dedican desinteresa-
damente parte de sus esfuerzos a elaborar los trabajos que
dan sentido a nuestras publicaciones. Y por supuesto, gra-
cias a un excelente consejo de redacción, eficaz siempre en
sus evaluaciones, correcciones, críticas, sugerencias y demás.
¿Cuáles son esos trabajos? Para el presente número verás
que continúan varias de las secciones históricas. Algunas
descansan esta vez, casi siempre por falta de espacio; en el
caso de Un marciano en mi buzón, porque a cambio Luis R.
González nos ofrece un reportaje sobre el museo de imagi-
nería ovni que el ufólogo escéptico Giancarlo D’Alessandro
ha montado en un pueblo de Italia.
Otra sección sufre un gran cambio: la Red escéptica inter-
nacional deja de ser un listado de organizaciones de todo el
mundo -que seguirá disponible en nuestra web escepticos.
es-, para hacer en cada número un breve repaso al escep-
ticismo de un determinado país. Arrancamos con México,
gracias al texto elaborado por nuestra compañera Daniela
Meli y a la divertidísima entrevista que Luis Zúñiga ha rea-
lizado a “un tal Noguez”, histórico escéptico del país nor-
teamericano.
En cuanto a los artículos temáticos, ofrecemos un dossier
con cuatro trabajos acerca de algunos de los infinitos mitos
con los que nos asustan cotidianamente en torno a la ali-
mentación. Con una introducción, cómo no, de J.M. Mulet,
leeremos trabajos acerca del bisfenol A, de los edulcorantes
o de una legislación que a veces se deja arrastrar por las
leyendas urbanas y no atiende al conocimiento científico.
Y a última hora, con la revista ya casi cerrada, nos llegó el
polémico estudio aceptado por la OMS sobre la incidencia
de las carnes rojas y las procesadas en el cáncer colorrectal.
Lo cual, viendo los ríos de tinta y bytes provocados da que
pensar: los estudios sesgados y las cadenas de internet tien-
den a crear miedos, muchas veces infundados; sin embargo,
cuando sale un estudio que parece más serio —aunque con
resultados interpretados de manera sui generis por la prensa,
pero ese análisis se lo dejo a los especialistas—, nos lo toma-
mos a guasa y da lugar a interminables cadenas de chistes en
las redes. A mí me ha gustado mucho aquel que dice que ese
estudio no es aplicable a España, pues aquí a los chorizos
no se los procesa.
Fuera del dossier tenemos otros dos trabajos de plena ac-
tualidad: uno sobre la hipersensibilidad electromagnética,
a raíz del caso de la mujer francesa que ha recibido una
pensión por incapacidad. Creo que todos tenemos claro que
las enfermedades psicosomáticas son reales y pueden llegar
a impedir llevar una vida normal; pero me pregunto si la so-
lución es dar a esas personas por incurables e indemnizarlas
por ello, o bien deberían ser instadas a que se sometieran a
una terapia adecuada —si existe— para superar su verda-
dero problema. El otro artículo es una entrevista de Inma
León a Julián Rodríguez, presidente de la recientemente
creada
Asociación para Proteger al Enfermo de Terapias
Pseudocientíficas (APETP).
Por último, destacaré un nuevo recurso que abrimos en
nuestra web para canalizar las posibles réplicas y contrarré-
plicas que realicen aquellas personas que en nuestras pági-
nas se sientan aludidas, malinterpretadas, etc. La estrena-
mos a raíz de la queja de Luis Carlos Silva, médico cubano
coautor de un libro reseñado en nuestro Sillón Escéptico
hace un par de números, y cuya nota de queja adjuntamos
en estas páginas.
Un número que sin duda no defraudará a los habituales,
y que podrá hacer que, si es la primera vez que El Escéptico
cae en tus manos, te aficiones a nosotros, nos sigas leyendo e
incluso te atrevas a contribuir con tu trabajo a la difusión de
la razón y la ciencia frente al pensamiento mágico y acrítico.
C
arta del director
Juan A. Rodríguez
Apreciado lector: