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El panorama de la credulidad en México

Una de las palabras que mejor puede describir a México (sí, 

con x, la j nos hace ponernos violentos), es sincretismo.  El 

sincretismo religioso en México es bastante conocido:  du-

rante el proceso de evangelización de la conquista, elementos 

de las religiones indígenas se integraron a la religión cató-

lica, cosa que fue permitida e incluso alentada por los colo-

nizadores para facilitar la conversión. La misma Virgen de 

Guadalupe se “aparece” en el lugar donde se encontraba el 

santuario más importante a la diosa-madre Coatlicue.

  Esta tendencia a mezclar lo prehispánico (o lo que se 

percibe o vende como tal) con lo extranjero también sucede 

en las pseudociencias: ¡nos apuntamos a todas! Se idealiza lo 

prehispánico y se idealiza lo extranjero, creando un popurrí 

místico-mágico. En un spa lo mismo pueden encontrarse 

tratamientos de reiki que un temazcal (un baño purifica-

dor prehispánico). Paseando por el pueblo de Tepoztlán, se 

pueden conseguir hierbas medicinales, fotografías del aura, 

sanaciones cuánticas, limpias, y tan probable es toparse con 

un chamán como con un homeópata, además de estar ro-

deado de montañas supuestamente esculpidas por la perdida 

civilización Masma, y donde dicen haber fotografiado “ovnis 

de plasma”.

 Pero no hace falta salir de casa para encontrar la pseu-

dociencia en México.  A la variedad de anuncios de pro-

ductos de grandes multinacionales hablando de beneficios 

con dudoso respaldo científico (coenzimas, probióticos y 

compañía), se suman infomerciales de productos milagro 

de todo tipo: desde crecepelos hasta productos que dicen 

curar enfermedades serias como el cáncer. Estos no siempre 

son inocuos, y algunos incluso causan severos daños. En los 

últimos años, las autoridades ha retirado cientos de ellos del 

mercado, pero siguen apareciendo como si fueran el hongo 

michoacano que pretende curar la diabetes.

 Y hablando de las autoridades, estas también son parte 

del problema. En el Instituto Politécnico Nacional, una uni-

versidad pública, se encuentra la Escuela Nacional de Medi-

cina y Homeopatía, donde el dinero público se utiliza para 

formar jóvenes “con una preparación de médico general y 

además con los conocimientos de la terapéutica homeopáti-

ca”. Además, el año pasado el presidente del país inauguró el 

recién renovado Hospital Nacional Homeopático.

Aún más peligroso que la enseñanza y el tratamiento de 

enfermedades con remedios sin demostrada eficacia es el 

caso de los detectores moleculares. Estos existen con dife-

rentes nombres desde los años ochenta, y consisten en vari-

tas de zahorí vestidas de ciencia. A pesar de la falta de prue-

bas sobre su funcionamiento, los aparatos fueron comprados 

por gobiernos de todo el mundo. En México, la Secretaría 

de la Defensa y la de Marina, además de policías locales y 

dependencias de gobierno, compraron más de mil de estos 

detectores, por unos 18 mil euros cada uno. Científicos y es-

cépticos han denunciado el caso. Se ha involucrado la prensa 

y hasta la Suprema Corte de Justicia. Aun así, en 2015 se si-

guen viendo detectores moleculares, coloquialmente llama-

dos “ouijas del diablo”, y son utilizados por fuerzas del orden.

 

El escepticismo organizado en México

 Los orígenes del escepticismo organizado se pueden ras-

trear con gente que coincidió en dos publicaciones a fina-

les de los años 70. Curiosamente, una de ellas fue la revista 

Contactos extraterrestres, donde se encontraron varias perso-

nas que tenían verdadero interés en que las investigaciones 

sobre avistamientos de ovnis se hicieran de forma seria. La 

otra publicación fue el periódico Excélsior, donde había un 

grupo de periodistas, científicos y otras personas interesadas 

en combatir la charlatanería. Algunos de los colaboradores 

de Contactos extraterrestres, entre ellos Mauricio Schwarz y 

Héctor Chavarría, también fueron colaboradores en Excél-

sior. Uno de los periodistas de este, Mario Méndez Acosta, 

R

ed escéptica internacional

México

Daniela Meli 

Miembro de ARP-SAPC

Nuestro nuevo director de El Escéptico me pidió que escribiera un poco sobre el escepti-

cismo en México. Tiene sentido que me lo pidiera a mí, que soy mexicana. Sin embargo, 

me involucré en el mundo del escepticismo varios años después de haber salido del país, 

así que recurrí a dos personas, Mauricio-José Schwarz y Jorge Armando Romo

1

, sin cuya 

ayuda no podría haber hecho la segunda parte de este artículo.

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conocía bien la Csicop, y a través de él, James Randi visitó 

México en 1988.  

 Pero no fue hasta 1989, tras un congreso de magia, que 

varios de este grupo con inquietudes escépticas echan a 

andar seriamente un plan para formar una asociación es-

céptica. Ese mismo año nace la Sociedad Mexicana para la 

Investigación Escéptica (Somie).

 La Somie y sus miembros realizaban investigaciones de 

fenómenos paranormales, publicaron una decena de núme-

ros de la revista El investigador escéptico y de otra llamada 

Perspectivas ufológicas. También realizaron un programa de 

ciencia en la radio, donde participó Schwarz, llamado Muy 

Interesante, que contó con buena audiencia pero no con pa-

trocinadores.

 Los miembros de la Somie y otros escépticos eran invita-

dos frecuentemente a un programa nocturno que presentaba 

el periodista Nino Canún para debatir con toda suerte de 

charlatanes y creyentes en fenómenos paranormales. Un in-

vitado recurrente a este programa para abogar por el lado de 

los “creyentes” era otro presentador de la misma cadena de 

televisión llamado Jaime Maussán. 

 En junio de 1991, Canún dedicó uno de sus programas a 

los ovnis y los escépticos invitados debatieron con creyentes, 

Maussán incluido, en una trasmisión que duró siete horas. 

Unas semanas más tarde, durante un eclipse total de sol, un 

aficionado grabó durante varios minutos una “misteriosa” luz 

en el cielo que solo permanece misteriosa para quien no sabe 

que se trataba de Venus. El “ovni del eclipse” salió todos los 

telediarios y, unos días más tarde, escépticos y creyentes en 

el fenómeno ovni se enfrentaron nuevamente en el programa 

de Canún, esta vez por 11 horas de trasmisión.

 Tras estos largos debates en televisión nacional, surgieron 

más vídeos de ovnis y confesiones de supuestos contacta-

dos. Maussán se convirtió en su promotor y lanzó, en 1997, 

su propio programa sobre ovnis y misterios llamado Tercer 

milenio.

 Con el paso de los años, la Somie fue perdiendo empuje y, 

si bien sigue existiendo formalmente, hace años que no tiene 

actividad alguna. Pero, al igual que ha pasado en otros países, 

internet ha facilitado la comunicación entre escépticos que 

de otro modo estarían aislados, y la batuta en la red la han 

tomado científicos, divulgadores y todo tipo de entusiastas 

escépticos, algunos de ellos antiguos miembros de la Somie. 

Existen decenas de blogs como Las patillas de AsimovEl 

escéptico de JaliscoMarcianitos verdesEl viaje de LonjhoSo-

brenatural.netEspejo escépticoEl detractorEl espacio del de-

bunker y muchos más que continúan luchando contra timos 

viejos y nuevos. Se han hecho esfuerzos por crear grupos 

tipo Escépticos en el Pub, pero han durado pocas sesiones. 

También hubo participación mexicana en la campaña 10:23.

Otro esfuerzo muy válido fue la revista Razonando, de la 

que se publicaron cinco números entre 2011 y 2012. Este 

año, el equipo de esta revista publicó una Antología de escepti-

cismo a la mexicana, disponible de forma gratuita en internet, 

en la que encontramos desde textos antiguos del escepti-

cismo que investigaba avistamientos de ovnis hasta textos 

que tratan de timos actuales, como el caso de los detectores 

moleculares.

 El escepticismo en México está vivo y creciendo. Si bien 

carece de una organización formal activa, los incansables es-

cépticos mexicanos continúan luchando día a día contra una 

inmensa cantidad de charlatanes y charlatanería, ya sea de 

producción local o de importación.

Nota:

1

 Puedes encontrar a Maurició-José Schwarz en http://charlatanes.

blogspot.com.es/ y a Jorge Armando Romo en http://sobrenatural.net/

Internet ha facilitado la comunicación entre escépticos que de 

otro modo estarían aislados, y la batuta en la red la han tomado 

científicos, divulgadores y todo tipo de entusiastas escépticos.

(foto: theatreculture, www.flickr.com/photos/theaterculture/)