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La primera pregunta: salir de una secta...
¿Se puede? Sí
¿Es fácil? NO
Ante todo, hay que decir que hay muchas posibles cla-
sificaciones para las sectas, como parece que ha quedado
claro en otros trabajos anteriores aquí recopilados. Así, este
apartado está centrado en lo que se podría conocer común-
mente como sectas destructivas y que Andrés Carmona ha
clasificado dentro del comportamiento sectario.
¿Cualquiera puede caer en manos de una secta?
Sí y no. Los expertos en problemática sectaria suelen
repetir que prácticamente cualquier persona puede ser cap-
tada por una secta si es abordada en el momento oportuno;
este momento oportuno es la resultante de diversidad de
elementos de predisposición caracteriológica y, muy es-
pecialmente, de una serie de circunstancias sociales que
sobrecargan, momentáneamente, los niveles de ansiedad y
estrés del sujeto, haciéndole más vulnerable a la manipula-
ción emocional.
Así pues, aunque no todo el mundo es vulnerable siem-
pre ni a cualquier ataque proselitista sectario, la existencia
de situaciones y factores de riesgo determina la probabili-
dad de que sí seamos vulnerables en muy diversas circuns-
tancias y ante determinados mensajes sectarios.
Para que pueda darse la captación sectaria deben coinci-
dir a un mismo tiempo —el momento oportuno— las cuatro
condiciones siguientes:
1. Tener un perfil de personalidad presectaria (baja auto-
estima, escasa tolerancia a la ambigüedad y la frustración,
o tendencia a la ansiedad, entre otros rasgos).
2. Estar atravesando un momento de crisis —derivado
de una circunstancia puntual y anómala o de algún proble-
ma largo tiempo sostenido— especialmente grave y dolo-
roso que haga rebosar la capacidad del sujeto para resistir
el estrés y la ansiedad.
3. Ser contactado de un modo adecuado —que pueda ser
tenido en cuenta por el sujeto— por un reclutador sectario
(conocido o no de la víctima).
4. Que el mensaje sectario propuesto encaje con las ne-
cesidades, intereses y mentalidad del sujeto.
Si falta una sola de estas condiciones, la probabilidad
de ser captado por alguna secta destructiva se reduce hasta
hacerse prácticamente imposible. Pero también es verdad
que, teniendo el primer factor —que persiste de por vida si
no media un proceso terapéutico adecuado—, es más fácil
que las siempre cambiantes circunstancias de una vida aca-
ben por hacerlo coincidir con los otros tres factores desen-
cadenantes de la adicción sectaria.
Qué hacer para intentar sacar a alguien de una secta
Sin dudarlo: ¡¡BUSCA AYUDA PROFESIONAL!!
Busca apoyos: familia, amigos, conocidos, instituciones,
etc. Se trata de desprogramar a la persona.
Piensa en lo difícil que es salir de Movistar... ¡¡pues esto
es peor!! (Obviamente, se trata de una broma).
Cuando se está ante una situación de pertenencia sec-
taria de algún familiar o conocido, puede ser de utilidad
aplicar pasos organizados para intentar lograr un buen fin;
pueden ser recopilados más o menos de una forma organi-
zada similar a la siguiente:
● Asumir abiertamente el hecho de que el familiar causa
de preocupación está en una «secta», y no ocultárselo a uno
mismo ni a los demás.
● Reunir a toda la familia y explicarles con todo tipo de
Salir de una
Secta
Jesús López
Masón del Gran Oriente de Francia y socio de ARP-SAPC
Sin dudarlo: ¡¡BUSCA AYUDA PROFESIONAL!!
D
ossier
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detalles la situación en la que se encuentran, vencer cuantos
temores, dudas o resquemores puedan surgir y solicitar su
colaboración a diferentes niveles. Será preciso que todos
formen piña alrededor del conflicto y que se den apoyo
emocional mutuo.
● Diseñar un plan global para abordar la situación en las
mejores condiciones posibles.
● Intentar seguir con la vida personal y familiar normal.
No abandonarse interna o externamente, ni dejar de satis-
facer las propias necesidades en ningún ámbito de la vida.
Intentar que haya un ambiente «favorable».
● Evitar por todos los medios culpabilizarse u obsesio-
narse, ya que hacerlo perjudicará a todos los miembros de
la familia, incluido el sectario.
● No debe descuidarse material y emocionalmente a los
otros miembros para concentrarse en el sectario, so pena de
correr el riesgo de perderlos a ellos también.
● Intentar no hacer dramas, ni dejarse arrastrar por la tris-
teza y la desesperación.
● No hay que enfrentarse abiertamente o enemistarse
con el sectario por sus ideas o conductas, aunque puede ser
apropiado mostrarse algo crítico al tiempo que respetuoso.
● No debe intentarse que un sujeto sectario abandone su
relación con el grupo adoptando una actitud condescen-
diente o antagónica con él, ya que ambas posturas empeo-
rarán la situación.
● No hay que intentar forzar ningún cambio de actitud en
el sectario, puesto que se sentiría amenazado en su seguri-
dad e integridad.
● Procurar restablecer y reforzar las relaciones afectivas
y la comunicación —por parte de la familia y los amigos—
con el sectario. Hacer que se sienta cómodo y seguro en su
relación con los no sectarios.
● En general, no será adecuado ni eficaz intentar conven-
cer a un sectario por la vía de los argumentos racionales,
dado que buena parte de sus pautas de conducta son esen-
cialmente emocionales.
● No debe facilitarse a un sectario toda cuanta informa-
ción se haya reunido «contra» el grupo del que forma parte.
Lo más probable es que tal proceder no sirva para nada
y que, además, desencadene efectos totalmente opuestos a
los deseados.
● No es aconsejable, cuando se habla con un familiar sec-
tario, utilizar continuamente, ni de forma machacona y des-
pectiva, conceptos como los de secta y lavado de cerebro
para referirse al grupo y situación en que este se encuentra.
● Evitar en lo posible el recurso a algún tipo de ultimá-
tum contra un familiar sectario.
● Impedir o dificultar al máximo el acceso de un sectario
a vías que puedan capitalizarle y, por ello, incrementar el
dinero que entrega a la secta, o el tiempo que puede ser
capaz de permanecer dedicándose exclusivamente a ella.
● Intentar por todos los medios posibles que el familiar
sectario no abandone su trabajo, estudios u otras activida-
des sociales. Mientras conserve estas ocupaciones, su de-
pendencia de la secta será algo menor, su vida mejor, y muy
superiores las posibilidades para su recuperación.
● Procurar no demostrar al familiar sectario que se des-
confía de él, pero debe tenerse siempre muy presente que
toda persona sectadependiente miente con frecuencia para
ocultar facetas de su vida cotidiana.
● Comenzar a prepararse para asumir los conflictos en
los que estará inmerso el familiar sectario cuando, final-
mente, abandone su grupo.
La dependencia de una secta —como el resto de adic-
ciones— puede prevenirse y permite un abordaje psicoso-
cial adecuado para paliar los problemas que ocasiona. Pero
también exige un cambio de actitud que no todos están dis-
puestos a adoptar. Mientras sigamos culpando a terceros de
lo que fundamentalmente ha sido responsabilidad nuestra,
el problema de las conductas adictivas seguirá creciendo
como la espuma.
BIBLIOGRAFÍA Y RECURSOS:
Rodríguez, Pepe (2000) Adicción a sectas: Pautas para
el análisis, prevención y tratamiento. Ediciones B. http://
www.pepe-rodriguez.com/Adiccion_sectas/Adiccion_sec-
tas_ficha.htm
Rodríguez, Pepe (1985) Las sectas hoy y aquí. Tibidabo
ediciones. http://www.pepe-rodriguez.com/Sectas_h_a/
Sectas_h_a_index.htm
RedUNE (PREVENCIÓN DEL ABUSO DE DEBILIDAD
Y DERIVAS SECTARIAS): http://www.redune.org.es/
Asociación Iberoamericana para la Investigación del
Abuso Psicológico (AIIAP): http://www.aiiap.org/
Atención e Investigación de Socioadicciones (AIS):
http://www.ais-info.org/
Red de Apoyo a Víctimas de Sectas: http://victimasec-
tas.com/
EMAAPS (Equipo Multidisciplinar para el Asesoramiento
y Asistencia en Problemas Sectarios) http://www.pepe-
rodriguez.com/Pepe_Rodriguez/emaaps_ficha.htm
(foto: Mart Ayerbe, flickr.com/photos/martpat/8701774179/)