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D
ossier
T
odavía puede verse en algunos lugares el uso de la
expresión
sectas religiosas
para referirse al fenóme
-
no sectario; aunque cada vez menos, porque el mun
-
do de las sectas y de la manipulación de las conciencias
ha desbordado hace mucho tiempo el campo de lo estricta
-
mente religioso para moverse entre distintos ámbitos de la
realidad social y cultural: desde el ocultismo y el satanismo
hasta las pseudoterapias, pasando por entornos empresa
-
riales, políticos y educativos. El resto de artículos de este
número da una idea de la complejidad de este fenómeno.
Sin embargo, hay varias categorías de sectas que pode
-
mos englobar bajo el paraguas de lo religioso. De hecho,
algunas de las clasificaciones de sectas más extendidas y
clásicas parten del contenido doctrinal. Dejando a un lado
la discutida cuestión de la definición de
secta
, y situándo
-
nos en la bibliografía principal sobre estos temas, comen
-
cemos por algunas consideraciones necesarias en torno al
panorama legal.
Libertad religiosa y grupos sectarios
Cuando hablamos de sectas, nos colocamos en un lugar
muy delicado por el conflicto de derechos y libertades que
puede darse. Por un lado, hay que defender la integridad, la
dignidad y la libertad de toda persona frente a la manipu
-
lación psicológica o cualquier tipo de influencia ilegítima
o abuso de la conciencia. Aquí cabrían todos los esfuerzos
por luchar contra el proselitismo y el adoctrinamiento sec
-
tario. Por otro lado, sin embargo, está la libertad de culto
y de conciencia, fundamentales en un Estado de derecho,
y piedra de toque del respeto a la libre determinación del
individuo.
Es imprescindible tener esto en cuenta a la hora de valo
-
rar a los diversos grupos religiosos presentes en España, ya
que en la mayor parte de los casos se amparan en la libertad
religiosa garantizada por el ordenamiento jurídico (artículo
16 de la Constitución, Ley Orgánica de Libertad Religiosa
y otras normas) para legitimar su existencia y actuación. En
el año 2001, en una sentencia relativa a la inscripción de la
Iglesia de la Unificación (conocida como «secta Moon»)
en el Registro de Entidades Religiosas (RER), el Tribunal
Constitucional dejó claro que el Estado no puede compro
-
bar si los fines religiosos que afirma tener una entidad son
auténticos, en virtud de los principios de aconfesionalidad
y neutralidad.
Según su estatus jurídico, ¿cuántos tipos de entidades re
-
ligiosas hay en nuestro país? Podríamos hablar de seis tipos
de facto
: 1) la Iglesia Católica, citada en la Constitución y
con unos acuerdos firmados en 1979; 2) las confesiones de
notorio arraigo con unos acuerdos firmados en 1992, a sa
-
ber: evangélicos, judíos y musulmanes; 3) confesiones que
han obtenido el notorio arraigo, a saber: budistas, mormo
-
nes y testigos de Jehová; 4) confesiones que se encuentran
inscritas en el RER del Ministerio de Justicia; 5) grupos
legalizados como asociaciones u otro tipo de personalidad
jurídica, porque no han querido o no han podido entrar en el
RER; y 6) grupos sin reconocimiento alguno, por su escasa
implantación, su falta de estabilidad, su carácter ilícito o su
expresa voluntad de secreto.
Se trata de una clasificación objetiva basándose en la
situación jurídica de cada grupo de carácter religioso (sin
entrar en que lo tenga realmente o diga tenerlo, algo que
es ciertamente discutible). El «ascenso» o «descenso» en
¿Sectas
«religiosas»?
Su situación en España
Luis Santamaría del Río
Red Iberoamericana de Estudio de las Sectas (RIES)
Lo clásico se reinventa
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el listado responde a razones jurídicas. En ocasiones, de
forma discrecional (como el reconocimiento del «notorio
arraigo», hasta que ha sido regulado recientemente); y en
otras, de forma vinculante (como el mandato de inscribir
a la Iglesia de la Unificación, ya citado, o el relativo a la
Iglesia de la Cienciología, posterior, en el RER).
¿Sectas dentro de la Iglesia o de otras religiones?
Una cuestión controvertida que no podemos dejar de
comentar es la de si hay movimientos o realidades dentro
de la Iglesia Católica que podamos considerar sectas. Lo
mismo podríamos decir de las otras confesiones religiosas
legalizadas con una implantación importante. ¿Hay o pue
-
de haber sectas católicas, ortodoxas, evangélicas, judías,
islámicas...?
Si se emplean estos adjetivos como tales, indicando su
procedencia, podría aceptarse la denominación. Sin embar
-
go, para evitar malentendidos, es más apropiado hablar de
sectas
de origen
o
de impronta
de la religión que sea. Por
-
que normalmente nos encontramos con realidades que se
han desgajado de su confesión religiosa de referencia, en
forma de cisma, herejía, expulsión, revolución, renovación,
nuevo entendimiento, etc. Y de esta forma, las comunida
-
des «grandes» no suelen reconocer como parte suya a estos
grupos. Siempre será importante, por lo tanto, acudir a las
instancias jerárquicas o federativas de estas confesiones
para conocer si un grupo determinado es reconocido o no,
si goza de aval o de algún tipo de control.
La pregunta sigue estando ahí, porque hay grupos acusa
-
dos de «sectas» que están reconocidos por la institución, y
forman parte de su estructura de acuerdo con la propia lega
-
lidad. Y aquí el caso más claro es el de la Iglesia Católica,
que cuenta con una estructura jerárquica marcada y con un
ordenamiento jurídico propio. Es necesario tener en cuenta
algo fundamental: para que hablemos de una secta, desde
la propia sociología, tenemos que hablar de un grupo autó
-
nomo. Si no es autónomo, sino que depende de instancias
superiores externas a él, podríamos hablar de conductas o
derivas sectarias, si las hubiera, pero no de una secta.
Un caso reciente lo hemos visto en la denominada
Orden
y mandato de San Miguel Arcángel
, una agrupación católi
-
ca reconocida oficialmente por la Iglesia como «asociación
de fieles», que fue investigada por su instancia eclesiásti
-
ca responsable —el Obispado de Tui-Vigo— ante algunas
acusaciones, y esto derivó en la intervención del grupo y la
destitución de su fundador y líder. La consecuencia es que
este líder, junto con la mayor parte de los miembros, aban
-
donaron el grupo reconocido por la Iglesia y constituyeron
uno nuevo:
La voz del Serviam
, ya sin ningún tipo de con
-
trol ni posibilidad de corrección. Esto, que he ejemplificado
con un caso católico, lo he podido escuchar en casos de
grupos procedentes de (o pertenecientes a) otras religiones.
De impronta cristiana
Utilizando la terminología que hemos defendido como
más adecuada, tendríamos que hablar en España, en pri
-
mer lugar, de los grupos que proceden del cristianismo.
En una investigación encaminada a presentar un mapa del
fenómeno sectario en España, hemos contabilizado unos
40 movimientos en esta categoría, que en la mayor parte
de las ocasiones no se ajustan a los principios doctrinales
mínimos que exigen las confesiones cristianas de todo el
(foto: Amio Cajander, flickr.com/photos/10209472@N03/4203648481)
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mundo para reconocer a un grupo como cristiano. Y como
rasgo sociológico, podemos afirmar que hay un cierto es
-
tancamiento en las cifras, que solo bajan en algunos casos y
crecen en otros por la acción proselitista entre la población
inmigrante.
Dentro de esta categoría podemos encontrar, funda
-
mentalmente, casi una decena de grupos que han surgido
de la Iglesia Católica. El más conocido es el de la
Orden
de los Carmelitas de la Santa Faz
, en El Palmar de Tro
-
ya. Hay grupos que tienen acentos gnósticos o teosóficos,
constituyendo así una mezcla de catolicismo y esoterismo,
y la mayor parte son de tendencia tradicionalista, aunque
hay algunas de tipo liberal. A veces cuentan con institu
-
ciones satélite, como congregaciones religiosas, órdenes de
caballería, etc. A pesar de toda la parafernalia que suelen
utilizar, cuentan por lo general con pocas sedes y escasos
miembros.
Después vendrían las sectas de origen protestante, sobre
todo de tipo neopentecostal, con una decena de grupos que
cuentan con bastantes centros en todo el territorio nacional.
La más conocida es la
Iglesia Universal del Reino de Dios
,
que se presenta ahora con el nombre de «Familia Unida».
Dando un paso más nos encontraríamos con los grupos de
la familia adventista, en donde tenemos dos grandes movi
-
mientos: los
Adventistas del Séptimo Día
y los
Testigos de
Jehová
(estos últimos formarían la secta más numerosa de
España, con 111.000 miembros).
Otra subcategoría es la de los grupos metafísicos y de
sanación, que están a medio camino entre el cristianis
-
mo y lo esotérico, como el
Círculo de Amigos de Bruno
Groening
. También están los grupos restauracionistas, que
tienen una clara voluntad de ruptura con las confesiones
cristianas históricas (como los mormones y la
Iglesia Nue-
va Apostólica
). Y, por último, los grupos proféticos y me
-
siánicos, una decena entre los que se encuentran la secta
Moon o los
Niños de Dios
(ahora llamados «La Familia»).
De origen islámico
Se trata de otra categoría compleja para el discerni
-
miento, por el carácter naturalmente disgregado de los
musulmanes. Me limito a subrayar la importancia de la
Fe Bahá’í
, que afirma contar con 4.000 seguidores en 42
comunidades locales. Son muy activos en el campo del
diálogo interreligioso, que realizan a su manera, ya que se
consideran la religión de la plenitud. Asimismo, puede des
-
tacarse la
Misión Ahmadiya
, importante, entre otras cosas,
por haber levantado la primera mezquita construida en el
siglo XX en nuestro país.
Junto a esto, habría que considerar a diversos grupos ra
-
dicales que promueven una interpretación fundamentalista
de la religión musulmana, moviéndose de forma discreta y
autónoma con respecto a las grandes corrientes del islam.
Diversos estudiosos han subrayado su carácter netamente
sectario tanto en su conducta (captación y adoctrinamiento)
como en sus doctrinas y su visión del mundo.
De origen oriental
El auge del orientalismo, que se ha ido implantando en
Occidente a lo largo del siglo XX y que tiene manifesta
-
ciones externas bien conocidas como la popularidad de la
reencarnación, la simpatía hacia el Dalai Lama y el budis
-
mo tibetano, la difusión del yoga y de la meditación, se
corresponde también con una amplia presencia de sectas de
origen oriental (cerca de setenta) que, si bien no agrupan a
un gran número de personas, sí cuentan con una importante
red de centros.
Más de la mitad de estos grupos se han originado en el
hinduismo, y se forman por lo general en torno a un gurú,
que propone su propio camino espiritual dentro de esta ór
-
bita. La actividad principal de muchos de ellos es la prácti
-
ca de algún tipo de yoga, con más de 280 centros propios o
lugares donde se reúnen y realizan sus actividades (normal
-
mente centros de la Nueva Era). Algunos cuentan con ini
-
ciativas que van más allá de los ejercicios y la meditación,
con organizaciones no gubernamentales, de educación en
valores o restaurantes vegetarianos. Una decena de sectas
más provienen del budismo, y funcionan de forma seme
-
jante a las de impronta hindú.
Cabe destacar en esta categoría al movimiento que hay
de origen jainista, y que es solamente uno: el originado en
torno a Bhagwan Rajneesh, ahora llamado
Osho
. Tienen
dieciséis centros en España, pero la difusión de sus doc
-
trinas y prácticas es mucho mayor por la popularidad que
tienen los libros y otros materiales de Osho, que se multi
-
plican en las librerías de las grandes superficies comercia
-
les y en otros establecimientos.
También hay grupos de origen sij y radhasoami, menos
de una decena, y que, generalmente, se presentan de una
forma lo menos religiosa posible, poniendo el centro de la
atención en la meditación. Entre ellas destaca, por la diver
-
sidad de nombres y de pantallas que emplea, el movimiento
de Prem Rawat: la
Fundación la paz es posible
, que incluso
tiene programas de reinserción en algunas prisiones.
Hay dos sectas importantes de origen chino: la prime
-
Cada vez es más difícil delimitar bien los confines de lo
religioso, lo espiritual, lo esotérico y lo mágico.
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ra de ellas,
Falun Gong
, por la persecución a que es so
-
metida por el Gobierno chino; y la segunda, la
Academia
para la energía humana universal y la espiritualidad
, una
nueva denominación para el grupo que fue protagonista de
la crónica de sucesos en 1999 después de ser detenido su
líder precisamente en España, y que cuenta incluso con una
ONG. Finalmente, hay algunos grupos de origen japonés,
formados en su mayor parte por inmigrantes de aquel país.
Grupos neopaganos
Si hablamos de sectas en el ámbito de lo religioso, ha
-
bría que abordar aquí también diversas corrientes y movi
-
mientos que pretenden restaurar el paganismo precristiano,
tanto de origen europeo como de procedencia iberoameri
-
cana. En ocasiones no tienen templos propios, sino que rea
-
lizan sus cultos en bosques, montañas u otros lugares na
-
turales en las fechas correspondientes del calendario solar
o lunar, e incluso participan u organizan eventos que a los
ojos de la población en general no son más que actividades
culturales o folclóricas del pasado precristiano.
En cuanto a los movimientos de origen europeo, exis
-
ten varios grupos que se consideran herederos del mundo
celta y de los druidas, por un lado, y los grupos de brujería
Wicca, por otro. Aunque se mueven de forma bastante se
-
creta, algunos de los primeros realizan actividades con más
trascendencia pública, como el grupo
Wicca Celtíbera
, que
oficia las ceremonias del solsticio de verano organizadas
anualmente por el Ayuntamiento de Pinto (Madrid). Los
grupos de Wicca están fundamentalmente integrados por
mujeres.
Si nos referimos al neochamanismo iberoamericano, es
una categoría heterogénea en la que entran catorce grupos,
desde algunos que promueven el consumo ritual de sustan
-
cias alucinógenas (sobre todo ayahuasca) y viajes iniciáti
-
cos al Amazonas, hasta otros que peregrinan por diversos
lugares de España y América para nutrirse de «energía»
y aprender la sabiduría de los ancestros, además de otras
ceremonias de corte indígena o chamánico, buscando el
trance.
El mundo de la Nueva Era
Algunos de los grupos señalados en el apartado ante
-
rior tienen una rápida difusión y una fácil aceptación en los
ambientes de la Nueva Era (
New Age
), un clima espiritual
sincretista que privilegia lo «alternativo» y lo «holístico».
Así, cada vez es más difícil delimitar bien los confines de
lo religioso, lo espiritual, lo esotérico y lo mágico. Esto su
-
cede, por ejemplo, con los grupos de contacto espiritista,
que han recibido nuevas revelaciones de cualquier tipo de
entidad (ya sean espíritus, personas fallecidas, ángeles, ex
-
traterrestres, maestros ascendidos, etc.).
Y para terminar este repaso, que ciertamente queda
escaso, habría que señalar la importancia de los cultos
afroamericanos, que se caracterizan por un barniz cristia
-
no —concretamente católico— aplicado sobre la religiosi
-
dad yoruba de su raíz. Hablaríamos aquí de vudú, santería,
candomblé, umbanda, macumba, quimbanda, etc. Es muy
difícil conocer la cantidad de grupos, integrados en su ma
-
yoría por inmigrantes iberoamericanos y africanos, y que
se mueven por lo general sin buscar reconocimiento legal
ni gran publicidad. Pero sí se puede constatar su difusión
sobre todo a través de videntes particulares, consultas de
babalawos y, sobre todo, tiendas esotéricas de santería.
(foto: xvire1969, flickr.com/photos/xvire/)