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ace muchos, muchos años, una recomendación de
Fernando Savater me animó a formar parte de este
grupo. Durante este tiempo he disfrutado mucho de
la lectura de la revista El Escéptico (desde el nº 2). No he
participado en nada más que en la lectura de la revista; aun
así, sus contenidos han influido de modo considerable en
mi formación personal respecto a la visión del mundo que
nos rodea.
En mi opinión, el conjunto de los artículos publicados
constituye una poderosa base en la que apoyar una actitud
escéptica. Una parte de esa actitud puede compararse con la
que el profesor Savater denomina «tomarse la molestia», y
que me parece particularmente deseable. El Escéptico des-
cribe múltiples puntos dignos de atención y en su conjunto
anima a tomarse la molestia de comprobar la veracidad o
acierto de todas aquellas afirmaciones significativas de la
vida que no están probadas o son erróneas.
Por otra parte, tratar de comprobar todo, incluido lo poco
relevante, es tarea imposible en una sola vida; y me refiero
tan solo —nada más y nada menos— a cuestiones que a
uno le parecen valiosas. Un pequeño ejemplo: la afirmación
«se tomó la molestia» es mencionada a menudo como el
¿Te tomas molestias?
Augusto González Ispizúa
ARP-Sociedad para el Avance del Pensamiento Crítico
La sociedad no cambiará por sí sola
Lápida de la tumba de Willy Brandt en el cementerio de Zehlendorf, Berlin. No tiene ningún epitafio. (foto: Haso777, flickr.com/photos/haso/444843962)
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epitafio grabado en la tumba de Willy Brandt; otras men-
ciones afirman que el texto del epitafio es «lo he intentado»
y hasta lo transcriben en alemán: «Ich habe es versucht».
El propio maestro Savater menciona el supuesto epitafio,
en un magnífico artículo (El País, 17-09-2000, «Perdonen
las molestias»), animando a participar en una manifesta-
ción para continuar con su activa oposición a ETA, desde
la iniciativa Basta Ya, donde, además de tomarse molestias,
se jugaba la vida. También lo menciona en Ética y ciudada-
nía. La realidad, si te tomas la molestia de buscar un poco,
la encuentras; y es que la tumba de Willy Brandt tiene una
lápida con una inscripción muy simple: «Willy Brandt».
Tomarse molestias no es siempre algo tan sencillo como
comprobar las inscripciones de una tumba. A menudo su-
pone un esfuerzo por hacer algo que se debe hacer, según
las convicciones personales, superando obstáculos externos
de cierta relevancia o venciendo a la pereza o a la desidia.
El concepto tomarse molestias es muy aplicable a una
actitud escéptica en la práctica; y no tomarse molestias es
incompatible con una actitud escéptica. Hay una necesidad
de movimiento —aunque solo sea mental— para analizar
el mayor número posible de piezas que componen el con-
junto de informaciones que se reciben. Si se desea desarro-
llar una actitud escéptica bien construida, hay que «tomarse
molestias».
Herbert Simon, Nobel de Economía en 1978, afirmaba
que el mundo es demasiado complejo para que nuestra
limitada inteligencia lo comprenda a fondo. El principal
problema al que nos enfrentamos para tomar una decisión
acertada no es la falta de información, sino nuestra defi-
ciente capacidad para procesar toda la información dispo-
nible. Estamos inmersos en la incertidumbre y aun así es
frecuente escuchar rotundas —pero superficiales— senten-
cias sobre la verdad, lo deseable, lo indeseable, lo bueno e
incluso sobre lo decididamente malo. Aunque parezca un
inocente juego de palabras, merecen mencionarse las opi-
niones de Donald Rumsfeld, secretario de Defensa en el
primer gobierno de G. W. Bush que, al ser preguntado du-
rante una rueda de prensa sobre la situación en Afganistán
en 2002, dijo: «Hay conocimientos conocidos. Hay cosas
que sabemos que sabemos. Hay desconocimientos conoci-
dos; es decir, hay cosas que ahora sabemos que no las sa-
bemos. Pero también hay desconocimientos desconocidos.
Hay cosas que no sabemos que desconocemos». La orga-
nización Plain English Campaign, dedicada a promover la
claridad de expresión del idioma, premió sus declaraciones
con el Foot in Mouth de 2003. Aun así, aquel disparate ver-
bal parece un buen símbolo de las dificultades reales que
existen para entender la racionalidad humana.
Siendo el mundo tan complejo y nuestra capacidad de
entenderlo tan limitada, ¿qué podemos hacer? La respuesta
de Herbert Simon en El comportamiento administrativo es
que recortamos nuestra libertad de elección para reducir la
complejidad de los problemas que debemos resolver.
Las personas introducimos rutinas en nuestras vidas co-
tidianas, creando reglas formales para la toma de decisio-
nes que limitan la variedad de vías posibles para explorar.
Y aunque a menudo descartamos decisiones que habrían
necesitado más análisis e información, nunca sabremos si
tomándonos molestias para profundizar más quizás habría-
mos obtenido muchos mejores resultados a cambio de un
pequeño esfuerzo.
La lectura de los magníficos artículos recientes sobre lai-
cismo en El Escéptico me sugiere una reflexión que relacio-
na conceptos. Hay un hilo que conecta tomarse la molestia
y laicismo en nuestro país. Para identificar esa conexión,
hay que considerar antes varios hechos; a modo de ejemplo:
● La Constitución Española actual dice —artículo 16,
Capítulo Segundo—: «Ninguna confesión tendrá carácter
estatal. Los poderes públicos […] mantendrán las consi-
guientes relaciones de cooperación con la Iglesia Católica
y las demás confesiones».
● En actos oficiales españoles se siguen viendo sacer-
dotes y símbolos cristianos. En actos religiosos se siguen
viendo representantes de los poderes públicos y miembros
de la Fuerzas Armadas. La Constitución Española impone
el juramento —poner a Dios por testigo— como fórmula de
promesa (p. ej. artículo 61.1). Algunos funcionarios públi-
cos se comprometen jurando.
● Hay ayudas económicas a colegios privados ligados al
Opus Dei. Aunque la orden solo cuenta con unos 90.000
miembros, sigue teniendo una fuerte influencia en impor-
tantes aspectos de la sociedad española. Se ha rebajado el
protagonismo de la asignatura de Filosofía y se refuerza
el de Religión, a pesar de algunas voces críticas, como la
del profesor Enrique P. Mesa (Instituto El Espinillo, Villa-
verde, Madrid), quien afirma: «…de la filosofía emana el
pensamiento crítico, que es el que sustenta la democracia.
Tenemos el derecho a votar porque se nos considera críti-
cos y autónomos».
● En reciente sentencia, el Tribunal Constitucional reco-
noce el derecho de objeción de conciencia de un farmacéu-
Estamos inmersos en la incertidumbre y aun así es fre-
cuente escuchar rotundas —pero superficiales— senten-
cias sobre la verdad.
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tico que se negó a vender píldoras poscoitales y preserva-
tivos. Por otra parte, el Tribunal en su sentencia rechaza
concederle el amparo para su negativa respecto a los pre-
servativos, porque considera que en este supuesto no puede
darse «ningún conflicto de conciencia con relevancia cons-
titucional», aunque sí le da la razón respecto a la píldora
del día después.
● La Conferencia Episcopal Española publicó un suple-
mento de dieciséis páginas insertado en los principales dia-
rios impresos españoles para animar a los contribuyentes a
que marquen la casilla correspondiente a la Iglesia —ca-
tólica— en su declaración de la renta. En ese suplemento
se detallaba la defensa de la exención del IBI a la Iglesia
—católica— y publicitaba la propiedad de la Mezquita de
Córdoba.
● Durante los últimos años, la Iglesia Católica inmatri-
culó a su nombre más de mil bienes del patrimonio cultural
español.
● Según los datos de una encuesta del CIS de 2013, solo
el 34,5 % de los españoles se declaran creyentes y practi-
cantes. Desde 2009, hay más matrimonios civiles que ca-
tólicos.
● El cardenal Antonio María Rouco Varela se jubiló a los
78 años, en vez de a los 75 determinados por el Concilio
Vaticano II, y desde febrero de 2015 habita un piso en la ca-
lle Bailén de Madrid, de seis habitaciones y de un valor de
mercado de 1,2 millones de euros. Desde 2008 hasta finales
de 2012, ha habido en España más de 171.000 viviendas
perdidas por sus propietarios por procesos de ejecución hi-
potecaria. El piso habitado por Rouco está exento de pagar
IBI. Durante el entierro de Adolfo Suarez, Rouco Varela,
aún en activo, mencionó en su alocución que las causas que
provocaron la Guerra Civil podrían volver.
● La Conferencia Episcopal Española hace pública su
opinión sobre asuntos relacionados con la política, las le-
yes, la educación y otras áreas no exclusivamente religiosas
de la sociedad.
Los redactores de nuestra actual Constitución no quisie-
ron establecer un modelo de Estado de clara fundamenta-
ción laica que se mostrara indiferente a lo religioso. Desde
1976 se estuvo negociando la renovación de los acuerdos
con la Santa Sede. El 3 de enero de 1979, a los seis días de
la entrada en vigor de la Constitución Española, se firmaba
en la Ciudad del Vaticano el conjunto de acuerdos que mo-
dificaban y complementaban el Concordato con la Iglesia
Católica de 1953, aún vigente. Tiempo atrás, el Vaticano,
entre otras cosas, había concedido al dictador Franco las
insignias de la Orden de Cristo, máxima distinción de la
Santa Sede a un político.
España seguirá siendo un Estado
no laico mientras no
se rectifiquen estas y otras prebendas que perduran con la
Iglesia Católica. ¿Es posible hacer algo? Quien reflexione
sobre todo lo anterior, que es solo una parte del todo, podría
estar en alguna de las siguientes situaciones personales en
relación con la Iglesia:
A. Es católico porque está bautizado y cree en los dog-
mas de la Iglesia Católica. Mantiene contactos con la Igle-
sia, más o menos frecuentes.
B. Es bautizado en la Iglesia Católica pero ahora es indi-
ferente a todo lo religioso.
C. Es ateo, bautizado en la Iglesia Católica y se siente
en contra del conjunto de comportamientos que conoce de
ella; y no solo recientes, y no solo en España.
El que está en la situación
A ha de ser amparado por un
Estado laico.
El que está en la situación
B ha de ser amparado por un
Estado laico, aunque no se está tomando ninguna molestia
en el sentido que estamos intentando compartir.
El que está en la situación
C ha de ser amparado por un
Estado laico, y además sería deseable que diera algunos pa-
sos concretos en lugar de solo «emitir algunas opiniones de
salón». Por ejemplo:
● Si está en su mano,
tómese la molestia de no bautizar
a sus descendientes.
● Si está en su mano,
tómese la molestia de procurar una
educación laica y atea a sus descendientes.
● En todos los momentos de su vida, profesional y priva-
da, llegado el caso,
opine y actúe como laico y ateo.
● Si le bautizaron,
tómese la molestia de apostatar.
Es decir, un Estado realmente laico no llegará porque sea
muy deseado por algunas personas. Como en otras muchas
cosas de interés y valor, hay que
tomarse molestias para
conseguir algo relevante.
El cardenal Rouco Varela promovió manifestaciones contra la Ley del aborto.
( foto: flickr.com/photos/archivalladolid/10428460954)