Informe realizado a petición del Institut d’Estudis de la Salut Departament de Sanitat i Seguretat Social Generalitat de Catalunya.
TELLERÍA CARLOS
Oscillococcinum. Le joli grand canard, Michel Rouzé. AFIS: nº 202, marzo-abril Paris, 1993.
Homeopatía, ¿Ciencia o dogma? Lecomte. J.: Foro mundial de la Salud, 4:128-130, 1983.
MUY Especial. Invierno, 1996. Monográfico Medicina.
El agua bendita de la homeopatía. Angulo, L. LAR nº 15, Bilbao, 1990.
La Pseudomedicina. Slepetis, Aldo M. Fundación CAIRP, Buenos Aires, 1995.
La homeopatía, ¿es medicina? El Ojo Escéptico, 1. Buenos Aires, 1991.
La solución a los problemas que nos han llevado a esta situación debería ir encaminada a conseguir una medicina pública menos masificada y más humanizada. Debería encaminarse hacia un concepto que, capitalizado por los terapeutas alternativos, tampoco es original suyo: la medicina holística. Una medicina que trate al enfermo, y no sólo la enfermedad. Estas tendencias deseables suponen un doble problema. Por un lado,exigen un incremento en la dotación presupuestaria a la sanidad pública, cosa que no siempre es posible por causas económico-políticas.
Caben ahora algunas preguntas. Aun suponiendo que las curaciones atribuidas a la homeopatía se puedan explicar al margen de la propia esencia teórica de esta disciplina, si los tratamientos homeopáticos no conllevan efectos secundarios ni iatrogenias, ¿por qué suponen un problema? ¿no se puede dejar que existan sin más?
Son muchos los casos que se cuentan de diagnósticos errados por parte de médicos titulados, que posteriormente han sido corregidos por terapeutas alternativos, y entre ellos los homeópatas. Igualmente, son muchos los casos de supuestas curaciones de enfermos crónicos o desahuciados, por parte de los homeópatas. Entrar en una análisis concreto de cada uno de estos casos es imposible, pero se pueden realizar una serie de comentarios generales al respecto.
En la actualidad, la legislación española regula los medicamentos homeopáticos a través de la ley del medicamento (25/1990) y el Real Decreto 2208/1994 sobre medicamentos homeopáticos de origen industrial.
De acuerdo con la ley del medicamento, todos los productos homeopáticos quedan divididos en tres grupos:
En la actualidad existe una fuerte presión por parte de laboratorios y médicos homeopáticos, tanto en nuestro país como a en el resto de Europa, por obtener el reconocimiento del sistema desarrollado por Hahnemann en el siglo XIX para el tratamiento de la enfermedad. Las presiones del lobby homeopático son, curiosamente, a nivel político tratando de saltarse los controles de calidad científicos (Wim Betz, 1995, comunicación privada).