"El arte de vender mierda. El fecomagnetismo, la homeopatía y otras estafas", de Fernando Cervera, con prólogo de Javier Armentia, ya ha salido de imprenta. Pronto estará en las mejores librerías. El día 4 de julio se presentará a las 19,00 h en la librería Rafael Alberti de Madrid. Intervienen el autor e Ismael Pérez Fernández.
Homeopatía. El peligro de las pócimas
Manzanilla (original) |
"¿Qué tienen de malo las hierbitas?", podría ud. preguntarse mientras recuerda lo bien que le hizo para su dolor de estómago esa agüita de manzanilla. No se confunda, no estamos en contra de esas infusiones, ¡al contrario!, pues la así llamada herbolaria o fitoterapia consiste justamente en el estudio científico de losquímicos presentes en los vegetales y en la investigación sobre sus posibles aplicaciones, pudiendo servir, dentro de otras cosas, para la elaboración de fitofármacos que pueden mejorar a la gente.
Es normal que la medicina científica extraiga, concentre y, usualmente, sintetice estos químicos para contar con una dosis controlada, bien graduada y de efectos predecibles. ¿Cuál es, entonces, el problema con la Homeopatía? Pues ocurre que la Homeopatía no es Fitoterapia y ud. está siendo engañado si compra homeopatía pensando que sirve para algo.
¿Qué es la Homeopatía?
Homeopatía: pura agua (original) |
La Homeopatía es pura agua, cuando la compra en gotas, o pura azúcar, cuando la compra en pastillas. Así de pura: no es nada más que solvente o excipiente. Es así de simple y ya puede adelantar conclusiones sobre su efectividad. Algunas presentaciones la pueden matizar con talco, colorantes, saborizantes o un toque de alcohol. Tenga por seguro que unjugo Yuppi es más elaborado.
#NoSinEvidencia: Homeopatía en el Skepdic
homeopathy
"...for the purposes of popular discourse, it is not necessary for homeopaths to prove their case. It is merely necessary for them to create walls of obfuscation, and superficially plausible technical documents that support their case, in order to keep the dream alive in the imaginations of both the media and their defenders." --Ben Goldacre
If homeopathy works, then obviously the less you use it, the stronger it gets. So the best way to apply homeopathy is to not use it at all. --Phil Plait
Classical homeopathy originated in the 19th century with Samuel Christian Friedrich Hahnemann (1755-1843) as an alternative to the standard medical practices of the day, such as phlebotomy or bloodletting. Opening veins to bleed patients, force disease out of the body, and restore the humors to a proper balance was a popular medical practice until the late19th century (Williams 2000: 265). Hahnemann rejected the notion that disease should be treated by letting out the offensive matter causing the illness. In this, he was right. On the other hand, he argued that disease should be treated by helping the vital force restore the body to harmony and balance. In this, he was wrong. He rejected other common medical practices of his day such as purgatives and emetics "with opium and mercury-based calomel" (ibid.: 145). He was right to do so. Hahnemann's alternative medicine was more humane and less likely to cause harm than many of the conventional practices of his day.
Vídeos de la charla "Ciencia y Derechos Humanos"
Ya están disponibles en Internet los vídeos de la charla de Alfonso López Borgoñoz "Ciencia y Derechos Humanos", del pasado Escèptics al Pub Barcelona.
La charla está subida al canal youtube de Escèptics al Pub en dos partes:
Primera parte: http://youtu.be/zV6q2wAGXQw
Segunda parte: http://youtu.be/pALlFZMM09Y
Más vídeos de Escèptics al Pub Barcelona en: https://www.youtube.com/channel/UCIy0C-v101Ysrz8cTA4-RUA
Tertulia: ¿QUÉ DIFERENCIAS HAY ENTRE CIENCIA CORRECTA, CIENCIA EXAGERADA, CIENCIA FRAUDULENTA Y PSEUDOCIENCIA? LOS PROBLEMAS DE LA DIVULGACIÓN CIENTÍFICA, con José Antonio López-Guerrero (JAL)
El ATENEO CIENTÍFICO, LITERARIO Y ARTÍSTICO DE MADRID le invita a la "TERTULIA DE LAS TRES TERTULIAS. Reflexiones sobre el Ser"
Tertulia bimensual. Segundo y último sábado de cada mes
Tertulia: ¿QUÉ DIFERENCIAS HAY ENTRE CIENCIA CORRECTA, CIENCIA EXAGERADA, CIENCIA FRAUDULENTA Y PSEUDOCIENCIA? LOS PROBLEMAS DE LA DIVULGACIÓN CIENTÍFICA
con JOSÉ ANTONIO LÓPEZ-GUERRERO (JAL)
Profesor Titular de Microbiología de la Universidad Autónoma de Madrid, Investigador y Director de Cultura Científica en el Centro de Biología Molecular Severo Ochoa
www.uam.es/personal_pdi/
Presenta: MARÍA VICTORIA CARO BERNAL del ATENEO DE MADRID
Coordina: ELENA CAMPOS SÁNCHEZ
Doctora en Biología, Investigadora en Ciencias de la Naturaleza
y Tecnología en el Centro de Biología Molecular "Severo Ochoa" de la Universidad Autónoma de Madrid
Promotor: ENRIQUE DÍEZ GONZÁLEZ,
Licenciado en Ciencias Físicas y Profesor de Física, Matemáticas y Químicas
EL SER CIENTÍFICO
Primera tertulia mensual del último sábado de mes
Ateneo de Madrid - Sala de La Cacharrería
SÁBADO, 28 DE JUNIO DE 2014
18:00 - 19:30
Los asistentes a esta tertulia, que no sean socios, pagarán un euro a beneficio íntegro del Ateneo de Madrid
Más información: www.nuestra-agora.com
#NoSinEvidencia: Cuando la homeopatía funciona. Carta abierta al laboratorio Heel
Cuando la homeopatía funciona. Carta abierta al laboratorio Heel
- En estudios in vitro mostró que tiene efectos reales sobre los linfocitos, un efecto inmuno-modulador
- En estudios in vitro mostró que tiene efectos antivirales sobre virus patógenos humanos.
- En un estudio piloto de tipo aleatorio, con grupo de control, y doble ciego, usando Engyston-N (ampollas intramusculares) sobre 128 lactantes hospitalizados con diagnóstico de virus sincicial respiratorio, mostraron una mejora estadísticamente significativa en sintomatología y en exámenes cuantitativos en el grupo verum (que recibió el medicamento) por sobre el grupo de control por placebo.
#NoSinEvidencia: Los diez mejores chistes de la homeopatía
Vivimos rodeados de superstición y pseudociencia. Basta abrir el periódico para encontrarse con el horóscopo, un anuncio de la “timopulsera” o una noticia sobre el presunto descubrimiento del arca de Noé. En lo referente a la salud, y aunque parezca mentira, la magia y la hechicería siguen teniendo un hueco en nuestro sistema sanitario y nuestras farmacias. A pesar de los estudios clínicos, la ausencia de pruebas y la demostración de que se trata de un tinglado pseudocientífico, la homeopatía sigue colando entre los pacientes y hasta entre algunos profesionales de la medicina.
Acabo de terminar de leer “La homeopatía ¡vaya timo!”, del médicoVíctor-Javier Sanz (Editorial Laetoli) que ofrece precisamente una disección meticulosa de todas y cada una de las falacias y engaños que los homeópatas llevan años contando al personal. Para ello, el autor se sirve del humor y la ironía ya que, como bien advierte en el prólogo, la homeopatía es como “el club médico de la Comedia” y da para una buena colección de "homeochistes". Sobre el tema ya se ha escrito mucho, pero como diceJavier Armentia, “es deber de quien escucha una tontería hacerlo notar”. Por eso he decidido poner mi granito de arena con mi particular recopilación de chistes, algunos inspirados por el libro y otros por las muchas y documentadas fuentes que han escrito sobre el asunto. Aquí van los diez chistes más celebrados del disparate homeopático:
#NoSinEvidencia: El uso de productos homeopáticos puede matar
El uso de productos homeopáticos puede matar
#NoSinEvidencia: Un remedio homeopático es tan curativo como el agua bendita, pero puede ser mortal, ministra Mato
Un remedio homeopático es tan curativo como el agua bendita, pero puede ser mortal, ministra Mato
La homeopatía es una estafa al consumidor. Así lo reconoció, indirectamente, un grupo de expertos elegido por el Ministerio de Sanidad en un informe, hecho público en diciembre de 2011, al concluir que “no ha probado definitivamente su eficacia en ninguna indicación o situación clínica concreta, los resultados de los ensayos clínicos disponibles son muy contradictorios y resulta difícil interpretar que los resultados favorables encontrados en algunos ensayos sean diferenciables del efecto placebo”. Es decir, ante la enfermedad, un preparado homeopático es tan efectivo como el agua bendita, como el ”cura sana, culito de rana, si no se cura hoy, se curará mañana” que suelen cantar las madres a sus hijos cuando lloran tras una caída o un golpe sin consecuencias.
A esa misma conclusión han llegado en los últimos años todos los comités científicos que han examinado la eficacia de esta pseudoterapia. La Asociación Médica Británica ha dicho que la homeopatía “es brujería”; el Comité de Ciencia y Tecnología de la Cámara de los Comunes considera que “no existe ninguna prueba de que funcione más allá del placebo”; e Ichiro Kanazawa, presidente del Consejo Científico de Japón (SCJ), sostiene que su capacidad terapéutica “ha sido científica y concluyentemente refutada”. El 27 de agosto de 2005, The Lancet lamentaba en un editorial que, “cuanto más se diluyen las pruebas en favor de la homeopatía, mayor parece ser su popularidad”. La prestigiosa revista médica publicaba aquel día un trabajo según el cual la efectividad de esta práctica se basa únicamente en el efecto placebo y sentenciaba que había llegado el momento de dejar de perder tiempo y dinero en más estudios para validarla: “Ahora, los médicos tienen que ser valientes y honestos con sus pacientes acerca de la ausencia de beneficios de la homeopatía, y consigo mismos acerca de los fallos de la medicina moderna a la hora de cubrir la necesidad del paciente de atención personalizada”.
Contra la irracionalidad
El Escéptico Digital - Edición 2013 - Número 269
Pepe Cervera
(Artículo publicado originalmente en la bitácora Retiario)
La ignorancia no atemoriza: la ignorancia estimula a aprender, empuja a descubrir las respuestas ocultas, despierta el interés y la curiosidad. La ignorancia se cura con conocimiento, por lo que no es peligrosa si no es vocacional. Lo que sí es temible es la irracionalidad, sobre todo cuando es buscada, deliberada y justificada. Y no digamos cuando la irracionalidad quiere entrar en política. Con la ignorancia se puede hablar; incluso la maldad permite negociar, pero la irracionalidad bloquea cualquier posible futuro. Es por eso que cosas como el post publicado en el blog ‘Caballo de Nietzsche’ bajo el título ‘La casta científica y el paradigma ético de Podemos’ resulta tan perturbador. Y no sólo para quien viva en España, donde esta formación política aspira a participar en la gobernación del país, sino para cualquier ser humano que pretenda hacer de la razón una guía de su pensamiento y su acción, personal y política. El problema no es su posicionamiento de defensa de los derechos de los animales, perfectamente legítimo e incluso necesario. El problema es su carácter de alegato en pro de la irracionalidad, repleto además de falacias y de condenas a inocentes. Empezando por una confusión de categorías tan grande que no parece un error.
La ciencia es un método sistemático para obtener conocimientos del universo en el que vivimos, además del cuerpo de conocimiento obtenido con ese método a lo largo de los siglos. Que la ciencia o la comunidad científica se puedan considerar como parte del ‘régimen’, que se acuse a una presunta ideología ‘cientifista’ de los males de la Humanidad, o que se pueda escribir que “nuestra sociedad pone límites éticos al avance científico” es un nivel de confusión que va más allá de la ignorancia para entrar en el terreno de la irracionalidad deliberada. Por hacer un símil, es como echarle la culpa a los Hermanos Wright de los retrasos de Iberia.
Como el arte, la cocina, el urbanismo o las finanzas la ciencia es un empeño humano, y como tal forma parte de la vida política de los países. Lo llevan a cabo personas dentro de organizaciones; tanto la gente como las estructuras tienen cuotas de poder dentro de sus espacios, y por tanto sus correspondientes responsabilidades, por las que deben responder. Las personas y sus estructuras, no la ciencia, ni como método de obtención de conocimientos ni como cuerpo de información sobre el cosmos. Al confundir estos dos significados del término se comete una injusticia, y además se llama a rechazar una de las mayores obras del intelecto humano: el saber científico acumulado a lo largo de la historia.
No hay ningún intento por separar estos dos conceptos: la ciencia y el uso de la ciencia por parte del sistema político y económico. Al contrario: todo el artículo intenta confundirlos, etiquetándolos en conjunto bajo un término de carácter ideológico-despectivo (‘cientifismo’) y apilando desde referencias de autores críticos con el concepto hasta apelativos (casta, régimen) en un ejemplo de libro de construcción del enemigo (pdf). Está claro que para la autora del artículo la ciencia misma es nefasta, y los científicos y sus organizaciones forman parte del Sistema que hay que echar abajo. De hecho singulariza a ese ‘cientifismo’ como un punto clave que hay que derribar, como una de las columnas básicas del caduco sistema actual de gobernación que hay que sustituir.
Echarle la culpa de lo que ocurre al ‘cientifismo’ o a la ciencia, por encima del sistema capitalista de mercado, los límites de los sistemas políticos democráticos, los acuerdos internacionales y sus modos de negociación, el poder de las finanzas, las cloacas de los estados, y tantos otras claves, estas sí esenciales del sistema político internacional en el que vivimos es un error monumental. Simplemente porque la ciencia no tiene, ni ha tenido jamás, ese nivel de poder. Es como atacar el arte porque su mercado forma parte del Sistema y hay dentro casos de corrupción. Una confusión de categorías de carácter épico.
Los científicos no tienen poder. Y cuando lo tienen (los pocos ejemplos, como Rubalcaba, químico, o Vidal Cuadras, físico) no actúan como científicos, sino como políticos. Los científicos no tienen grandes sueldos, casas de lujo, limusinas con chófer, jubilaciones doradas. Los científicos no alcanzan posiciones de mando ni manejan grandes presupuestos ni toman, siquiera, las decisiones de inversión en los campos que les corresponden. Muchos científicos ganan sueldos normalitos de clase media, inferiores a su categoría y méritos; manejan presupuestos irrisorios con la capacidad de decisión muy limitada, y tienen carreras profesionales truncadas y con pocas posibilidades de crecimiento. Los científicos no tienen poder; la ciencia en sí misma jamás ha tenido poder. Algunas empresas y gobiernos utilizan la ciencia para acumular prestigio, riqueza y poder, como utilizan el petróleo, el arte, el turismo, la ley o la violencia. Pero no hablamos de ‘artismo’ o ‘petroleísmo’ o ‘turistismo’. Y quienes toman las decisiones son empresarios, abogados o políticos; muy raras veces los científicos o ingenieros alcanzan las alturas donde se decide la dirección de la estructura.
La responsabilidad no es de la herramienta utilizada, sino de quien la utiliza. Y mucho menos puede ser de ‘la ciencia’ en este caso concreto de la experimentación animal.
Para empezar, ¿de qué ciencia hablamos? ¿La astronomía, la química, la geología, las matemáticas son responsables? ¿Debemos considerar que la oceanografía, la botánica, la arqueología o la física de partículas tienen la culpa? Sólo algunas ciencias utilizan experimentación con animales; sólo cuando no hay otra alternativa, y siempre bajo control. Es rigurosamente falso que, como afirma uno de los enlaces citados por Ruth Toledano, los científicos provoquen sufrimiento a animales a sabiendas de que es inútil; es calumnioso afirmar que lo hacen por razones venales, para mejorar sus sueldos y obtener financiación. Al generalizar el ataque a ‘la ciencia’ en su conjunto y al utilizar semejantes argumentos se pierde cualquier superioridad moral que se pudiera haber tenido. Y se hace un flaco favor a los animales y a las ciencias que los emplean.
En algunas disciplinas científicas se utilizan animales. Hay que usarlos porque para comprobar los efectos primarios y secundarios de una nueva droga no basta con los sistemas in silico o in vitro sino que hacen falta estudios sistémicos; porque para conocer los entresijos del funcionamientos de células y órganos hay que realizar detallados análisis; porque la investigación genética exige cruces y descendencias que serían imposibles de otra forma. Se hacen con animales porque los animales no son humanos, pero comparten con nosotros gran parte de sus sistemas de funcionamiento, de sus órganos y genes. A pesar de los experimentos, a veces una droga que parecía funcionar en animales no funciona en humanos. Pero, a la inversa, los ensayos con animales permiten descartar miles de drogas antes de que causen daño a ningún humano. Y cuando se utilizan se procura minimizar el dolor, el miedo y la angustia de los animales. Los científicos no son monstruos (aunque haya quien parece pensarlo) y practican la empatía, pero es que además hay un motivo práctico: el sufrimiento puede afectar a los resultados. Aunque sólo fuese por eso se intenta mantener controlado al máximo: en los laboratorios a nadie le gusta trabajar en balde.
Lo peor es que esta acumulación de técnicas discursivas suena conocida: creación de enemigo mediante la generalización y los epítetos; confusión categórica entre niveles organizativos; insinuaciones de venalidad y de crueldad inhumana, sobredimensionamiento de la importancia y el poder real del grupo escogido como blanco. Al final, criminalización de un grupo de la población (mejor si no es muy poderoso en realidad) que es identificado con el enemigo y señalado. El resultado de este tipo de campañas es la creación de grupos sospechosos y perseguidos, que pueden acabar por ser objeto de violencia; ya ha habido amenazas y atentados a laboratorios y a científicos por estas causas. Un buen enemigo vigoriza a una causa y concentra su energía. Un buen enemigo es políticamente deseable. Pero lo racional no es, no puede ser, un buen enemigo.
La ciencia, como cuerpo de conocimiento, no es democrática: no se puede someter a votación la realidad. Se puede estudiar, comprender mejor o peor, o hasta desconocer por completo; lo que no se puede es cambiarlo según la votación de un grupo de personas por bienintencionadas que sean. La ciencia, como método de adquisición de conocimiento, no puede ser más igualitaria: está abierta a cualquiera, de cualquier edad, condición, clase social, raza o país. Basta con ponerse a ello, con trabajar y con estudiar, y cualquiera puede llegar a obtener una de esas verdades sobre el Universo que constituyen el conocimiento científico. Incluso sin titulación; incluso en contra de la opinión generalizada o estándar de la disciplina. Costará más o menos trabajo, recibirá mayor o menor oposición, pero si es cierta acabará por conseguir el reconocimiento. Hay menos barreras que en muchos otros campos de la actividad humana.
La política es otra cosa. Consiste en encontrar formas de conseguir que las sociedades, cada vez más complejas, cada vez más difíciles de comprender, funcionen. Tiene que basarse en hechos, porque lo contrario no es operativo, pero no está compuesta exclusivamente de hechos. Contiene también percepciones, emociones, intereses, equilibrios. Debe contener justicia, y debe luchar porque esté lo más extendida posible. Lo que no puede es rechazar la razón y la ciencia ni convertirlas en enemigas. La política basada en la irracionalidad produce monstruos, especialmente cuando consiste en la creación de enemigos.
Es legítimo aspirar a minimizar el sufrimiento, también el no humano. Es positivo discutir formas de hacerlo. Es un interesante revulsivo político y social plantear que ese deba ser uno de los objetivos de nuestra política común. Pero no son las técnicas de creación de enemigos, ni el fomento de la irracionalidad en política, las mejores formas de conseguirlo. Porque sólo causan desconfianza y temor, que son dos muy malos sentimientos en los que basar una política. Yo, de lejos, prefiero la razón.
PD: El presente artículo representa la opinión personal del autor, que también ocupa el puesto de Defensor de la Comunidad en eldiario.es, periódico que alberga el blog El Caballo de Nietzsche.
Corrección 9/06/2014 10:15: en el primer párrafo se afirmaba erróneamente la pertenencia de la autora del post, Ruth Toledano, a la organización política Podemos. Se trata de un fallo por mi parte por el que solicito disculpas; lamento cualquier trastorno que haya podido ocasionar.
URL: http://blog.rtve.es/retiario/2014/06/contra-la-irracionalidad.html
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