ARP-Sociedad para el Avance del Pensamiento Crítico (ARP-SAPC) impulsa el desarrollo de la ciencia, el pensamiento crítico, la educación científica, el uso de la razón y el laicismo; promueve la investigación crítica de las afirmaciones paranormales y pseudocientíficas desde un punto de vista científico y racional, y divulga la información sobre los resultados de estas investigaciones entre la comunidad cient
Entradas de blog
Con motivo del 30º aniversario de ARP - Sociedad para el Avance del Pensamiento Crítico, se han subido a Internet imágenes representativas de distintos momentos de la asociación: Asambleas generales, entregas de premios, congresos, charlas de escépticos en el pub...
Las imágenes se encuentran en el repositorio Flickr de ARP-SAPC:
En 1999, en un pub de Londres se celebra la primera edición de Skeptics in the pub de la mano del Dr. Scott Campbell. Es una reunión informal con un formato sencillo: un orador da una charla corta sobre un tema determinado (escogido y anunciado de antemano), y luego las discusiones se siguen a pie de barra, entre pinta y pinta.
escepticos.es, la web de ARP- Sociedad para el Avance del Pensamiento Crítico, alberga el mayor repositorio de documentacion en castellano, gracias al trabajo de los socios y voluntarios que colaboran tanto en el mantenimiento de la página como en la generación de contenidos.
La Red Internacional Escéptica, uno de los recursos web con más solera de ARP - Sociedad para el Avance del Pensamiento Crítico, cumple 15 años en 2017.
The European Skeptics Podcast es una página que pretende dar voz a representantes de distintas asociaciones escépticas de Europa. Sus creadores, el húngaro András G.
Ya está disponible en la web el número 269 de El Escéptico Digital, gracias al trabajo de los voluntarios de ARP-SAPC. En el boletín se pueden encontrar noticias sobre la asociación, el mundo del escepticismo, y la revista El Escéptico.
EDITORIAL
EDITORIAL «SEMANA DE LA CIENCIA Y LUCHA CONTRA LA PSEUDOCIENCIA»
Distribuimos un nuevo número de esta revista digital coincidiendo con el fin de la Semana de la Ciencia, celebración que desde hace varias décadas se impulsa a mediados de noviembre en toda la Unión Europea y en sus estados miembros gracias a un amplio entramado de instituciones públicas y privadas que, de una forma u otra, durante esa larga semana (en algunos lugares empieza en una fecha y en otros en otra) se dedican a difundir la ciencia y la tecnología, facilitando el acceso a las personas interesadas a los centros de investigación y laboratorios especializados, así como a los resultados de los procesos de investigación, desarrollo e innovación tecnológica.
Es de agradecer el esfuerzo y el activismo que se realiza por parte de muchos y muchas profesionales y personas aficionadas, y por lo general es muy satisfactorio comprobar como lo que se investiga suele ser seguido por un amplio número de personas cuando ello se hace de la forma y con los medios adecuados.
Desde nuestra especial preocupación por el auge de las pseudociencias en la vida cotidiana, cada año echamos en falta que no se utilice también este potente escaparate de una forma mucho más activa para explicar a la gente las falacias que se encuentran detrás de muchas afirmaciones no basadas en la ciencia y que carecen completamente de pruebas o de rigor sobre terapias, consumo o sobre cualquier otro aspecto de la vida de la gente, y en la que a menudo vemos divulgando dichas falsedades a organismos públicos (o privados) desde sus televisiones, radios o equipamientos, otorgando credibilidad con su apoyo a unas teorías que no lo merecen en absoluto.
En el día a día, en el momento de tomar decisiones por las personas, pueden pesar más las informaciones incorrectas basadas en tópicos, rumores o amigos y amigas también mal informados (que recomiendan ciertas terapias, productos, etc.) que todo el esfuerzo divulgador realizado por especialistas durante esta semana de noviembre.
No basta con enseñar a la gente la mejor ciencia posible, sino también como diferenciarla de las martingalas que proclaman a diario muchas personas, así como señalar claramente los artificios o mentiras o errores que engañan a tantos.
En definitiva, si bien desde hacía mucho sabíamos que hacía falta potenciar una política activa que facilitara el explicar la ciencia al gran público, es igualmente necesario potenciar una política activa para explicar lo que es la pseudociencia.
Y, sin duda, no es un tema menor, dado que hay muchas vidas en juego.
Alfonso López Borgoñoz
Presidente
ARP-Sociedad para el Avance del Pensamiento Crítico