background image

el esc

é

ptico

58

primavera-verano 2013

La institucionalización de la acupuntura

El Centro Nacional de la Medicina Alternativa y 

Complementaria (NCCAM, en sus siglas en inglés) 

se creó en 1992 bajo los auspicios de los Institutos 

Nacionales de la Salud. Al principio se la conoció como 

la  Oficina  de  la  Medicina  Alternativa.  Su  presupuesto 

inicial fue de 2 millones de dólares y fue creada para 

coordinar la investigación sobre la medicina alternativa 

y complementaria dentro de los NIH (página web del 

NCCAM). El senador Tom Harkin de Iowa, interesado 

personalmente en la medicina alternativa, impulsó la 

creación de este centro de operaciones subvencionado 

por el gobierno para la investigación en CAM (Atwood). 

Harold Varmus, el director de los NIH y ganador de un 

premio Nobel, propuso que esta organización se dedicara 

a coordinar las investigaciones sobre medicina alternativa 

que se llevaban a cabo en los 20 centros de investigación 

pertenecientes a los NIH, de manera que distribuyeran 

adecuadamente cada investigación a un centro. Varmus 

quería asegurarse de que esta incipiente organización 

mantendría  los  parámetros  de  calidad  científica,  pero 

este planteamiento chocó con el del senador Harkin, que 

preveía un papel mucho más dinámico para el NCCAM. 

Harkin creó nuevas leyes que cambiaron drásticamente 

la situación del NCCAM (íbid.) y su presupuesto —hoy 

día asciende a 128,8 millones de dólares (página web del 

NCCAM)—, por lo que consiguió que adquiriera carácter 

nacional. De manera que todas las investigaciones en CAM 

subvencionadas por los diferentes estados se centralizarían 

en una sola gran institución, el NCCAM. Con su recién 

adquirido prestigio, el NCCAM se encontraba en una muy 

buena posición para conducir el debate sobre la medicina 

alternativa. Sus detractores lo acusaron de funcionar como 

una organización de promoción y no como un centro de 

investigación. La existencia de cierta predisposición a 

favor de la medicina alternativa se debía en parte a los 

estatutos de la organización, los cuales establecían que 

al menos 11 de los 15 miembros de la junta de asesores 

debían ser “seleccionados [por el director de los NIH] en 

función de sus conocimientos y experiencia en el campo de 

los tratamientos complementarios y alternativos contra el 

cáncer” (CAPCAM

6

 Charter 2002, citado en Atwood). Sin 

embargo, en las vistas parlamentarias, el senador Harkin 

criticó al NCCAM por no hacer lo suficiente para probar las 

afirmaciones de la medicina alternativa. “Se han centrado 

en demostrar lo que es falso, y no han tratado de encontrar 

cosas que se pudieran probar como verdaderas”, les 

reprochó a los administradores del NCCAM (Brown). Esta 

crítica pone de manifiesto tanto la incomprensión general 

del funcionamiento de la ciencia como el compromiso 

La idea de que la 

acupuntura necesita asilo 

político dentro de la 

medicina convencional 

supone una amenaza a la 

integridad científica.

La acupuntura:

Una evaluación científica

Informe de situación elaborado por la oficina de 

política pública del “Center for Inquiry”

1

Parte III

Robert Slack, JR.

(Traducción de Amaranta Heredia Jaén)

background image

el esc

é

ptico

59

primavera-verano 2013

ideológico imbuido en el programa del NCCAM. De hecho, 

algunos de sus detractores se quejaron de que el NCCAM 

estaba dirigido por “harkinianos” politizados en vez de por 

científicos motivados únicamente por la imparcialidad de 

la verdad (Atwood).

Durante los primeros cinco años del nuevo milenio, 

el  NCCAM  financió  una  serie  de  dudosos  estudios  que 

intentaban probar algo en vez de falsarlo. El centro financió 

varios estudios sobre la imposición de manos y la sanación 

a distancia que carecían por completo de fundamento. 

En otro estudio se investigó un protocolo de tratamiento 

contra el cáncer llamado “terapia González” que requería 

la administración diaria de cientos de suplementos 

nutricionales, análisis de muestras de cabello y enemas de 

café (íbid.). En el año 2000, el NCCAM inició un programa 

de subvenciones para lo que denominó “ciencia fronteriza”. 

El NCCAM definió la ciencia fronteriza como el conjunto 

de prácticas médicas alternativas “para las cuales no existe 

una explicación biomédica satisfactoria”, entre las que se 

encontraban la terapia magnética, la curación energética, 

la homeopatía y la curación espiritual (citado en Atwood). 

A  finales  de  los  90,  el  NCCAM  financió  un  centro  de 

investigación en la Universidad de Arizona, el Centro 

para la Medicina Fronteriza en la Ciencia del Biocampo. 

Un documento de la Oficina para la Medicina Alternativa 

definió un “biocampo” como un campo energético que no 

tiene masa y que “a) no es electromagnético necesariamente, 

b) rodea e impregna a los seres vivos, c) afecta al cuerpo y 

d) está relacionado posiblemente con el chi” (1997, citado 

en Atwood). Parece que esta investigación era un intento 

explícito,  y  exageradamente  acientífico,  de  descubrir 

alguna clase de confirmación de la acupuntura tradicional.

Eugenie  V.  Mielczarek,  un  científico  especializado  en 

física biológica, examinó la ciencia de los biocampos en 

un documento publicado por el Center for Inquiry. Muchos 

practicantes de la medicina alternativa y complementaria 

señalan que el “biocampo” curativo puede tener su 

origen en el campo magnético del cuerpo. Sin embargo, 

como Mielczarek señala, una fuerza de 2 miligauss (o 

menos del 1% de la fuerza del campo magnético de la 

tierra) es demasiado débil como para tener algún efecto 

fisiológico.  El  postulado  que  apoya  la  existencia  de  un 

campo energético biomagnético para la curación médica 

(como en la imposición de manos, el reiki  y el qiqong

no  supera  ninguna  prueba  científica.  La  presencia  de  

campo energético biomagnético inmaterial que no puede 

ser  medido  científicamente  pero  que  sin  embargo  es  lo 

suficientemente potente como para curar desafía toda lógica 

(Foto: www.flickr.com/photos/istolethetv/)

background image

el esc

é

ptico

60

primavera-verano 2013

científica y las mismísimas leyes de la física. La definición 

de “biocampo” es prácticamente una pura conjetura, al 

igual que la suposición de que este campo indetectable, 

aunque posiblemente electromagnético, corresponda al chi

También invierte el orden de la investigación científica, que 

normalmente formula las hipótesis a partir de fenómenos 

observados, y no al contrario.

Para los partidarios de la acupuntura, la creación 

del NCCAM debió ser la tan esperada validación. El 

NCCAM, con su prestigio y los recursos con los que 

cuenta, contribuye en gran medida a la legitimación de la 

acupuntura. El NCCAM, sin tener en cuenta el resultado 

de los estudios que financia, avala para el gobierno federal 

toda una serie de tratamientos que van de lo admisible (los 

remedios de hierbas) a lo absurdo (la curación a distancia). 

Además de la investigación, el NCCAM ha de llevar a cabo 

otros tres cometidos:

— Difundir los resultados de sus estudios;

— Formar investigadores; y

— “Apoyar la integración de los resultados de eficacia 

probada”.

A su favor podemos decir que no ocultan los resultados, 

aunque sean muy poco atractivos, en torno a la demostración 

científica  de  la  acupuntura.  Las  publicaciones  científicas 

sobre acupuntura están disponibles en su página web a través 

de un accesible sumario. El uso de la acupuntura contra 

el dolor se considera el ámbito más prometedor para la 

misma. Sus conclusiones al respecto, sin embargo, resultan 

abrumadoramente sinceras, aunque desconcertantes: “Un 

tema nuevo en la investigación sobre la acupuntura es el 

papel del efecto placebo. Por ejemplo, en 2009, una revisión 

sistemática de los estudios sobre los elementos paliativos 

contra el dolor, en la que se comparaban la acupuntura, el 

placebo (es decir, una acupuntura simulada) y la ausencia de 

tratamiento no fue concluyente. Los revisores encontraron 

una pequeña diferencia entre los efectos de la acupuntura 

y los del placebo, y una diferencia moderada entre los del 

placebo y la ausencia de tratamiento. Los efectos de la 

acupuntura placebo variaba considerablemente y el efecto 

de la acupuntura no se vio afectado por el tipo concreto de 

placebo utilizado’’ (NCCAM, “Get the Facts: Information 

for Consumers”). 

Para otras afecciones, las evaluaciones del NCCAM 

resultan  menos  fiables.  El  tratamiento  con  acupuntura 

de la osteoartritis de la rodilla no ha sido validado por 

la investigación actual. Sin embargo, la página web del 

NCCAM hace referencia a un estudio con resultados 

positivos que no resiste un análisis sistemático.

A medida que hay más pruebas en contra del valor médico 

de la acupuntura, el NCCAM busca otras formas de apoyar 

esta técnica. Por ejemplo, formar a una nueva generación de 

investigadores en medicina alternativa y complementaria. 

Esto solamente puede servir para perpetuar la existencia 

de una burocracia independiente para las CAM. Esta 

formación especializada promueve la creación de un tipo 

de investigador cuya carrera profesional está estrechamente 

ligada a la medicina alternativa. La formación de esta nueva 

generación fomenta los incentivos para la ampliación del 

entramado burocrático en torno a la medicina alternativa y 

complementaria. Con sus carreras profesionales en riesgo, 

el principal interés de estos investigadores es el de continuar 

el debate sobre la CAM, creando nuevas sutilezas incluso 

donde los datos resultan concluyentes. Como en toda 

burocracia, el NCCAM ha creado un marco institucional 

que a la vez los alimenta y se nutre de ellos. Para algunos 

investigadores, el NCCAM se ha convertido en una fuente 

segura de subvenciones. Como consecuencia tenemos “la 

creación de un grupo de académicos que dependen de la 

financiación  del  NCCAM  o  que  defienden  la  institución 

sin importarles la investigación científica que lleva a cabo” 

(Atwood).

Al mismo tiempo, el NCCAM no solo tiene que seguir 

investigando, sino que también debe integrar en los 

sistemas  sanitarios  las  técnicas  cuya  fiabilidad  ha  sido 

“demostrada”. El NCCAM sigue apoyando a los centros 

de medicina integral que ofrecen acupuntura, a pesar de ser 

un tratamiento cuya efectividad nunca ha sido demostrada. 

Como otros hospitales a lo largo y ancho del país, el 

centro médico de la Universidad de Michigan ha recibido 

financiación del NCCAM para iniciar un centro de medicina 

integral. Con el objetivo de “tratar todos los aspectos 

de la persona (cuerpo, mente, espíritu y sentimientos)”, 

el Centro de Medicina Integral de la Universidad de 

Michigan ofrece una gran variedad de “terapias, tales 

como la nutrición holística, las técnicas de relajación, la 

acupuntura, los masajes, las hierbas y los suplementos, las 

cuales se combinan con la ciencia médica y la tecnología 

de la más alta calidad, lo que constituye la idiosincrasia 

de la Universidad de Michigan” (http://www.med.umich.

edu/umim/). Es fácil adivinar por qué los administradores 

de los hospitales se sienten atraídos por la idea de crear 

un centro de medicina integral. Además de ser una fuente 

de ingresos para la construcción de nuevas instalaciones, 

ofrecer tratamientos de acupuntura es una manera de 

diferenciarse del resto de hospitales. Aunque su eficacia no 

esté  demostrada  científicamente,  la  medicina  holística  es 

una buena técnica de marketing que puede conseguir que 

las visitas al hospital suenen a algo así entre la experiencia 

mística y la sesión de spa.

En un ensayo a favor de la medicina integral, Mann, 

un partidario de las CAM, señala que a la hora de incluir 

tratamientos como la acupuntura, los proveedores no se fijan 

en las pruebas científicas: “Las aseguradoras médicas y las 

El NCCAM varios estudios 

sobre la imposición de 

manos y la sanación a 

distancia que carecían por 

completo de fundamento

background image

el esc

é

ptico

61

primavera-verano 2013

administradoras de servicios de salud que han empezado 

a cubrir los tratamientos con las CAM aseguran que su 

principal motivación es la demanda del mercado. Terapias 

como la orientación nutricional, la biorretroalimentación

la acupuntura, la medicina preventiva y la quiropráctica 

cada vez las cubren más seguros sanitarios” (Mann et al., 

157).

La Fundación Henry J. Kaiser realizó un estudio en 

el que halló que hoy día el 47% de los planes sanitarios 

cubren el tratamiento con acupuntura y que la principal 

razón es la demanda del consumidor (http://www.kff.org/). 

No debería sorprendernos que los pacientes quieran tener 

acceso a todos los tratamientos que puedan resultarles 

útiles. Desde el punto de vista de una persona que sufre 

una enfermedad crónica, no es irracional la decisión de 

probar un tratamiento que mucha gente dice que funciona 

y que probablemente no hace ningún daño. Los mensajes 

que el típico paciente potencial recibe de los medios de 

comunicación son con suerte ambiguos y, si nos ponemos 

en lo peor, pueden llegar a ser sensacionalistas. Sin 

embargo, el interés de los consumidores en la medicina 

alternativa tiene un efecto retroactivo que distorsiona todo 

el panorama sanitario. Los consumidores piden más acceso 

a tratamientos alternativos, por lo que los proveedores 

promueven las CAM como algo deseable, lo que a su vez 

refuerza el deseo de los consumidores. Aunque no hacen 

nada para mejorar la salud, tratamientos como la acupuntura 

son la respuesta a los deseos tanto de los consumidores 

como de los proveedores: una medicina que trasciende la 

tecnología médica.

Los tratamientos como la acupuntura no son más que el 

sueño de una medicina sin lagunas: un sistema integral en 

el que lo que no puede resolverse con ciencia se consigue 

con intuición. Los estudios sugieren que las personas más 

propensas a probar la acupuntura son los pacientes que 

sufren enfermedades crónicas y difíciles de tratar: “El 

porcentaje del uso de las CAM en pacientes infantiles que 

sufren afecciones crónicas tales como el cáncer, la artritis 

reumática  y  la  fibrosis  quística  va  del  30%  al  70%.  En 

muchas de estas dolencias, el dolor crónico es una de las 

razones por las que se recurre a las CAM” (Tsao y Zeltzer, 

149).

En una exhaustiva encuesta publicada por los Centros 

para el Control de Enfermedades (CDC, en sus siglas 

en inglés) sobre el uso de la medicina alternativa en los 

Estados Unidos, las dos razones principales para el uso 

de la acupuntura fueron las siguientes: el 44,2% probó 

la acupuntura debido a la incapacidad de la medicina 

convencional para tratar su afección, y el 56,2% creía que 

si usaban la acupuntura junto con la medicina convencional 

el tratamiento sería más efectivo (Barnes, Bloom y Nathin, 

13). Estos datos sugieren que la gente utiliza tratamientos 

como la acupuntura debido a la desesperación que 

producen los límites de la medicina convencional. “La 

razón más frecuente que se argumenta para el uso de las 

CAM es la insatisfacción con la incapacidad de la medicina 

convencional para tratar adecuadamente las enfermedades 

crónicas” (Astin, et al., 2303). Sin embargo, el interés por 

la medicina alternativa no quiere decir que la gente haya 

perdido su fe en la medicina convencional, ya que solo 

el 4,4% de los estadounidenses confía exclusivamente 

en tratamientos de medicina alternativa (ibíd.). Nos 

encontramos con un patrón recurrente en el que pacientes 

con enfermedades crónicas o afecciones muy difíciles 

de tratar recurren a tratamientos como la acupuntura 

precisamente porque son una “alternativa”. Cuando un 

paciente sigue desesperado después de haber agotado 

todas las posibilidades de la medicina convencional, la 

existencia de un tipo de medicina completamente diferente 

es evidentemente muy atractiva.

Aunque los pacientes, especialmente aquéllos con 

afecciones crónicas o difíciles de tratar, quieran tener 

acceso a todo tipo de tratamientos posibles, la demanda del 

consumidor no debe convertirse en el principal factor de 

cambio de nuestro sistema sanitario. Las consideraciones 

sobre  la  eficacia,  la  ética  y  el  coste  de  los  tratamientos 

exigen que las políticas sanitarias se basen solamente en 

una  evaluación  seria  de  pruebas  científicas.  El  NCCAM 

es responsable de fomentar el crecimiento de un aparato 

institucional cada vez más grande, un aparato que crea 

falsas ilusiones y falsas esperanzas, y que esquilma los 

recursos económicos y el talento que podrían utilizarse en 

mejorar la medicina científica.

Conclusiones

Tenemos suerte de estar viviendo una genuina revolución 

sanitaria, aunque ésta no tenga nada que ver con la medicina 

de tintes espirituales. Esta modesta revolución tiene un gran 

alcance y se la conoce como Medicina Basada en Pruebas

7

 

(EBM, en sus siglas en inglés). La Medicina Basada en 

Pruebas es la tendencia hacia una atención sanitaria que 

intenta aunar, en el mayor grado posible, la práctica clínica 

con los datos empíricos. Las facultades de Medicina 

partidarias de la EBM forman a médicos preparados 

para incorporar las investigaciones más punteras a su 

aplicación de la medicina. Se intenta minimizar al máximo 

la antigua confianza en las “impresiones clínicas”, cuando 

el médico prescribía los tratamientos basándose en sus 

recuerdos de lo que había funcionado en el pasado. Los 

médicos entrenados en la EBM son imparciales al elegir 

lo que mejor funciona, ya que no están comprometidos 

ideológicamente con ninguna terapia en particular. Esta 

revolución, aunque ha sido completamente ignorada por 

Para algunos investigadores, 

el NCCAM se ha convertido 

en una fuente segura de 

subvenciones

background image

el esc

é

ptico

62

primavera-verano 2013

los medios de comunicación, representa la culminación 

histórica  de  la  medicina  científica.  Esta  revolución 

representa  la  vanguardia  científica  en  la  formación  y  la 

práctica médicas, la cual nos guía hacia un futuro en el que 

los médicos tratarán a los pacientes basándose en hechos 

demostrables y no en aquello que esperan que funcione.

Gracias a todos los análisis realizados con la medicina 

científica, los médicos modernos pueden adentrarse en el 

cuerpo humano de manera tan fascinante como cualquier 

sistema de curación espiritual. (A menudo nos referimos 

a un novedoso tratamiento médico como “prodigioso” o 

“milagroso”, prueba del asombroso avance de la medicina). 

Si hubiéramos tenido la capacidad de medir los procesos 

biológicos con precisión, no hubiéramos inventado 

sistemas de curación especulativos como la acupuntura, 

ya que habrían sido totalmente innecesarios. ¿Se hubiera 

inventado la acupuntura de haber existido los hemogramas, 

las resonancias magnéticas y las pruebas funcionales 

respiratorias? Fue la inhabilidad humana para comprender 

y describir con exactitud el funcionamiento del cuerpo 

humano antes de la Edad Moderna lo que nos llevó a crear 

teorías médicas sobrenaturales. El futuro de la medicina 

no se encuentra en aquellos sistemas que inventamos por 

necesidad cuando no teníamos conocimientos científicos. 

Su futuro está en desarrollar métodos cada vez más precisos 

que nos permitan medir, analizar y corregir patologías.

Gracias a nuestros progresos en la comprensión de 

las causas biológicas de las enfermedades y de los 

tratamientos, hemos mejorado de manera sorprendente 

nuestra salud y nuestra longevidad. Por otra parte, el auge 

de las especulaciones precientíficas sobre las enfermedades 

supone una vuelta atrás a un oscuro pasado. Esto parece 

indicar que al menos una parte de la comunidad médica ha 

olvidado que el espectacular éxito de la medicina moderna 

se  debe  al  respeto  por  las  pruebas  científicas.  Solemos 

caer en el error de pensar que la medicina convencional 

es un conjunto de tecnologías, cuando lo que realmente 

caracteriza a la medicina convencional, a la medicina 

científica,  es  un  conjunto  de  preceptos.  El  principal 

precepto  de  la  medicina  moderna  es  aquel  que  defiende 

que las prácticas clínicas han de ser juzgadas con criterios 

consistentes, evaluables, imparciales y replicables. La 

medicina convencional no es perfecta, pero ha prolongado 

la vida de miles de millones de personas durante su rápido 

desarrollo. La mejor manera de superar las limitaciones 

de la medicina actual es no volver a remedios caseros del 

pasado como la acupuntura. Las lagunas en el conocimiento 

médico a las que tanto tememos no se deben rellenar con 

campos energéticos, meridianos y astrología, sino con unos 

conocimientos sometidos a un canon único, aquellos que 

llamamos  científicos.  Alcanzaremos  la  solución  gracias 

a una persecución prudente pero resuelta de la verdad 

científica, incluso si para ello hemos de dejar atrás algunas 

de nuestras falacias más románticas.

Notas

1.-Nota de la Traductora:

 El Center for Inquiry es una organización 

no gubernamental creada en EE. UU. cuya misión es promover la 

creación de una sociedad secular basada en la ciencia, la razón, la 

libertad de investigación y el humanismo. El texto pasó por un Co-

mité de Revisión formado por Derek C. Araujo; Ronald A. Lindsay; 

Eugenie Mielczarek y Toni Van Pelt, en junio de 2010. Publicado 

por el Center for Inquiry, Inc, Washington DC, 2010. La traductora 

del texto es Amaranta Heredia Jaén, y el texto se publica con todos 

los derechos y permisos.

2.-Nota de Redacción:

 La Colaboración Cochrane es una organiza-

ción internacional, independiente y sin ánimo de lucro, establecida 

en el Reino Unido. Su principal objetivo es asegurar que exista 

información sobre los efectos de las intervenciones sanitarias rea-

lizada de forma rigurosa y periódicamente actualizada, y que ésta 

se encuentre fácilmente disponible para todo el mundo. Para ello 

produce y divulga revisiones sistemáticas de intervenciones sani-

tarias y promueve la búsqueda de evidencias en forma de ensa-

yos clínicos y otros estudios confiables que estudian los efectos 

de las intervenciones [extraído de su web el 1 de junio de 2011]. 

Las revisiones se publican periódicamente de manera electrónica 

a través de The Cochrane Library

 –en inglés, http://www.theco-

chranelibrary.com- y en español en La Biblioteca Cochrane Plus

 

-

 http://www.bibliotecacochrane.com- o desde el Centro Cochrane 

Iberoamericano

 - http://www.cochrane.es -.

3.-El resumen de la historia de la acupuntura está tomado de Ben 

Kavoussi en The untold story of acupuncture. Ver: http://beta.medi-

cinescomplete.com/journals/fact/current/faat.htm.

4.-Nota de la Traductora:

 El Medicare es un sistema de seguridad 

social de EE.UU. que provee asistencia médica a las personas ma-

yores de 65 años.

5.- Aunque en general la acupuntura se considera segura (al me-

nos cuando los acupuntores usan agujas esterilizadas), según Woo 

et al. se han detectado más de 50 casos de infección bacteriana. 

Existen pruebas epidemiológicas que sugieren que la acupuntura 

puede ser una vía de transmisión del VIH y de la hepatitis C.

6

 Nota de la Traductora: Se refiere al Cancer Advisory Panel on 

Complementary and Alternative Medicine.

7.-Nota de la Traductora:

 He elegido esta denominación frente a 

la de uso más extendido “Medicina (o ciencia) Basada en la Evi-

dencia” basándome en las recomendaciones de la Real Academia 

Española.

Bibliografía

— Angell, Marcia; Kassirer, Jerome P.

 “Alternative Medicine - 

The Risks of Untested and Unregulated Remedies.” New England 

Journal of Medicine. 1998, 339(12): 839-841.

— Astin John A; Marie, Ariane; Pelletier, Kenneth R; Hansen, 

Erik; and Haskell, William. 

A review of the incorporation 

of complementary and alternative medicine by mainstream 

physicians.” Archives of Internal Medicine. 1998, 158: 2303-2310.

— Atwood, Kimberly. “The Ongoing Problem with the National 

Center for Complementary and Alternative Medicine.” Skeptical 

Las aseguradoras médicas 

y las administradoras de 

servicios de salud que 

han empezado a cubrir los 

tratamientos con las CAM 

aseguran que su principal 

motivación es la demanda 

del mercado

background image

el esc

é

ptico

63

primavera-verano 2013

Inquirer. 2003, 27(5). Accessed on February 5, 2010 from http://

www.csicop.org/si/show/ongoing_problem_with_the_national_

center.

— Barnes PM, Bloom B, Nahin RL. “Complementary and 

alternative medicine use among adults and children: United States, 

2007.”  National Elath statistics reports; no 12. Hyattsville, MD: 

National Center for Health Statistics. 2008.

— Brinkaus, B; Witt, CM; Linde, Jena S; Linde K; Streng, A; 

Wagenpfeil, S; Irnich D; Walther, HU; Melchart, D: Willich, SN.

 

Acupuncture in patients with chronic low back pain: a randomized 

controlled trial.” Archives of Internal Medicine

 2006, 166(4): 450-

457.

— Brown, David 2009. “Critics Object to ‘Pseudoscience’ Center.” 

Washington Post, March 17. 

Camerow, Avery. “Top Hospitals Embrace Alternative Medicine.” 

U.S. News and World Report, January 9, 2008.

— Cherkin, DC; Sherman, KJ; Avins, Al; Erro, JH;

  Ichikawa, 

L; Barlow, WE; Delaney, K; Hawkes, R; Hamilton, L; Pressman, 

A; Khalsa, PS; and Devo, A.

 “A randomized trial comparing 

acupuncture, simulated acupuncture, and usual care for chronic 

low back pain.” Archives of Internal Medicine

 2009, 169(9): 858-66.

— Derry, C.J.; Derry, S.; McQuay, H.J.; Moore, R.A. “Systematic 

review of systematic reviews of acupuncture published 1996-2005.” 

Clinical Medicine, Journal of the Royal College of Physicians 2006, 

6(4): 381-386.

— Eisenberg, David M.; Davis, Roger B.; Ettner, Susan L.; 

Appel, Scott; Wilkey, Sonja; Van Rompay, Maria; Kessler, Ronald 

C. “Trends in Alternative Medicine Use in the United States, 1990-

1997: Results of a Follow-up National Survey.” Journal of American 

Medicine

 1998, 280: 1569-1575.

— Ernst, Edzard. 2008. “The recent history of acupuncture.” The 

American Journal of Medicine

 121: 1027-8.

— Ernst, Edzard. 2008. “Acupuncture—a critical analysis.” 

Journal of Internal Medicine

 2006, 259 125-137.

— Ernst, Edzard and Singh, Simon. Trick or Treatment: The 

Undeniable Facts about Alternative Medicine, 41-88. New York and 

London: W.W. Norton & Company, 2008.

— Haake, M; Müller, HH; Schade-Brittinger, C;

  Basler, HD; 

Schäfer, H; Maier, C; Endres, HG; Tampisch, HJ; Molsberger, A 

“German Acupuncture Trials (GERAC) for chronic low back pain: 

randomized, multicenter, blinded, parallel-group trial with 3 groups.” 

Archives of Internal Medicine

 2007, 167(17): 1892-8.

— Hinchey, John. June 8, 2009. 

Helping your constituents 

suffering from chronic pain: Cosponsor the Federal Acupuncture 

Coverage Act of 2009

,  H.R.  646.  Retrieved  February  21,  2010 

from 

http://www.aaaomonline.info/hinchey_acupuncture_dear_

colleague.pdf.

— Henry J. Kaiser Family Foundation. “Exhibit 8.2: Percentage 

of  Covered  Workers  With  Selected  Benefits,  by  Firm  Size, 

2004.”  Accessed  on  February  5,  2010  from  http://www.kff.org/

insurance/7148/sections/ehbs04-8-2.cfm.

—  HR  646  fact  sheet.  http://www.aaaomonline.info/hinchey_

hr_646_fact_sheet.pdf.

— Kaptchuck, Ted. “Acupuncture: theory, efficacy, and practice.” 

Academia and Clinic

 136 (2002): 374-386.

— Kavoussi, Ben. “Astrology with needles.” Science-Based 

Medicine blog, Accessed on February 20, 2010 from http://www.

sciencebasedmedicine.org/?p=583.

— Kavoussi, Ben. “The untold story of acupuncture.” Focus on 

Alternative and Complementary Therapies,2009, 14. Retrieved 

on February 21, 2010 from http://beta.medicinescomplete.com/

journals/fact/current/fact1404a05t02.htm.

— Lasagna, Louis. Review of The Powerful Placebo: From 

Ancient Priest to Modern Physician, by Shapiro, Arthur and 

Shapiro, Elaine. The New England Journal of Medicine

 1998, 338 

(17): 1236-7.

— Manheimer, Eric; Lim, Byungmook; Lao, Lixing; Berman, 

Brian. “Acupuncture for knee osteoarthritis—a randomized trial 

using a novel sham.” Acupuncture Medicine

 2006,24:7-14.

— Mann, Douglas; Gaylord, Susan; Norton, Sally. “Moving 

Toward Integrative care: Rationales, Models, and steps for 

conventional-care Providers.” Complementary Health Practice 

Review. 2004, 9(3): 155-172.

— Marcus, Donald and McCullough, Laurence. “An evaluation of 

the evidence in ’evidence-based‘ integrative medicine programs.” 

Academic Medicine

 2009, 84(9): 1229-34.

— Mielczarek, Eugenie. “A fracture in our health care: paying 

for nonevidence based medicine.” The Center for Inquiry Web site

Accessed on February 5, 2010 from http://www.centerforinquiry.net/

uploads/attachments/A_Fracture_in_our_Health_Care_Paying_

for_Non-Evidence_Based_Medicine.pdf.

— National Center for Alternative and Complementary Medicine 

(NCCAM) Web Site. “Acupuncture for pain.” Accessed on March 

5,  2010  from  http://nccam.nih.gov/news/newsletter/2009_may/

acupuncture.htm

— National Center for Alternative and Complementary Medicine 

(NCCAM) Web Site. “NCCAM Funding: Appropriations History.” 

Accessed on February 15, 2010 from http://nccam.nih.gov/about/

budget/appropriations.htm

— National Center for Alternative and Complementary Medicine 

(NCCAM) Web Site. “What is alternative and complementary 

medicine?” Accessed on February 15, 2010 from http://nccam.nih.

gov/health/whatiscam/

— National Institutes of Health Website, Acupuncture 

consensus  statement  online  1997  http://consensus.nih.

gov/1997/1997Acupuncture107html.htm.

— People’s Daily newspaper. “Chinese Life Expectancy 

Rises by 41 Years in One Century.” Accessed on February 21, 

2010 from http://english.people.com.cn/english/200010/20/

eng20001020_53183.html

— Sampson, Wallace. A Critique of NIH Concensus Conference 

on Acupuncture.  Accessed  on  March  30,  2010  from  http://www.

acuwatch.org/general/nihcritique.shtml.

— Steven Novella. “Acupuncture does not work for back pain.” 

Science-Based Medicine blog, Accessed on February 20, 2010 

from http://www.sciencebasedmedicine.org/?p=492.

— Tsao, JC; Zeltzer, LK. “Complementary and Alternative 

Medicine Approaches for Pediatric Pain: A Review of the State-

of-the-science.”  Evidence-based Complementary and Alternative 

Medicine

 2005, 2(2): 149-159.

— University of Michigan Integrative Medicine. Home page. 

Accessed on February 15, 2010 from http://www.med.umich.edu/

umim/

— Unschuld, Paul. 

The Reception of Oriental Medicine in the 

West—Changing World View and Epistemological Adaptation

Japanese Journal of Oriental Medicine 1995, 45(4): 745-754.

—  White, Adrian.  “Western  medical  acupuncture:  a  definition.” 

Acupuncture in Medicine

 2009, 27:33-35.

— Woo, Patrick CY; Lin, Ada WC; Lau, Susanna KP; and Yuen, 

Kwok-Yung. “Acupuncture transmitted infections.” British Medical 

Journal

 2010, 340: c1258.

Los estudios sugieren que 

las personas más propensas 

a probar la acupuntura son 

los pacientes que sufren 

enfermedades crónicas y 

difíciles de tratar