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primer contacto en la medida que deseamos y buscamos. En segundo lugar, la presencia de ARP en los medios de comunicación se ha ido incrementando y afianzando, y los periodistas y profesionales de la información [y del entretenimiento, principal fuente de formación de millones de ciudadanos pasivos] empiezan a considerar la opinión de los escépticos como el contrapunto idóneo a las afirmaciones de los defensores de lo paranormal a la hora de confeccionar reportajes u organizar debates. Y, en tercer lugar, pero no último en importancia, sino todo lo contrario, el feliz y exitoso lanzamiento de EL ESCÉPTICO, lógico y necesario paso adelante de la modesta, voluntarista, aunque enormemente eficaz y valiosa, La Alternativa Racional, el primer órgano de comunicación de ARP. Cierto que, aunque seamos optimistas, la tarea de ARP y de EL ESCÉPTICO no es corta ni sencilla: denunciar los engaños, estafas y desmanes de la industria del esoterismo y lo paranormal, que mueve varios cientos de miles de millones de pesetas; acallar los cantos de sirena de la Nueva Era, que ha puesto de moda viejas irracionalidades y supersticiones revistiéndolas de ropajes del nuevo milenio; y combatir la epidemia de relativismo cutre y ramplón que infecta a la opinión pública y que, en nombre de la ecología de los saberes y la democracia de los conocimientos, del todo vale, exalta a los mercachifles de lo alternativo -desde la medicina y la salud a los conocimientos básicos de la naturaleza y del ser humano- y desprecia como antigualla al racionalismo ilustrado y al escepticismo científico. Consciente de que igual desafío tienen que encarar las organizaciones de escépticos de Iberoamérica, Gámez ofreció EL ESCÉPTICO como posible medio de comunicación común para la promoción del pensamiento crítico y la denuncia de las pseudociencias y demás patrañas paranormales, idea que ha fraguado recientemente en unos primeros y prometedores contactos. La postura de ARP y de los que hacemos EL ESCÉPTICO es clara: frente al irracionalismo y el oscurantismo anticientífico que se difunden en castellano a uno y otro lado del Atlántico, disponer de un medio de opinión y comunicación racionalista, promotor del escepticismo científico, hecho en común entre hispanos europeos y americanos, y con vocación de alcanzar difusión pública y de influir de forma significativa en nuestras respectivas sociedades. Junto con nuestro representante, compartió el estrado de ponentes Sergey Kapitza, cabeza visible del movimiento escéptico ruso y ejemplo vivo de una cultura que hunde sus raíces en la Ilustración y ha sobrevivido con dignidad y lucidez la agitada y confusa historia moderna de ese gran pueblo. Su conferencia fue amena, brillante y esclarecedora de la oscura situación rusa, con un gran auge de lo paranormal y contagio masivo de las patochadas de la Nueva Era. Mike Hutchinson presentó una serie de estadísticas sobre la credulidad británica; y el australiano Harry Edwards nos confirmó lo que sabíamos: que lo paranormal es un fenómeno pedestre de la aldea global. Completaron la sesión con valiosas aportaciones Kendrick Frazier, director de The Skeptical Inquirer, que disertó sobre el informe Sturrock, y Matt Nisbet, quien nos informó del funcionamiento de Consejo para la Integridad de los Medios e invitó a las organizaciones escépticas nacionales a establecer en su seno comités o grupos de vigilancia de la actitud de los medio hacia lo paranormal y la pseudociencia. F.P. de las llamadas medicinas alternativas y complementarias -la homeopatía, la aromaterapia, la fitoterapia, la naturopatía y otras-, así como de prácticas como la acupuntura, el toque terapéutico y las curas milagrosas. Los estudios científicos que se lleven a cabo para la evaluación de la eficacia de estas medicinas alternativas se darán a conocer The Scientific Review of Alternative Medicine, revista semestral recién nacida que cuenta con arbitraje por comité de lectura. Los editores afirman que el objetivo de la publicación, única en su género, es aplicar las mejores herramientas de la ciencia y la Nueva revista dedicada al análisis científico de las medicinas alternativas Cinco premios Nobel de ciencias encabezan el Consejo para la Medicina Científica, creado por iniciativa de Paul Kurtz y otros destacados integrantes del CSICOP para apoyar el estudio científico razón para determinar la validez de las hipótesis y la eficacia de los tratamientos. No se rechazará a priori ninguna alegación, sino que se la considerará según sus méritos. No se rechazará afirmación alguna por ajustarse o no a algún paradigma. Se buscarán, usando el método científico y criterios razonables, respuestas justificadas a estas dos preguntas: «¿Es cierto lo que dicen?» y «¿Funciona realmente este tratamiento?» Se exigirán ensayos controlados de doble ciego para las terapias alternativas. Los interesados pueden solicitar más información sobre The Scientific Review of Alternative Medicine a: SRAM, Prometheus Books, 59 John Glenn Dr., Amherst, NY 14228-2197, EE UU, o mediante correo electrónico dirigido a pbooks6205@aol.com. F.P. el escéptico (Otoño 1998) 9