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el circo paranormal Orson Welles? ¿Sobreviviremos a la avalancha de iluminados que restan por aparecer de aquí al final del 2000? VÍCTOR R. RUIZ Manuel Fraga. Peregrinos y curanderos oficiales No conforme con el espectáculo ofrecido el 25 de julio de 1998, cuando otorgó la medalla Castelao -la principal condecoración honorífica de Galicia- al curandero que atiende al presidente Manuel Fraga, la Xunta de Galicia dio el 20 enero un paso más y no sólo organizó una peregrinación oficial de la Administración autonómica a la presunta tumba del apóstol Santiago, sino que hizo un llamamiento a los funcionarios para que abandonasen sus puestos de trabajo en plena jornada laboral, a fin de acompañar en tan insólita y extemporánea manifestación al Gobierno gallego, con su presidente a la cabeza, en religiosa y jerárquicamente ordenada procesión por las calles de Santiago de Compostela hasta la catedral. Las centrales sindicales denunciaron que, además de no decretarse servicios mínimos, en claro contraste con la actitud del Gobierno frente a las jornadas de huelga, se habían producido presiones por parte de altos cargos políticos de la Xunta de Galicia para que los trabajadores se sumasen a la manifestación jacobea. De todas formas, y a pesar de los esfuerzos oficiales, el espíritu crítico y la concepción laica de la Administración parecen tener más hondas raíces entre los funcionarios que entre los responsables políticos de Galicia, pues felizmente apenas llegaron a trescientos los trabajadores que respondieron al pío llamamiento de Fraga, del que habían sido objeto cerca de 2.200 funcionarios. En su momento, la concesión de la medalla Castelao al curandero José Luis Torrado motivó la protesta institucional de ARPSociedad para el Avance del Pensamiento Crítico. La organización escéptica española dirigió una carta a Manuel Fraga, que fue secundada por un considerable número de profesionales de muy diversas disciplinas, entre los que destacan, por su especial vinculación con el asunto, los profesores de la Escuela de Fisioterapia de la Universidad de A Coruña. En la misiva enviada al presidente del Ejecutivo gallego, se remarcaba que dicha concesión a una persona que se hace pasar por fisioterapeuta sin serlo -aunque con tal título aparezca, lamentablemente, en la información oficial de la Xunta de Galicia- supone una afrenta para todos los profesionales que día a día realizan su labor, sin alharacas, en los centros sanitarios de Galicia, por más que sea un personaje conocido como resultado de su incesante actividad de autobombo y presuma de unos resultados de los que se ha negado sistemáticamente a ofrecer prueba alguna, y que consisten, según el curandero, en la curación de todas y cada una de las personas que han pasado por su centro de brujería, entre las cuales afirma que se incluye el propio presidente de la Xunta de Galicia. ARP, como sociedad, y todos los firmantes de la carta a Fraga señalaban que la consecuencia principal de la concesión de esa medalla es la potenciación de la imagen mágica y tercermundista que de Galicia se tenía hace un siglo, nada acorde con la que la propia Xunta quiere ofrecer. Cabe preguntarse si, visto lo visto en Santiago, los firmantes han cambiado de parecer sobre los objetivos de la Xunta. JOSÉ MARÍA BELLO ¿Un virus informático alienígena? Quizá para que se note el cambio en la dirección de Más Allá, por cuya puerta de atrás ha salido José Antonio Campoy en beneficio de Javier Sierra, la revista decidió en enero dar un salto cualitativo en su tarea: contaminar el mundo con todo tipo de basura paranormal. Si hasta ahora Más Allá había centrado sus esfuerzos en el lavado de la mente de sus lectores, desde enero corren también peligro de lavado de cerebro los ordenadores personales de numerosos aficionados al mundo del misterio. Y es que la revista regala una enciclopedia ufológica en cederrón, que, al margen de los contenidos, en su primera entrega incluyó lo que los responsables de Más Allá llaman intruso, en román paladino, un virus. Sorprendentemente, el invitado no fue detectado por ninguno de los investigadores que dan cada dos por tres con exclusivas mundiales sobre conspiraciones gubernamentales, alienígenas, misterios arqueológicos, etcétera. No. Tuvieron que ser los lectores los que informaron a la dirección de la revista de la presencia del virus. Y, claro, ésta publicó en febrero un nota al respecto en la que informa de que el intruso no es técnicamente un virus muy nocivo. ¿Quiénes lo dicen? Los técnicos que han elaborado el programa, lo que en principio no es precisamente una garantía, visto cómo hacen su trabajo. ¿Qué quiere decir que no es muy nocivo? Que, bajo determinadas circunstancias, los resultados de la activación del virus -posibilidad remota, pero existente- se resu- el escéptico (Invierno 1998-99) 35