El Escéptico Digital - Edición 2013 - Número 263
(Noticia extraída del Diario de Avisos).
El 14 de febrero de 1989 Salman Rushdie recibió una llamada de una periodista de la BBC que le anunció que había sido ‘condenado a muerte’ por el ayatolá Jomeini. ¿Su delito? Haber escrito una novela titulada ‘Los versos satánicos’. Doce años después, el autor rememora en el libro ‘Joseph Anton’ (Mondadori), cómo vivió en clandestinidad, y cómo afectó a su vida personal esta persecución.
“No tiene sentido que las religiones exijan que no se las critique. Estos días cuando oigo a la gente decir que hay que respetar las religiones, lo que quieren decir es que tenemos miedo a la violencia, porque ese respeto, lo que realmente esconde es el miedo a la violencia”, explica Rushdie en una entrevista con Europa Press.
“Estoy cansado de que las religiones exijan un trato especial. No hay ninguna razón por las que se les deba dar un trato especial. Tenemos que poder hablar de las cosas en serio, pero también con sátira”, alega en referencia a las caricaturas publicadas en las que se ridiculiza al profeta Mahoma y a otras persecuciones contra escritores.
A este respecto, señala que las acusaciones de blasfemias y herejía que recayeron sobre él parecían más pertenecer a la “inquisición española” que al siglo XX, y subraya que este comportamiento era solo el inicio de un tipo de “política extremista” por parte del mundo musulmán y subraya cómo esa violencia se ha ido propagando por el mundo y cita el caso del periodista asesinado en Turquía o de otros escritores perseguidos.
“Las acusaciones son las mismas que yo recibí. Estos ataques se han ido expandiendo y propagando, porque los atentados del 11 de septiembre fueron sólo el eslabón de una cadena. Y las manifestaciones de estos días forman parte de ese mismo espíritu intransigente e intolerante”, ha explicado Salman Rushdie durante su presentación del libro en Madrid.
En esta misma línea afirma que el vídeo colgado en Youtube sobre Mahoma es “malísimo” y “no hace falta hacer quemas”. “En Youtube hay tantas cosas, que cualquiera de nosotros puede sentirse ofendido. Pero el vídeo es ridículo y me parece erróneo responder así ante un vídeo como ese, pero esta reacción forma parte de una paranoia mucho más grande. En el mundo musulmán se extiende la creencia de que hay una conspiración para destruir el Islam, y que los líderes occidentales están detrás”. “Es evidente que esa conspiración no existe y vemos cómo la paranoia desemboca en la violencia”, alega.
“No tenemos que doblegarnos ante el miedo”, proclama el autor, quien ha tardado más de diez en ponerse a escribir esta novela “autobiográfica” porque quería alcanzar un estado de “tranquilidad mental” y estar libre de emociones negativas.
En esta misma línea reconoce que tras escribir ‘Josep Anton’ no siente ningún tipo de amargura o rencor hacia quienes le condenaron y obligaron a pasar diez años de su vida escondido. “Rendirme ante la amargura sería una derrota. Esperé tanto porque quería tener el control de mis emociones y no escribirlo con amargura, era necesario que la rabia pasara” confiesa.
En las páginas de este libro, de casi 700 páginas, Rushdie no sólo habla de las realidades, a veces incluso cómicas que tuvo que vivir, siempre rodeado de policías armados o protectores, sino también rememora su vida personal desde los años difíciles en la Universidad hasta sus fracasos matrimoniales.
“Para escribir una autobiografía hay que contar la verdad; hay que ser más autocrítico. El lector quiere comprender sus puntos flacos y sus puntos fuertes, sus virtudes y sus defectos. Hay que hablar de lo que uno lamenta haber hecho o lo que uno hubiera querido hacer mejor”, señala.
El título del libro hace referencia al alias que eligió para que la policía pudiera llamarlo. Pensó en sus escritores preferidos y las posibles combinaciones de nombres de estos; y de pronto se le ocurrió: Conrad y Chéjov, ‘Joseph Anton’.
Y para ser más crítico consigo mismo en esta autobiografía, Rushdie se sirve de la tercera persona y así consigue ver al personaje central de la novela (él mismo) de forma más “crítica y objetiva”. “Un libro de estas características tiene que ser duro y crítico con uno mismo. Sé que se critican a algunas personas en el libro, pero a quien más se critica es al autor”, confiesa.
Preguntado por el momento en que más miedo pasó, el autor de ‘Los versos satánicos’ señala que fue cuando pensó que habían asaltado a su hijo y a su madre. “Fue una serie de errores de comunicación y luego todo el mundo estaba bien, pero por varias horas creía que mi hijo y mi madre habían sido asesinados o secuestrados y ese día siempre lo consideraré el peor de mi vida, fue el único momento en todo ese periodo en el que realmente me hundí”.
Respecto a sus proyectos de futuro, Rushdie ha anunciado que está trabajando en una serie de televisión de ciencia ficción en Estados Unidos, “pero esto está en un estado muy incipiente, lo que sí me gustaría es sentarme tranquilamente y escribir una novela de ficción”, concluye.
Salman Rushdie nació en Bombay en 1947. Publicó su primera novela, Grimus en 1975, le siguieron Hijos de la medianoche (Literatura Mondadori, 2009), Vergüenza (Debolsillo, 2006), galardonada en Francia con el Premio al Mejor Libro Extranjero; Los versos satánicos (Debolsillo, 2004), distinguida con el premio Withbread a la mejor novela; El último suspiro del moro (Debolsillo, 2006); El suelo bajo sus pies (1999); Furia (Debolsillo, 2003), Shalimar el payaso (Literatura Mondadori, 2005) y La encantadora de Florencia (Literatura Mondadori, 2009).
URL: http://culturayocio.diariodeavisos.com/2012/10/05/salman-rushdie-no-tie…