El Escéptico Digital - Edición 2014 - Número 265
Marta Castro
(Noticia publicada originalmente en el diario El País).
“Este Papa ha sido el gran Inquisidor de la fe cristiana, no ha sido abierto y tolerante, como un teólogo de formación debería haber sido”, explica Juan José Tamayo, uno de los teólogos más reputados de España. “La primera reacción ha sido de sorpresa, porque es algo totalmente atípico e infrecuente que un Papa dimita, pero hay que tener en cuenta que Benedicto XVI accedió al pontificado con 78, ha sido el Papa de más edad en acceder al trono de San Pedro y claro, la edad, la salud, la capacidad, su responsabilidad se han visto deterioradas en los últimos tiempos”.
Tamayo recuerda otra renuncia papal: "Quizá históricamente, una de las dimisiones más llamativas fue la de Celestino V, que abdicó para volver a su vida monacal. A este Papa le eligieron en la Edad de Hierro del Vaticano, en la Edad Media. Fue designado para luchar contra la corrupción y el autoritarismo de la época, pero se vio abrumado por el peso de la labor y lo dejó”.
Tamayo no cree que el caso de Benedicto XVI sea el mismo, pero este Papado ha tenido muchos problemas, según el teólogo. “El Papa no ha sabido dar respuesta a los más de 1.200 millones de católicos que hay en el planeta y que buscaban respuesta a cuestiones como la libertad de expresión y cátedra y ha limitado el pensamiento crítico de la iglesia”.
“El mayor problema ha sido la pederastia. Un asunto que ha sido el mayor escándalo de la historia del Cristianismo y que le estalló en las manos. Al principio impuso el silencio cuando era presidente de la Congregación para la Doctrina de la Fe y luego tomó medidas tibias, sin aplicar las medidas que contempla el derecho canónico para estos casos y sin colaborar con los tribunales civiles”.
Tamayo expone que Ratzinger fue el guionista del papado de Juan Pablo II y que en el momento en que le tocó ser actor principal no supo hacerlo bien. “A parte de ser recordado como ‘El Papa que dimitió’ pasará a la historia como el que reforzó los controles dogmáticos de los teólogos y la estructura jerárquica piramidal de la iglesia, dejando fuera a la mujer y la opinión de los fieles”.
En cuanto al futuro, el teólogo vaticina que el próximo Papa será continuista con la labor de Benedicto XVI , por dos motivos; primero porque el colegio cardenalicio ha sido elegido por él y segundo porque influirá directamente en la elección del sucesor.