A pesar de la falta de estudios clínicos que apoyen su efectividad, el interés público por la acupuntura ha crecido significativamente en los últimos cuarenta años. Sus partidarios defienden a menudo, sin ninguna justificación, que la acupuntura es un complemento eficaz y rentable de la medicina convencional. Estas reivindicaciones se apoyan en un cuerpo de investigaciones dudosas y desacreditadas.
Sin embargo, durante los últimos diez años, algunos investigadores han empezado a tratar la acupuntura de una forma más rigurosa, diseñando estudios adecuadamente aleatorizados y que tienen en cuenta el efecto placebo. Si bien las investigaciones siguen su curso, se ha acumulado un cuerpo de documentación cada vez más sólido que demuestra que la acupuntura no tiene ningún valor clínico intrínseco.