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Mundo Escéptico Diseño Inteligente = Creacionismo Sergio López Borgoñoz Distintos collares para una misma cosmogonía i nos atenemos a lo que pone en la web del Discovery Institute (www.discovery.org) que es la organización principal promotora del Diseño Inteligente, éste no tiene nada que ver con el creacionismo. Según figura explícitamente: «La teoría del Diseño Inteligente es simplemente un esfuerzo empírico para detectar si la "apariencia de diseño" en la naturaleza reconocida por virtualmente todos los biólogos es un diseño genuino (el producto de una causa inteligente) o es simplemente el producto de un proceso sin dirección tal como la selección natural que actúa con variaciones al azar. El creacionismo está centrado en defender una lectura literal del génesis, generalmente incluyendo la creación de la tierra por el dios bíblico hace algunos miles de años. A diferencia del creacionismo, la teoría científica del Diseño Inteligente es agnóstica con respecto a la fuente del diseño y no tiene ninguna pretensión de defender el génesis, la biblia o ningún otro texto sagrado. Los críticos honestos del Diseño Inteligente reconocen la diferencia entre éste y el creacionismo». S Sin embargo, si prestamos atención a la historia del movimiento, y a la de sus principales líderes, y a los testimonios aportados en los juicios que se han llevado a cabo, no parece haber ninguna duda de que el DI es un mero re-etiquetaje del creacionismo disimulado para soslayar la primera enmienda (Autor) que prohíbe la enseñanza religiosa en las escuelas públicas. Jason Rosenhouse, autor de EvolutionBlog (http:// evolutionblog.blogspot.com) escribe al respecto: «La ilusión era que el DI y el creacionismo eran cosas fundamentalmente distintas. El creacionismo científico (CC), alegan los defensores del DI, está indisolublemente vinculado a la historia de la creación en el Génesis. El DI, por el contrario, es una teoría científica sólida que se apoya sobre unas bases sólidas de hechos biológicos. Y mientras que a partir de ella ciertamente se podrían extraer inferencias teológicas, tales inferencias no tienen relación con la teoría en sí misma. Las mentes más agudas del DI presentaron este argumento a la corte, y la corte, enfrentada con pruebas inequívocas de lo contrario, se rió de ellos en su cara. (...) » En el inmodestamente titulado libro «la Revolución del Diseño», confeccionado en base a preguntas y respuestas, William Dembski (uno de los principales impulsores del DI) dedica un capítulo entero de cuatro páginas a la pregunta, «¿es el diseño inteligente un inteligente disfraz del creacionismo científico?» en el que escribe literalmente: «El diseño inteligente ha de ser distinguido de la ciencia de la creación o del Creacionismo científico (CC). La diferencia más obvia es que el CC tiene propuestas religiosas previas mientras 21 Jason Rosenhouse. Matemático y escéptico.(J. Rosenhouse) el escéptico que el diseño inteligente no. El CC se basa en dos prejuicios religiosos e interpreta los datos de la ciencia para que se ajusten a esos prejuicios. El diseño inteligente, por el contrario, no tiene ningún compromiso religioso e interpreta los datos de la ciencia con principios científicos generalmente aceptados. Particularmente, el diseño inteligente no depende de la cuenta bíblica de la creación» Dembski achaca al CC los siguientes dos prejuicios: 1) Existe un agente sobrenatural que crea y rige el mundo. 2) La cuenta bíblica de la creación registrada en el génesis es exacta. Y en cuanto al DI, le atribuye la línea de razonamiento que lo define: 1) La complejidad específica y la complejidad irreducible son indicadores o sellos confiables del diseño. 2) Los sistemas biológicos muestran complejidad específica y emplea subsistemas de complejidad irreducible. 3) Los mecanismos naturalistas o las causas sin dirección no explican suficientemente el origen de la complejidad específica o de la complejidad irreducible. 4) Por lo tanto, el diseño inteligente constituye la mejor explicación para el origen de la complejidad específica y de la complejidad irreducible en los sistemas biológicos. Como vemos, la Complejidad Irreducible parece se la piedra angular del DI. Kenneth Miller. Bioquímico y Creyente anti DI testifica a favor de la ciencia en el Juicio de Dover (Art Lien) sucesivas modificaciones de un sistema precursor, porque cualquier precursor de un sistema irreduciblemente complejo al que le falte una pieza es, por definición, no funcional». (La Caja negra de Darwin, Pág. 39). Un elegante contrargumento ha sido esgrimido por Kenneth Miller --un reputado bioquímico anti DI que participó como experto de la parte demandante en el juicio de Dover contra el consejo Escolar, pero que sin embargo es creyente-- en la revista Natural History que edita el American Museum of Natural History de Nueva York. Miller aduce que: «Behe afirma que los sistemas bioquímicos complejos no pueden haberse producido por la evolución porque poseen una cualidad a la que él denomina complejidad irreducible. Al igual que con las trampas de ratones, estos sistemas no pueden funcionar a menos que cada una de sus partes se encuentre en el lugar apropiado. Dado que "la selección natural sólo puede escoger entre sistemas que ya estén funcionando", es imposible que los mecanismos darwinistas hayan producido los sistemas complejos que se encuentran en las células. Y si estos sistemas no han evolucionado, se infiere que han debido ser diseñados. Ésa es la totalidad de la "evidencia" bioquímica para el diseño inteligente. Irónicamente, el mismo ejemplo de Behe, la trampa de ratones, muestra por qué esta idea está equivocada. Elimina dos de las partes (el gatillo y la barra de metal) y puede que no tengas una trampa de ratones, pero tienes una máquina de tres piezas que sirve como un alfiler de corbata, o un Complejidad Irreducible Michael Behe, cuando introdujo este concepto, lo hizo de la siguiente manera: «Por complejidad irreducible me refiero a un solo sistema integrado por diversas partes bien encajadas que interactúan, y que contribuyen a la función básica, en la que la supresión de cualquiera de las piezas hace que el sistema deje de funcionar con eficacia. Un sistema de complejidad irreducible no se puede producir directamente (es decir, mejorando continuamente la función inicial, que continúa trabajando por el mismo mecanismo) por leves y el escéptico 22 clip para papel perfectamente funcional. Quita el resorte, y tienes un llavero de dos piezas. El gatillo de algunas trampas puede usarse como anzuelo y la base de madera como pisapapeles; las aplicaciones de las demás piezas también pueden tener su utilidad, e incluyen una gran variedad de objetos, como mondadientes, cascanueces y tablillas sujetapapeles. El punto, que la ciencia ha entendido hace mucho tiempo, es que las partes y las piezas de las máquinas supuestamente irreduciblemente complejas pueden haber tenido diferentes (pero siempre útiles) funciones. El argumento de Behe de que todas y cada una de las piezas de una máquina, mecánicas o bioquímicas, deben estar ensambladas en su forma final antes de que de ellas pueda emerger alguna utilidad es simplemente falso. La evolución produce máquinas bioquímicas complejas mediante la copia, la modificación y la combinación de proteínas usadas previamente para otras funciones». Pero que el principal argumento del DI se venga abajo no parece importar demasiado. El Diseño Inteligente sigue avanzando con paso firme y adentrándose en Europa y también en España, como hemos podido comprobar recientemente con la serie de conferencias tituladas «Lo que Darwin no sabía» gracias a las que, según pudimos leer en El País: «Miembros de la asociación estadounidense denominada Médicos y Cirujanos por la Integridad Científica (PSSI en sus siglas en inglés) quisieron darse a conocer en España, en particular en el mundo universitario y en prestigiosos foros de debate. Este fue el desembarco oficial de los postulados que cuestionan la teoría de la evolución y que, principalmente en EE UU, están respaldados por los movimientos creacionistas y, con una denominación más actual, por aquellos que defienden las ideas del diseño inteligente frente a las que promovió Charles Darwin contra la evolución». Jason Rosenhouse, en el artículo anteriormente citado, concluye así: «¿Cuál ha sido el resultado de nuestra investigación? Encontramos que ambos lados afirman estar siguiendo la metodología científica estándar para llegar sus conclusiones. Ambos abjuran de cualquier compromiso religioso anterior. Sus argumentos y afirmaciones favorables al Diseño son casi idénticos. Sus argumentos antievolución son también casi idénticos. Sus objetivos en torno a la política educativa son iguales, y hacen el mismo uso de trucos retóricos de mala calidad en su escritura. Nuestra búsqueda para hallar alguna diferencia significativa entre el DI y el CC ha sido inútil». Por tanto, cuando oigamos hablar de Diseño Inteligente, sepamos que se está hablando de creacionismo. Pedro Mirabet 23 el escéptico