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Dossier José Miguel Mulet: "Hemos convertido en héroes a gentes que son auténticos macarrillas de pueblo" Entrevista de Inma León La actividad del profesor José Miguel Mulet Salort es frenética desde que decidió hacer divulgación sobre tecnología de alimentos, abrir un blog y escribir un libro. Desde entonces ha tenido que batallar con numerosos ataques verbales contra su persona tanto en forma de comentarios en su blog, como en otras publicaciones por Internet. Las amenazas en la red son una cosa, y otra muy distinta es que te esperen con palos y pancartas a la puerta del auditorio, como ocurrió el pasado 8 de mayo en la Universidad de Córdoba (Argentina) con la connivencia del propio rector. El acto no se celebró, tras tres días de amenazas presenciales (en la Feria del Libro de Buenos Aires), y en Internet. Tres semanas después nos recibe en un entorno mucho más agradable, en un kiosko de la Feria del Libro de Madrid, para hablar de divulgación científica y libertad de expresión. (foto: Inmaculada de León, CC) el escéptico 34 verano 2015 El Escéptico: Te dedicas a la enseñanza y a la investigación, y también a la divulgación. Tienes un blog, cuatro libros publicados, das conferencias... Para ti la divulgación ¿es una necesidad? ¿una obligación? ¿una vocación? JM Mulet: Básicamente la hago por entretenerme y la hago porque quiero, y en el momento en que vea que no puedo seguir adelante con tanta cosa la dejaré sin ningún tipo de nostalgia. Lo hago porque me lo paso bien, y porque no vivo de ella, que eso me da la ventaja de poder decir lo que quiero y poder hablar cuando quiero de lo que me apetece. EE: Efectivamente, en un blog tienes la libertad de decir lo que quieres. Los libros te dan la promoción que hacen las editoriales. ¿Por cuál de los dos medios llegas a más gente? JM: Es diferente. Yo creo que hay una retroalimentación y una conjunción muy buena entre los dos medios. Eso lo noté en el primer libro: cuando salió Los productos naturales, el blog ya tenía cierta vida propia y entonces noté que el libro se vendió más o menos y el blog subió de visitas. ¿Por qué? Porque había gente que por el blog acabó encontrando el libro, y gente que por el libro acabó encontrando el blog. El problema que tenemos los que hacemos blogs es que nos creamos un microcosmos, tanto en el blog como en las redes sociales. Tienes un número determinado de seguidores, tienes un número determinado de lectores y acabas pensando que eso es todo el mundo. Pero resulta que puedes tener veinte mil seguidores en Twitter y siempre hablas solo con veinte o treinta que son, digamos, el núcleo cercano; puedes tener cuatro mil lectores del blog pero al final los que comentan son diez, que cuando vas a hacer una presentación, son los diez que están. Por eso está el peligro de quedarte en tu "zona de confort"... vaya, qué coaching me ha salido esto (risas). EE: Ya que hablas de la gente con la que te relacionas en el blog, tienes comentarios favorables pero también mucha crítica ofensiva. ¿Crees que los temas relacionados con la biotecnología suscitan reacciones más viscerales, sobre todo cuando son rechazos? JM: Tendrías que ver los comentarios que no publico, porque ahí sí que hay de todo. En los temas de biotecnología lo que ocurre es que circula muy mal la información, y la realidad científica está muy apartada de la percepción social. Y la ignorancia es muy atrevida. Hay gente que tiene actitudes muy vehementes, incluso violentas o agresivas, partiendo de datos que son absolutamente falsos. ¿Por qué tienen datos falsos? A veces porque no se han preocupado de filtrar la información, o por culpa de gente que les ha facilitado información incorrecta, en muchas ocasiones a sabiendas. El problema es que la ignorancia es muy cara. Toda esta ignorancia en temas de biotecnología nos está costando que el campo se esté hundiendo, nos está costando millones de euros. Te voy a enseñar una cosa que te ayudará a poner en contexto lo que te acabo de decir [me enseña un comentario en su blog en el que un lector habla de pegarle un tiro en la cabeza]. EE: Muchos nos hemos enterado de lo dura que es la labor del divulgador - en este caso, la tuya - en tu gira por América, cuando has tenido escraches, insultos, gente que ha ido a boicotear actos tuyos, incluso amenazas de muerte, como has contado tú mismo en tu blog. ¿Te esperabas eso? ¿Tiene que ver el lugar, o eso puede pasar en cualquier parte? JM: Te puede pasar en cualquier parte. En general Europa es más tranquila, pero entrecomillado; quiero decir que en Europa hay contabilizados cincuenta ataques a campos experimentales transgénicos, ha habido también escraches a gente relacionada con la biotecnología y ha habido atentados y pintadas en universidades por temas relacionados con la biotecnología. Y si te vas a otros temas, como es la energía nuclear, ni te cuento. A gente que trabaja en centrales nucleares le han reventado el coche y cosas de estas. En Sudamérica el problema es un poco más peliagudo porque hay mucha corrupción y porque muchas veces al alcalde o a los políticos locales les interesa más que haya grupos ecologistas - generosamente subvencionados, todo hay que decirlo - criticando a los agricultores, achacando a las fumigaciones que la gente se muera o tenga enfermedades en vez de criticándolos a ellos, porque el pueblo no tiene hospital o no tiene alcantarillado ni agua potable, que es lo que está pasando muchas veces. Entonces, muchos ecologistas hacen el papel de tontos útiles. El problema es que la información que dan ellos llega aquí muchas veces sin filtrar, y hemos convertido en héroes a gentes que son auténticos macarrillas de pueblo. EE: Sin embargo tú no eres una empresa, no ganas dinero vendiendo transgénicos o insecticidas; tú eres investigador y divulgador. Lo que han hecho allí es impedirte la libertad de expresión incluso con amenazas de muerte. ¿Cómo se puede llegar a ese punto? Porque una cosa es destruir una cosecha y otra amenazar de muerte a un científico. JM: La ignorancia es así de atrevida, qué quieres que te diga. Si a ti te parece normal que al intentar hacer la pre- La ignorancia es muy cara. Toda esta ignorancia en temas de biotecnología nos está costando que el campo se esté hundiendo, nos está costando millones de euros. verano 2015 35 el escéptico sentación del libro Comer sin miedo la gente acudiera con palos, y encima fuera con la connivencia del Rectorado de la Universidad [de Córdoba, Argentina], que les permitió la entrada, pues a partir de ahí todo lo que quieras. El rector de Córdoba todavía no ha hecho ninguna queja oficial; al contrario, después de irme yo ha programado actos de todos esos que fueron a gritar, como desagravio. EE: ¿El rector fue la persona que suspendió tu conferencia? JM: La conferencia no se suspendió. La organización decidió que yo no fuera por seguridad. La mayoría de los que vinieron no tienen nada que ver con la universidad. Ten en cuenta que en Sudamérica hay autonomía universitaria, es decir, si hubiera pasado algo gordo la policía no habría podido entrar. La seguridad dependía del Rectorado, y el Rectorado estaba apoyando más a esos. A mí me invita la Facultad de Ciencias Agropecuarias. La Facultad es la que quería que yo fuera, pero el Rectorado digamos que es "proecologista". ¿Entiendes la situación? Entonces dicen: ¿por qué no podemos garantizar la seguridad? Es que el que se encarga de la seguridad es el que está facilitando que venga ese tipo de gente. Simplemente con que no se permitiera a nadie entrar con palos se hubiera podido hacer la conferencia. Pero, claro, no, porque según ellos eso es coartar la libertad de expresión. EE: ¿En general los científicos tenéis libertad de expresión? Me refiero, por ejemplo, a publicar estudios que den resultados incómodos para el que los ha promovido o para alguna empresa, o a presiones para orientar los resultados hacia donde les interesa. JM: Si son estudios hechos por encargo para empresas, tú haces el estudio y sale. El problema es que al final, según el contrato que firmes, el estudio suele ser propiedad de quien lo ha pagado. Si el estudio dice lo que la empresa quiere, se va a publicar y se le va a dar mucho bombo; pero si no dice lo que la empresa quiere oír, o no se publicará o saldrá en una revista que no conoce nadie y nadie le dará bombo. Cuando se dice que los científicos publican resultados falsos, no es así. Porque si tú publicas resultados falsos, en el momento en que alguien haga la reevaluación y le salga lo contrario, tú vas a quedar muy mal. Pero sí que es verdad que hay cierta falacia de publicación: no se publican los resultados negativos y muchas veces, más que publicarse, se publicitan los resultados que convienen a cierta industria. Hay que tener en cuenta que esto se refiere solamente a la investigación financiada por la industria, que en países como España es irrelevante. Cuando trabajas con financia- ción pública sí que tienes posibilidades de publicar lo que te dé la gana cuando quieras. EE: ¿Animan las universidades públicas, los centros de investigación públicos, como donde tú trabajas, a hacer divulgación además de a publicar? JM: Últimamente parece que sí. Pero es un poco trampa. La divulgación requiere tiempo, pero al final cuando vas a pedir un proyecto, cuando vas a pedir una oposición, lo que te van a mirar son los artículos. Ahora parece que está empezando a contar también el tema de la divulgación, pero no sé hasta qué punto. Sí que es verdad que en todas las convocatorias hay un apartado de difusión y publicación de resultados. Estaría bien que, ya que lo piden, luego lo evaluaran por lo menos concomitante a lo que te han dicho. Pero de momento se evalúa poco, aunque algo más que hace unos años, que no se evaluaba nada. EE: En tu último libro1 das pautas para divulgar la ciencia. ¿Cómo está la divulgación de la ciencia en España? Puede parecer que últimamente hay mucha divulgación, cada vez más, incluso hay eventos de ámbito nacional, pero luego se hacen encuestas y la gente no tiene ni muchos conocimientos científicos ni tampoco mucho interés por la ciencia. JM: Se hacen muchas más cosas que hace unos años. Pero yo creo que estamos empezando. Y creo que aquí también tenemos el síndrome del microcosmos, es decir, se hacen muchos eventos pero siempre somos los mismos, tanto los ponentes como el público. Y ojalá se hagan más, porque nos lo pasamos muy bien, pero al final tienes el miedo de pensar que somos cuatro amiguetes que vamos haciendo giras por toda España. Yo creo que la gran frontera es llegar al gran público. ¿Cómo lograrlo? Pues primero, cambiando de medios: que no se quede todo en Internet y en charlas en museos de ciencia. Hay que buscar otros escenarios, otros medios. Por ejemplo, ahora que estoy escribiendo en El País, pienso que es una oportunidad para llegar a gente que no va a leer nunca un blog ni va a ir a un evento como Naukas. Y si a partir de ahí consigues engancharlos para que se vengan al Naukas o al Desgranando Ciencia, pues será genial. Pero si nos centramos en publicar en blogs, en hablar por Twitter y tal, al final siempre estamos llegando a la misma gente. Yo creo que lo que hay que hacer es diversificarse, abrirse, probar cosas nuevas, intentar llegar a otros medios... Por ejemplo, el programa de televisión Órbita Laika ha conseguido entrar en la tele, que yo creo que es un éxito sin precedentes. Vamos a ver si exploramos ese camino. EE: La experiencia que tú estás teniendo, sobre todo con Simplemente con que no se permitiera a nadie entrar con palos se hubiera podido hacer la conferencia. Pero, claro, no, porque según ellos eso es coartar la libertad de expresión. el escéptico 36 verano 2015 la publicación de tus últimos libros, es muy mediática: te han hecho entrevistas en televisión, en prensa, en radio. ¿Crees que se debe a los temas que tratas o por tu tono coloquial y accesible? JM: Yo creo que es porque cuento chistes (risas). De mi experiencia de estos años te puedo decir que uno de los motivos por los que me puse a hablar de esto fue porque yo trabajaba con transgénicos, y toda la información que había en prensa era absoluta basura perdona que te lo diga a ti que eres periodista -, era todo muy falso. ¿Qué pasaba? Pues que el vínculo que tenían los periodistas era con asociaciones ecologistas. Cuando un periodista tenía que llenar una página o tenía que llenar cinco minutos de un noticiero, sabía a quién llamar de la organización ecologista: sabía quién era, cómo se llamaba, qué teléfono tenía. Y le llenaba el espacio. Resulta que lo que le decía no era verdad, pero el periodista ya había cumplido su trabajo. De lo que me he dado cuenta es de que al publicar libros y, sobre todo, cuando te llama un periodista coger el teléfono y gastar cinco, diez, quince minutos en atenderle, consigues crear un vínculo. Si tú tratas bien al periodista, el periodista luego te trata bien a ti, y cuando sacas un libro siempre te buscan hueco para hacer una reseña. El periodista igual te ha llamado un día que estabas a media clase; te excusas con los alumnos, pides que te llame en media hora, y le ayudas a rellenar una noticia. Si tú no le hubieras cogido el teléfono, hubiera llamado al ecologista y lo hubiera publicado. Yo creo que la ventaja de esto es que los periodistas en general siempre me han tratado muy, muy bien. Yo también he intentado tratarles bien a ellos y sobre todo de crear bas- tante cercanía, y creo que eso ha ayudado a que los libros hayan tenido mucha difusión. Y, sobre todo, siempre he intentado contar las cosas de forma que pudieran entenderlas. EE: Oyendo lo que dices da la sensación de que el periodista se conforma con la primera declaración que pueda conseguir, que antes era una y ahora es otra. ¿No crees que quizá antes no sabía que hubiera más posturas, más opiniones? JM: Sí, es que antes no existían vínculos con alguien de la ciencia como los tienen ahora conmigo y con más gente. Ahora poco a poco estamos consiguiendo crear ese vínculo. Por ejemplo, anteayer estaba en una conferencia que me estaba gustando mucho y me envían un mensaje: "por favor, llámame cuando puedas, es urgente". Es una chica que me entrevistó hace tiempo, casi ni me acordaba, que trabaja en El Confidencial. Quería hacer el comentario del programa electoral de Manuela Carmena, que había propuesto entre otras cosas declarar Madrid "zona libre de transgénicos". Los periodistas siempre tenéis mucha prisa, y ella tenía que cerrar. Si yo le digo "hoy no puedo" y ella tiene que cerrar la noticia, igual llama a otro que le dice algo con lo que yo no estaría de acuerdo. Hay que entender que, muchas veces, trabajáis contra reloj, y eso hay científicos que no entienden que no pueden darle una cita al periodista para la semana que viene porque igual ya no le interesa esa noticia. Hay gente que, como está muy ocupada, hace eso. Yo intento hacer un hueco por muy ocupado que esté. 1- Estrategias de divulgación científica. ISBN: 978-84-9048-319-0 Condena del ataque contra la libertad de expresión sufrido por José Miguel Mulet ARP - Sociedad para el Avance del Pensamiento Crítico condena enérgicamente el ataque contra la libertad de expresión que ha sufrido en Argentina nuestro compañero José Miguel Mulet, profesor titular de Biotecnología de la Universidad Politécnica de Valencia, investigador y divulgador científico. El profesor Mulet tenía que haber pronunciado una conferencia en la Universidad Nacional de Córdoba el 8 de mayo, pero la conferencia se canceló tras haber recibido amenazas. Esperamos con impaciencia la crónica del propio José Miguel Mulet; mientras tanto, manifestamos nuestra repulsa ante quienes impidieron con amenazas la celebración de la conferencia, en lo que consideramos un atentado contra la libertad de expresión. Es especialmente triste que esto haya ocurrido en una universidad, donde se espera que se produzcan debates civilizados. Nos alegra extraordinariamente que el profesor Mulet se encuentre bien y que siga, como siempre, dispuesto a investigar y divulgar ciencia, y a defender sus propuestas e ideas. Desde aquí, enviamos a nuestro compañero José Miguel Mulet un abrazo, con todo nuestro apoyo. verano 2015 37 el escéptico