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Hace 20 años... La Alternativa Racional número 17 Luis R. González Del Editorial (Junio 1990) "LA PESCADILLA QUE SE MUERDE LA COLA `No podemos hacer nada porque no tenemos dinero, y no tenemos dinero porque no hacemos nada". Ese ha sido el dilema al que se ha enfrentado ARP desde que naciera como el sueño loco de una noche de verano. (...) "Estamos dispuestos desde este mismo momento a ir a dar conferencias donde vosotros nos pidáis. No queremos dinero, sino foros. Viajaremos a cargo del grupo -si alguna vez hubiera dinero para ello- o de nuestros bolsillos -como hemos hecho siempre-; nos alojaremos donde podamos y lo haremos a gusto. Si en el colegio de vuestros hijos han organizado un ciclo de conferencias pseudocientíficas -cosa habitual- y queréis una réplica, contad con nosotros. Si el colegio contribuye algo a los gastos, estupendo; si no, también iremos -somos muy tercos-. Si en vuestro grupo cultural quieren conocer la otra cara de la moneda respecto de las supersticiones contemporáneas; contad con nosotros. Si vuestra entidad bancaria quiere organizar actos culturales y traer a personajes de relevancia del otro lado del "charco", contad con nosotros. Si en vuestra iglesia hablan de creacionismo y están dispuestos a escuchar a los evolucionistas -darwinianos o no-, contad con nosotros. Si.., contad con nosotros. Si sois capaces de colaborar en este proyecto cultural -mal que les pese a los "burrócratas" que rigen nuestro país consultando a pitonisas y astrólogos-, hacédnoslo saber. Necesitamos vuestra ayuda. Escribidnos ya. Os necesitamos." H ay cosas que no cambian en veinte años... por suerte. Seguimos sin conseguir subvenciones ni apoyo a nuestras actividades culturales pero, inasequibles al desaliento, seguimos dando charlas a la menor oportunidad. Y la novedad del movimiento "Escépticos en el pub", ofrece nuevas formas exitosas de acercarse al público en general. Un extenso artículo de Luis A. Gámez se centra en el famoso caso ruso de Voronezh, divulgado "urbi et orbe" por la afamada agencia gubernamental TASS. En plena "perestroika", los medios de comunicación fueron los primeros en caer por el tobogán del sensacionalismo. Gámez hace un repaso cronológico de lo sucedido, y podemos ser testigos de excepción del proceso habitual en este tipo de revelaciones: la exagerada versión inicial se va rebajando con el paso de los días (las decenas de testigos acaban reducidos a tres niños, los científicos analistas resultan no serlo, los materiales extraterrestres se demuestran triviales, etc.), mientras el escéptico 14 los ufólogos hacen declaraciones cada vez más injustificadas. También contribuyó el detalle de que hubiese una cierta oleada ovni en marcha, quizá como reacción a las censuras del pasado. Lo que no podía saber Gámez entonces eran las curiosas repercusiones del incidente entre la ufología nacional. Algunos, todavía hoy, siguen insistiendo en que el ovni visto allí era ummita porque uno de los niños incluyó su famoso anagrama al dibujar la nave, olvidando que esa "hache barrada" es similar a una letra del alfabeto cirílico, parte del nombre de Voronezh. Pero además, quiso la casualidad, que apenas dos días después, cinco jóvenes gaditanos fueran testigos en Conil de cómo los tripulantes de un ovni se transformaban ¡en humanos! Poco importa que alguien que también estuvo presente asegure (y demuestre en su libro "Humanoides en Conil", Fundación Anomalía, 2004) que se trató de una confusión con unos submarinistas instalando un cable suba- cuático. Desde entonces, en los ambientes ufológicos ibéricos, ambos incidentes se utilizan para apoyarse mutuamente como pruebas de visitas alienígenas. El otro artículo principal de este número está tomado del Skeptical Inquirer y dedicado a la fusión fría. Me quedo con uno de los consejos del autor, Milton A. Rothman, y su frase final: "5.- Sed cautos con los científicos (y los economistas, y los teólogos) que se enamoran perdidamente de sus propias teorías. En definitiva, la controversia puede haber resultado positiva. La publicidad ha ayudado al público a ver que la ciencia no es simple y que los científicos son seres humanos. Cuando se ponen en la balanza millones o billones de dólares, los científicos pueden ser tentados por el sinsentido tan fácilmente como pueden serlo los especuladores de mercancías". Para mí, lo mejor de este ejemplar es la primera entrega de las aventuras de Richard Feynmann en los márgenes de la ciencia. Fue muy instructivo ver la forma de actuar de este eminente físico frente a una máquina de movimiento perpetuo. Aparte de las secciones habituales sobre libros y artículos recomendados, Mercedes Quintana responde al editorial de Félix Ares en el número anterior, recomendando la aplicación de unas llamadas "Propuestas para evitar el sexismo en el lenguaje". Lo malo es que muchas de tales propuestas resultan ser más sexistas que el original, como demuestra "por reducción al absurdo risueño (sin acritud)", Félix. Algunos ejemplos: "artisto", "déspoto", "surfisto", etc 15 el escéptico