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¿Por qué nos equivocamos los periodistas con la ciencia? Alex Fernández Muerza * - Hola, Paco, fíjate lo que me ha pasado. Me acaba de llamar un periodista y me dice que, como trabajo en Biomedicina, le diga ¡cuál es el mejor antibiótico para el resfriado! - Eso no es nada, Luis. A mí el otro día me llamó otro periodista, y me dijo que quería hablar conmigo, como experto paleontólogo, porque había leído una noticia publicada en Internet sobre el "descubrimiento" del ¡eslabón perdido con nuestros antepasados los monos con un billón de años de antigüedad! uede que ustedes hayan tenido alguna vez una experiencia de este tipo, o hayan oído a algún compañero cercano. Vale, los periodistas a veces "perpetramos" artículos, en especial cuando se trata de ciencia, pero ¿no se han parado a pensar por qué y cómo se podría evitar, o al menos reducir? Los periodistas somos personas... Solo Clark Kent era Superman. Todos los demás somos personas "humanas", y como tales, parte de una sociedad con una grave falta de cultura científica. Ya lo decía C. P. Snow en su obra Las dos culturas. Es la dicotomía enfrentada ciencias-letras, el populista "es que yo soy de letras...", luego puedo ser un inculto científico, que incluso es motivo de orgullo. Esta falta de sensibilidad hacia lo científico es general a nivel mundial. Diversas encuestas de instituciones como la Fundación Nacional para la Ciencia (NSF) en EE.UU, o el Eurobarómetro en Europa retratan a una sociedad que no sabe responder correctamente a preguntas sencillas de cultura científica. En España además se ha llegado tarde a todos los cambios históricos promovidos desde la ciencia y la tecnología, como el Siglo de la Razón, la Ilustración y la Industrialización. Por si fuera poco, el sistema educativo es también víctima de la falta de medios, de cambios de modelos. Además, la "crisis" actual, por la que los educadores tienen que hacer frente a más horas de trabajo por menos dinero, una situación nada motivadora para enseñar materias relacionadas con las ciencias. ... y unos "¡insensatos!" Además, nuestra profesión es, por decirlo de alguna forma, "curiosa". Parafraseando a Gandalf en la película El Señor de los Anillos, somos unos "¡insensatos!": mientras que los científicos saben todo sobre algo, los periodistas sabemos algo sobre todo. Incluso los especializados, somos "perioel escéptico 68 P distas científicos", "periodistas de ciencia". ¿De ciencia? ¿De toda? Desde luego que nuestro deber no es saber todo sobre todo, algo imposible por otra parte. Nuestro deber es informar, trasladar la noticia científica a la sociedad, ser ese puente mediador entre la comunidad científica y la opinión pública, intentar explicar con palabras entendibles para un gran público lo complejo. Hacer de lo sencillo una virtud, una tarea nada fácil. Además, ser periodista científico cuesta mucho esfuerzo y no sirve para "triunfar" como periodista, entendiendo "triunfar" como llegar a ser director de un periódico, presentador de un programa de televisión de máxima audiencia o famoso, en cualquiera de sus múltiples variantes actuales; para eso hay que especializarse en política, economía, deportes, "corazón" o simplemente, no estudiar periodismo. Nunca en periodismo científico. Así es difícil despertar vocaciones. Pero además, sufrimos "los Enigmas de Mou" El entrenador del Real Madrid, José Mourinho, conocido popularmente como "Mou", dio una famosa conferencia de prensa en la que preguntaba por qué a varias cuestiones. Estos "enigmas de Mou" atenazan también a los periodistas científicos: ¿Por qué no hay ciencia en las facultades de Ciencias (subrayo) de la Información? ¿Por qué no hay asignaturas útiles para que los futuros periodistas no cometan tantos errores relacionados con la ciencia? ¿Por qué no hay Comunicación en las Facultades de Ciencias? ¿Por qué no se les ofrece herramientas a los futuros científicos para que comuniquen a los periodistas su trabajo y entiendan cómo y por qué contactar con los medios de comunicación? ¿Por qué los medios de comunicación regalan cantidad y no venden calidad? ¿Por qué se priman los contenidos de rápida digestión sobre los más elaborados, lo superficial so- bre el análisis? ¿Por qué los medios de comunicación llaman información a lo que es publicidad o propaganda? ¿Por qué las presiones políticas, empresariales, o de otra clase son cada vez más fuertes y los medios cada vez más débiles? ¿Por qué precarizar y becarizar la profesión? ¿Por qué despedir periodistas cuando son tu mayor valor? En definitiva, como dice David Simon, autor de la serie The Wire: "No se hace más con menos". Se hace menos con menos. Unas fuentes "peculiares" Por si fuera poco, la fuente de información, el científico, es también "peculiar". Hagamos una prueba. Si buscamos en Google Images la palabra "científico", nos salen algunas imágenes de locos, frikis, empollones. No digamos nada si ponemos "científico loco", un icono que se ha popularizado socialmente. Esta imagen cala al final en el imaginario colectivo. "Qué golazo metió el jugador de fútbol x", frente al "ya han vuelto a hacer una cosa rara esos cerebritos". Y ahora vete a hablar con uno de ellos. ¿Con quién contacto? ¿Qué me dirá? ¿Cómo me tratará? ¿Entenderé lo que me dirá? ¿Pensará que soy un ser inferior incapaz de comprenderle? Por su parte, si bien es cierto que los científicos son cada vez más proclives a la divulgación, la cultura divulgativa es menor que en los países anglosajones y, lo que es peor, en sus instituciones o centros de trabajo no es un trabajo que en general se valore. En algunos casos hasta se critica, se considera una pérdida de tiempo de su "verdadero" trabajo, que es la investigación. Y como decía antes, no hay puentes entre científicos y periodistas. Y es una pena. Periodistas y científicos nos necesitamos, porque la sociedad nos necesita. Podemos y debemos hacerlo mejor. ¿Qué podría hacerse para mejorar? El mensaje general sería: colaboración y no confrontación. Empatía recíproca. Y como consejos más concretos, se podría hacer lo siguiente: - Más educación y más cultura científica: la ciencia también es cultura. - Cursos de cultura científica en las Facultades de Periodismo y de Comunicación en las de Ciencias. Tender puentes entre ambos mundos. - Enfrentarse con valentía a la crisis de los medios de comunicación. Internet está ahí, no le tengamos como un enemigo sino como un apoyo. Y desde luego, mantener el capital más valioso del periodismo: los periodistas. - Compromiso real de todos, periodistas y científicos, medios de comunicación y universidades, instituciones públicas, empresas, con la sociedad para hacerles llegar la ciencia. Sin ciencia no hay democracia. - Gabinetes de comunicación específicos en ciencia y tecnología, unidades de cultura científica, afianzar agencias de información de referencia como la Agencia SINC... - Explorar nuevos formatos, más lúdicos, más entretenidos, más visuales, como la serie Escépticos de la ETB. - Afianzar lo creado, que no se convierta en algo anecdótico, sino que permanezca y dé origen a iniciativas similares. Es un trabajo a largo plazo, no se puede esperar que, haciendo una cosa puntual, por muy buena que sea, se solucionen unas carencias históricas. Adaptación de la charla ofrecida en las jornadas Amazings Bilbao el 23 de septiembre de 2011. *Alex Fernández Muerza es periodista especializado en Ciencia y Medio Ambiente. Más datos sobre él en su web: www.e-ciencia.com/afm 69 el escéptico