Recomendamos la lectura de este artículo en formato pdf, respetando su maquetado original.
Para ello pinche en la imagen de la primera página que aparece arriba.
Para facilitar su difusión, proporcionamos también la versión del artículo en html y texto, pero tenemos que advertirle que su extracción ha sido realizada por herramientas automáticas y puede que no conserve completamente la composición original.
Texto plano (desmaquetado) del artículo : Mostrar el texto plano (segunda vez esconde)
información fundamentada de la que no lo es, ¿cómo podrá
construir conocimiento?
La crÃtica âel escepticismoâ es indispensable para
el proceso educativo.
Observamos antes que la palabra crÃtica tiene la misma
raÃz que criterio. Criterio, según el diccionario, es «aquello que sirve de norma para hacer un juicio». Lo que nos
permite ser crÃticos o escépticos (moderados) es el hecho
de disponer de criterios, de haber incorporado criterios
(un cientÃfico hablará de «método cientÃfico»; un educador,
de «pensamiento crÃtico», pero estarán hablando de principios orientadores de la misma naturaleza). Solo podemos
ser realmente crÃticos o legÃtimamente escépticos si disponemos de criterios, reglas, valores, principios, métodos
o como queramos llamarlos. Es sencillo ser un escéptico
radical que duda alegremente de todo, asà como es confortable ser un dogmático que se aferra acrÃticamente a las
creencias que le resultan convenientes; el arte y el desafÃo
es saber cómo dudar y de qué dudar, y tener medios a partir
de los cuales buscar y rebuscar soluciones. Y ese arte depende de disponer de los criterios adecuados4.
BibliografÃa
Dewey, John, 1930, «What I Believe», The Forum, March 1930,
176-82.
Ferrater Mora, José, 1964, Diccionario de FilosofÃa, Vol. I, Sudamericana, Buenos Aires.
Merton, Robert, 1962, Social Theory and Social Structure, Free
Press, N.Y.
Musgrave, Alan, 1993, Common Sense, Science and Scepticism: A Historical Introduction to the Theory of Knowledge, Cam-
invierno 2016/17
bridge University Press, Cambridge.
Peirce, Charles, 1931-58, Collected Papers, in Hartshorne, C.;
Weiss, P. (eds.), 1931-35, vols. I-VI; Burks, A. (ed.), 1958, vols. VIIVIII, Harvard University Press, Cambridge.
Poincaré, Henri, 1952, Science and Hypothesis, Dover, N.Y.
Sagan, Carl, 2000, El mundo y sus demonios: la ciencia como
una vela en la oscuridad, Planeta, Barcelona.
Unamuno, Miguel de, 1967, Obras completas, Vol. III, Escelicer,
Madrid.
Notas:
1
En sentido estricto, Unamuno hablaba de indagaciones teológicas; pero si sustituimos la expresión pereza espiritual por pereza
intelectual, la frase puede aplicarse a nuestro tema con igual eficiencia y exactitud.
2
Importa la distinción; los nombres son de carácter secundario.
Hablamos de escepticismo moderado o mitigado porque es una
de las expresiones más utilizadas en el área de la epistemologÃa
(cf., por ejemplo, Musgrave 1993). PodrÃamos igualmente haber
utilizado las fórmulas técnicas escepticismo racional, escepticismo
cientÃfico, racionalismo crÃtico o falibilismo, las expresiones escepticismo responsable (Carl Sagan), escepticismo organizado (Robert Merton), escepticismo sabio (James R. Lowell), etc., o haber
hablado de una «dosis saludable de escepticismo» (Robert Arp).
3
Para Peirce en particular, y para la tradición pragmatista en
general, la duda escéptica (moderada) es la fuente dinámica del
conocimiento. Un sistema de creencias supone un estado cognitivo
en frágil equilibrio; las anomalÃas, asà como los hechos sorprendentes, hacen surgir dudas, es decir, un desequilibrio en el sistema,
y esto da inicio a una «lucha» âo «indagación»â para obtener
un estado renovado de creencias estables (cf. 1931-58, p. 1816).
Ese proceso de indagación es continuo (p. 376), autocorrectivo (p.
1918) y cooperativo (p. 334).
4
Y esto no se restringe a nuestra vida argumentativa. Lo que
nos hace adultos racionales es el hecho de haber aprendido a incorporar criterios âo sea, principios de discernimientoâ en todas
las áreas: normas éticas, criterios estéticos, reglas valorativas en
general, etc.
39 el escéptico