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primer contacto Acaba la desclasificación de los informes del Ejército del Aire sobre objetos no identificados El último expediente del Ejército del Aire español sobre observaciones anómalas relacionadas con objetos volantes no identificados fue depositado en la Biblioteca del Cuartel General del Aire, en Madrid, a disposición del público interesado hace unas semanas. Según revela VicenteJuan Ballester Olmos, director de investigaciones de la Fundación Anomalía (Apartado 5.041; 39080 Santander; http://www. oninet.es/usuarios/mamori/ index.htm), con ello se da por finalizado el proceso de desclasificación de la información sobre ovnis de carácter secreto de Defensa que se inició en septiembre de 1992, después de que la Junta de Jefes de Estado Mayor (Jujem) tomara una valiente decisión al respecto. Ya en diciembre de 1996 fue liberado el último caso de lo que se ha dado en llamar el archivo histórico del Ejército del Aire, formado por 62 expedientes remitidos a principios de 1992 por el Cuartel General del Aire -donde se custodiaban hacía una treintena de años bajo el sello de materia clasificada- al Mando Operativo Aéreo (MOA), organismo encargado de la gestión de la información ovni, ubicado en la base aérea madrileña de Torrejón. En el último año y medio, como consecuencia de una intensa búsqueda de documentación por parte del MOA, han salido a la luz pública 21 nuevos episodios rescatados del olvido en diversas instalaciones militares de toda España. En total, los 83 expedientes ovni finalmente facilitados al público ocupan casi 2.000 páginas sobre sucesos de apariencia anómala -exactamente 122 casos-, ocurridos entre 1962 y 1995. El proceso de desclasificación de la información ovni no se desarrolló bajo el beneplácito general de todos los estudiosos. Contradictoriamente, desde su inicio, recibió injustas críticas del sector sensacionalista de la ufología nacional, que no ha ahorrado insultos y tergiversaciones, en una verdadera campaña de intoxicación para empañar el sobresaliente éxito de este proceso de apertura militar. Y es que, con la desclasificación, se derrumba uno de los falsos mitos asentados entre los creyentes en los ovnis: la conspiración y el secretismo oficial. Hoy sabemos -ha declarado Ballester Olmos, autor de cinco libros sobre este enigma- que el Ejército del Aire sólo investigó muy someramente la fenomenología ovni entre 1968 y 1980. La razón del secreto no ha sido, frente a lo que algunos charlatanes mantienen, que el Gobierno conoce la sorprendente verdad que se esconde tras los ovnis y que conviene ocultar a los ciudadanos, sino el simple hecho de mantener reserva hacia aquello cuya naturaleza se ignora. El investigador valenciano ha apostillado también que el Ejército del Aire por fin se ha dado cuenta de que las características del tema ovni son más sociológicas que aeronáuticas y que no supone ningún riesgo para la seguridad nacional. VicenteJuan Ballester Olmos, impulsor civil de esta desclasificación histórica que no tiene precedente en Europa, coordina un equipo multidisciplinar de investigadores con el objetivo de analizar la información emergente. Este experto estudioso ha sido contundente en sus conclusiones: Podemos afirmar con absoluta garantía que toda la información sobre ovnis conocida por el Ejército del Aire ha sido puesta a disposición de la sociedad civil sin merma alguna. Ahora, la pelota está en nuestro tejado: evaluar los datos y ver si hay o no casos irresolubles. RICARDO CAMPO PÉREZ Los ovnis de Iridium visitan Navarra Que no se diga que los escépticos no ven ovnis: el pasado 24 de agosto a las 6.21 horas, desde la ventana de mi casa en Navarra, pude ver un ovni increíble. Aunque había algo de luz en el cielo hacia el Este, preludiando el orto solar, hacia el Suroeste estaba aún bastante oscuro. Estaba mirando hacia Júpiter cuando, como a unos 60º sobre el horizonte, una luz blanquecina comenzó a aumentar de brillo muy rápidamente, produciendo una especie de flas que no llegó a durar ni un segundo, pero que estimé mucho más brillante que Júpiter -e incluso que Venus, que ya saludaba desde el otro lado del cielo-. A pesar de que a esas horas de la mañana uno no está para marcianitos, el suceso me intrigó porque, aunque me temía que fuera un satélite artificial, lo cierto es que el brillo instantáneo parecía que me había iluminado a mí solo... ¿Un rayo de esos tipo Star Trek como los que dicen que andan abduciendo neoyorquinas? En cualquier caso, había fallado su objetivo: no me noté posteriormente ningún implante, ni tenía noción de habérseme robado tiempo alguno. En fin, la cosa llegó al colmo cuando al día siguiente, el 25 de el escéptico (Otoño 1998) 5