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nuevos caminos para el futuro Jeff Wagg1 Traducción de David Cejudo Escepticismo: A cabo de volver de Dragon*Con, la "convención de las convenciones" que cada año se celebra en Atlanta durante el fin de semana del Día del Trabajo. La convención ha creado recientemente Skeptrack, un conjunto de conferencias y actos diseñado para presentar y promover el escepticismo científico. Éste era el tercer año que participaba en Dragon*Con y resultó gratificante ver a tantas personas conocidas -D.J. Grothe, Ben Radford y Joe Nickell del Center for Inquiry; Phil Plait de la James Randi Educational Fundation; y Daniel Loxton de la Skeptics Society por citar unos pocos. Fue una experiencia maravillosa y poco común codearse con representantes de los tres grandes grupos de escépticos de Estados Unidos. Pero Dragon*Con no es solo una convención de escépticos. Es algo más grande. Desde su inicio hace más de una década, Dragon*Con se ha centrado, sobre todo, en el mundo de la ciencia ficción, sobre todo en las series de televisión y de cine como La guerra de las galaxias, Star Trek, Expediente X y Doctor Who. Las más de 40.000 personas que fueron a la convención primavera-verano 2013 (muchas de ellas con disfraces muy elaborados) eran muy diferentes, con intereses que abarcaban desde las culturas china y británica hasta la música gótica o las batallas robóticas. No sorprende, pues, que también mostraran interés en la ciencia y que hubiera charlas sobre exploración espacial e ingeniería genética. Como podría esperarse, algunos de esos coloquios se dedicaron a temas escépticos y se presentaron conferenciantes como Ben Radford, Michael Shermer y yo mismo. Las charlas tuvieron mucho seguimiento y Derek Colanduno del podcast Skepticality sugirió que podría haber suficiente interés como para que hubiera un apartado dedicado al escepticismo. Tenía razón y así nació Skeptrack. Skeptrack comenzó su andadura en 2008 y el interés que ha suscitado ha crecido continuamente. Muchas de las charlas escépticas de este año se realizaron en salones sin asientos. En realidad Skeptrack amenaza con crecer más allá del apartado sobre ciencia del que surgió. Entre los dos apartados hay numerosas concomitancias -ya que la diferencia entre ciencia y escepticismo es una cuestión de proximidad más que de contenido- pero hay una fuerte demanda de conferencias puramente escépticas. Si43 el escéptico gue habiendo un gran interés entre el público por todo lo relacionado con lo paranormal y lo inexplicado, y el desfile de reality shows televisivos en los que aparecen milagros, fantasmas, Bigfoot o médiums estimula mucho este apetito. Y la comunidad escéptica está cualificada y preparada como ninguna para rebatirlos. En una charla pregunté a los miembros de la audiencia cuántos de ellos acudían a su primer acto sobre escepticismo. La mitad de la gente en la sala -fácilmente cientos- levantó la mano. Entonces se me ocurrió pensar que estaba sucediendo algo que jamás había pasado antes. El muro que separaba al escepticismo y a la gente había disminuido significativamente desde el comienzo de Skeptrack en Dragon*Con. Cada año hay numerosas conferencias de escépticos en Estados Unidos en las que la asistencia también está aumentando. Tuve el placer de asistir al congreso mundial CFI 2009 y al Amazing Meeting de este año, y el numeroso público estaba entusiasmado. Nada puede compararse a estar en una sala con mil personas que piensan como uno mismo, sobre todo cuando se recuerda que hubo un tiempo en que uno se sentía solo. Pero mientras que a esos actos no podemos faltar, en ellos los asistentes siempre se reconocen como escépticos. Por otro lado, muchos de los que fueron a Dragon*Con nunca habían oído hablar del escepticismo. Tanto los periodistas como la gente en general mostraron alivio, excitación e interés ante este nuevo hallazgo de la comunidad escéptica. Algunos quizás tenían una remota idea de quiénes son James Randi, Paul Kurtz y Michael Schermer, pero la noción de que hay un movimiento en marcha no había cruzado sus mentes. Por ejemplo, si un entusiasta de Dragon*Con se interesa por las casas encantadas tanto como por La guerra de las galaxias, podría comprobar el horario de todos los actos relacionados con fantasmas y ver que había una conferencia de Ben Radford sobre poltergeist. Intrigado, asistirá a la charla, y aprenderá por primera vez el lado racional de la caza de fantasmas. Quizás siga creyendo en fantasmas al terminar la conferencia, pero la próxima vez que vea Cazafantasmas tendrá nueva información que podrá hacerle dudar sobre lo que de verdad sucede. Por supuesto, puntos de vista tan dispares en un mismo lugar pueden llevar a situaciones interesantes. En años anteriores, la charla, enormemente concurrida, Skepticks vs. Believers Smackdown (el choque de escépticos contra creyentes) mostró un plantel de escépticos bien conocidos debatiendo con creyentes igualmente bien conocidos. Mientras el debate se anima por momentos, ambos bandos tienen la oportunidad de contender en un ambiente que no existe ni en las convenciones de escépticos ni en las reuniones de seguidores de lo paranomal. Aquellos debates demostraron que tanto los creyentes como los escépticos aspiran al calificativo de "escéptico", ya que todos los integrantes del plantel eran escépticos hacia la mayoría de las afirmaciones de lo paranormal. Aunque esto es discutible, es importante observar que incluso los que pensamos que son casos perdidos, por tener creencias infundadas, aún valoran el pensamiento crítico. Quizás, simplemente, necesiten una enseñanza adecuada. el escéptico 44 Tristemente, "Smackdown" no ha tenido continuación debido a la falta de contertulios en el bando de los creyentes. Parece que no tienen interés en debatir sus creencias en lo paranormal, lo cual es muy revelador. Aunque es fácil para los escépticos proclamarse vencedores en este caso, es importante darse cuenta de la necesidad de interacción con los del otro lado. Tenemos la oportunidad poco común de estar de acuerdo en que el concepto de fantasmas es divertido y, al mismo tiempo, probar que el escepticismo puede ser divertido también. Aunque Dragon*Con nunca sustituirá nuestras tradicionales reuniones anuales, debería formar parte importante del circuito de convenciones porque nos permite hablar directamente a aquellas personas a las que no llegaríamos de otro modo. El ambiente de aceptación que reina brinda a ambos bandos una oportunidad para compartir puntos de vista con la confianza de no sentirse un bicho raro. Y quién sabe si nos encontraremos con que no somos tan diferentes como creemos. La nueva información debería engendrar nuevas opiniones, y tenemos mucho para compartir. Dragon*Con también nos muestra que los miembros de las tres grandes organizaciones de escépticos de Estados Unidos pueden trabajar hombro con hombro promoviendo el escepticismo. Aunque cada organización tiene su misión particular y su propio grupo de talentos, compartimos una causa común. No es ningún secreto que en el pasado aparecieron rencores y desacuerdos entre algunas personalidades, pero pienso que puede florecer una nueva generación de escepticismo -Escepticismo 2.0-. Dado que James Randi habló recientemente en el congreso mundial CFI y Joe Nickell y D.J.Grothe lo hicieron en Amazing Meeting 7, creo que podemos decir con seguridad que los desencuentros pasados se han dejado de lado, y que están surgiendo nuevas alianzas. Cada organización tiene sus puntos fuertes, y si se comparten de modo que no se debilite ninguno y se promuevan todos, el futuro del escepticismo sin duda es brillante. De hecho, parece inevitable. Tal vez en los meses y años venideros podríamos juntarnos para impartir conferencias o un seminario sobre escepticismo. Con ánimo, y un espíritu renovado de cooperación, quizás "la vela en la oscuridad" de Sagan se convierta en una gran llama, en un faro para la ciencia y el escepticismo en el mundo. 1-Jeff Wagg es el responsable de comunicación y difusión de la Fundación Educativa James Randi (JREF en sus siglas en inglés). El muro que separa el escepticismo de la gente está disminuyendo de forma significativa. primavera-verano 2013