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Sillón Escéptico Coordinado por Juan pablo Fuentes EL LIBRO NEGRO DEL PSICOANÁLISIS Vivir, pensar y estar mejor, sin Freud Catherine,Meyer Título Original: Le Livre noir de la psychanalyse. Vivre, penser et aller mieux sans Freud. Traducción de Segio Javier Di Nucci. Editorial Sudamericana. Buenos Aires, 2007. 650 páginas. Lo malo de las teorías infalsables es que, aunque suene a Perogrullada, son absolutamente imposibles de rematar por el pensador escéptico. Por más argumentos que tengas en contra de esas teorías, por más veces que fallen en lo empírico, siempre tienen un buen as en la manga para sacarlo en momentos de necesidad. Por eso, cuando empecé la lectura de El Libro Negro del Psicoanálisis, pensé que me iba a encontrar con otro sesudo volumen donde se me explicase, por enésima vez, por qué la teoría iniciada por Freud no es científica, atendiendo a sus ya consabidos fallos teóricos. Creí, mientras hojeaba las primeras páginas, que me aburriría sobremanera leyendo lo que ya sabía, pero me equivoqué. Portada original del libro (Editorial Sudamericana) después de su muerte, entrevistas con personajes que lo conocieron y que compartieron con él sus largas sesiones de discusión y, cómo no, se hace también una vuelta atrás a contemplar cómo sucedieron las cosas desde la perspectiva histórica. Este trabajo ha debido ser demencial, habida cuenta de que los partidarios del psicoanálisis siempre trataron de ocultar determinadas partes de su historia. Lamentablemente para ellos, el éxito obtenido a nivel social les ha hecho bajar la guardia, y se han publicado algunos textos de su fundador que no les hacen ningún bien. Sigmund Freud, así como Jacques Lacan y otros insignes maestros del psicoanálisis cuando dijeron Digo quisieron decir Digo, aunque después se empeñasen en decir que dijeron Diego. Trabalenguas aparte, comparando cartas privadas de Freud con sus textos nos encontramos con confesiones imposibles de sostener hoy: Freud confesando que presionaba a sus psicoanalizantes para que recordasen lo que habían olvidado o que no prestaba atención en sus sesiones; Lacan utilizando un lenguaje oscuro y barroco, con la única intención explícita de hacerse incomprensible, o los testimonios de gente 71 Es una disciplina que es tan pseudocientífica como peligrosa". El Libro Negro del Psicoanálisis está compuesto por artículos, entrevistas y pequeños textos recopilados por un grupo de profesionales de la salud mental, algunos de ellos antiguos psicoanalistas, otros integrantes de las ramas cognitivo-conductuales de la psicología y también neurólogos. Puede usted empezar a leer por donde quiera. La simple lectura lo irá guiando de un artículo a otro, de modo que resulta casi imposible leerlo en orden. Leer un artículo le hará querer saber más sobre un aspecto que se explica varios cientos de páginas más tarde, y luego volverá a otro artículo anterior inspirado por lo que haya leído en ése. No se moleste en leerlo en orden: déjese llevar. Los artículos están organizados en cinco partes, pero desde mi modesto punto de vista, se pueden resumir en tres, atendiendo a la crítica que se hace de tal disciplina. La primera crítica es de carácter histórico. Se señalan textos de Freud, cartas publicadas muchos años el escéptico que fue testigo de cómo fracasos estrepitosos fueron convertidos, por el arte de la propaganda, en éxitos del presuntamente genial profesor austríaco. Si es usted uno de esos críticos con el Psicoanálisis al que le gustan las anécdotas que pueda lanzar a la cara de algún partidario, no puede perderse esos artículos donde los trapos sucios de la escuela psicoanalítica, se muestran a la luz. La segunda crítica, sin perder la perspectiva de historiador de la pseudociencia, es de carácter más práctico: ¿está usted acudiendo a terapia y está harto de que pasen los años, y lleguen las facturas, sin notar ningún beneficio? ¿Quizá es usted de esos que, aunque reconocen lo absurdo de la teoría, le otorgan el beneficio de la duda asumiendo que tiene efectos probados a largo plazo en determinadas dolencias? En cualquier caso, le convendrá leer los artículos en los que se muestran las falsas hipótesis, mantenidas tenazmente a pesar de los fracasos; las mentiras publicadas conscientemente, las falsas terapias, el largo trabajo de desinformación llevado a cabo por los psicoanalistas para defenderse; el ataque constante a cualquier otra visión de la psicología y a la ciencia en general y, cómo no, las presunciones psicoanalíticas más controvertidas, especialmente las que atañen a la mujer. Tomen por ejemplo la acusación directa e innegable de que la madre siempre lo hace mal, que es el padre el que tiene que tomar las riendas de la familia, que los hijos siempre sufren por la ineptitud de sus madres. El psicoanálisis, no en boca de un psicoanalista cualquiera, sino en boca de sus más gloriosos maestros, acusa a la mujer de causar la esquizofrenia y el autismo, entre otras dolencias. Los tratamientos con cocaína y heroína, la tenaz resistencia al uso de fármacos de la que hacen gala de puertas hacia fuera y la medicación prescrita de puertas para adentro, son una muestra más de la doble cara de una disciplina que es tan pseudocientífica como peligrosa. nificados. Toxicómanos, autistas, esquizofrénicos, madres de éstos que pasaron el resto de sus vidas lamentándose por haber causado las enfermedades de sus hijos y familias enteras sometidas al duro destino de saberse culpables de su propio mal, son algunas de esas víctimas. Otras son las del mito de la Teoría de la Seducción: Sigmund Freud (Archivo) cientos de mujeres convencidas de que sus padres abusaron de ellas y cientos de padres lamentando haberlo hecho. Sin una sola prueba a favor, salvo la palabra del psicoanalista y la fe en un método que linda con lo chamánico en muchas ocasiones. Relatos desgarradores de personas que salieron del psicoanálisis, que vencieron esa presión por parte de su psicoterapeuta a sentirse mal, a no buscar soluciones, sino a perpetuar la sensación de misterio y dolor. El libro es extenso, y no todos los artículos están escritos conforme a lo que uno podría esperar desde un punto de vista escéptico. Algunos de los autores son psicoanalistas, pero disidentes de la línea principal de la disciplina, mientras que otros no son científicos, ni ejercen la psicología, sino que son personas comunes que se enfrentaron al psicoanálisis. Lo dicho: no busque en este libro pautas para convencerse de que el psicoanálisis es una patraña, porque no existen trucos para falsar lo infalsable. Lo más que puede hacer es leerlo para encontrar argumentos más que suficientes para concluir que se puede Vivir, pensar y estar mejor, sin Freud. Gabriel Gaosín En el libro nos vamos a encontrar los relatos de las Víctimas del Psicoanálisis que sufrieron la indolente brutalidad de tratamientos inútiles, durante años, engordando las filas de una legión de damnificados." Y, por fin, si de peligros hablamos, nos vamos a encontrar con lo más práctico y menos teórico de todo el libro: los relatos de las Víctimas del Psicoanálisis. Personas desconocidas, pero con nombres y apellidos, que sufrieron la indolente brutalidad de tratamientos inútiles, durante años, engordando las filas de una legión de damel escéptico 72 Divan original utilizado por Freud en Viena (Archivo)