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circo paranormal
que los crédulos tiraron el dinero de su apuesta. Dicho sea claramente, no dio ni una, lo que, supongo, no le impidió cobrar por su participación en el programa televisivo ni mermará la fe de sus seguidores. Sin embargo, no es Prado el único que arremete contra las letras. En el artículo titulado "Hipótesis de contacto", José Manuel Prieto afirma lo siguiente: "...y Giordano Bruno, ya en el medievo, fue llevado a la hoguera en Roma un 17 de febrero de 1660, porque él daba por sentado la existencia de innumerables soles, innumerables tierras donde habitaban seres vivos". Prieto está errado. Giordano Bruno no fue llevado a la hoguera en 1660, sino en 1600, y ese año no se considera como integrante del medievo por parte de ningún historiador. Por otra parte, según la sentencia contra Bruno leída en el palacio del Cardenal Madruzzi el 8 de febrero de 1600, las causas para su condena son muy numerosas e incluyen la negación por parte del acusado de que durante la comunión se produjera la transubstanciación o de que María fuera virgen. Así pues, afirmar que Bruno fue quemado por afirmar que existieran infinitos mundos habitados no pasa de ser una simplificación histórica excesiva. ¿Tiquismiquis? Creo que no. En los últimos tiempos se detecta que, junto a los ya habituales errores científicos, los escritos paranormales están plagados de fallos relacionados con las disciplinas humanísticas. Parece que, además de rechazar la ciencia oficial, algunos comienzan a propugnar una cruzada contra la lingüística oficial o la historia oficial. ¡Qué pena!
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¿Cirujanos plásticos tras los rayos en bola?
ohn Abrahamson y James Dinnis, de la Universidad de Canterbury, presentaron, el pasado 3 de febrero en la revista Nature, una nueva teoría para explicar el rayo en bola, un extraño fenómeno luminoso de forma esférica documentado desde la Edad Media y que -esto no lo decían los autores- puede estar detrás de algunos avistamientos de ovnis. Los expertos neozelandeses proponen un modelo según el cual el rayo en bola tendría su origen en particulas incandescentes de silicio lanzadas al aire después de que un rayo alcanza el suelo. "El modelo de los científicos predice -según Nature- que el calentamiento [de esa materia eyectada] por encima de cierta temperatura provocaría un final explosivo de la esfera esponjosa, mientras que con una temperatura menor la bola parecería fundirse y aparagarse". La teoría, que todavía está pendiente de comprobación experimental, explicaría la breve duración de este tipo de fenómenos y por qué son capaces de atravesar paredes, ventanas y hasta aviones. Ejemplo evidente de esto último podrían ser los llamados foo fighters, unas misteriosas bolas de luz que fueron observadas por los cazas aliados sobre Europa durante la Segunda Guerra Mundial. A juicio de Gerald K. Hubler, del Laboratorio de Investigación Naval de Estados Unidos, la hipótesis "unifica bajo un mismo paraguas teórico la gran mayoría de las propiedades del rayo en bola, así que creo que tiene bastantes posibilidades de ser la correcta". Pues, bien, la hipótesis de Abrahamson y Dinnis es ya antigua merced a un preclaro divulgador pseudocientífico español. Bruno Cardeñosa, que así se llama
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¿Tendrá algo que ver Pamela Anderson con los rayos en bola?
este genio de la ufología ibérica, dedicó al descubrimiento de los científicos neozelandeses un asombroso comentario en el programa La Rosa de los Vientos, de Onda Cero, el pasado 10 de febrero. Tras afirmar cosas como que Nature volvía a aproximarse científicamente a los ovnis -no hay ninguna referencia a los ovnis ni en el texto de Abrahamson y Dinnis ni en otro de Hubler, hizo su particular interpretación de la nueva teoría. Así, explicó, ante el entusiasmo del director del programa, Juan Antonio Cebrián, que los rayos en bola son en realidad "esferas de silicona sucias". Impresionante. Me inquieta pensar que alguien tan riguroso como Cardeñosa sea de los que traducen Silicon Valley como Valle de la Silicona. La ignorancia es osada; pero
el escéptico
(Invierno 2000)
circo paranormal
no creo que ése sea el caso de nuestro protagonista. Sospecho que Cardeñosa ha querido sacar sutilmente a la luz el procedimiento secreto usado por los cirujanos plásticos para deshacerse de los -explosivos- implantes de silicona de Pamela Anderson y compañía. ¿O no?
L.A.G.
Los cazafantasmas se moderizan
osé Nicasio Tovar escribe, en http://www.arrakis .es/~layuli/biomasa.htm, un artículo glosando las excelencias de un artefacto de su invención: el biomasa, el detector de fantasmas. Como otros grandes descubrimientos de la humanidad, el biomasa nace por casualidad. "La existencia del biomasa es algo casual, nunca se proyectó como tal ni para este fin, en su principio tenía que formar parte de un detector que curiosamente se le asignó el nombre de biomasa, su misión era el contar todo organismo viviente que se cruzara en sus proximidades,o bien para contar personas en el paso por una puerta, pero dicho aparato contaba de más, o bien ignoraban a ciertas personas activándose por otras incluso a distancias considerables", dice su inventor en un peculir estilo literario que hemos optado por respetar. Lógicamente, ante tan poco prometedores comienzos, el biomasa fue arrinconado hasta que "al pasar los años un día un parapsicólogo me preguntó si tenía algo que detectara fantasmas, acordándome de dicho detector al que yo llamaba detector de biomasa le prepare uno en una pequeña cajita y se lo entregue". ¡Bingo! El biomasa demuestra su efectividad para localizar lugares propicios para realizar psicofonías. A partir de esta afortunada intuición, Tovar comienza a perfeccionar su in-
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vento: "El biomasa es tan sensible que la antena era considerada innecesaria, pero por consejo de algunos usuarios el biomasa incorporó primero un pequeña antena enchufable y finalmente una antena telescópica, el tamaño de la antena era lo de menos". Quizá si algunos clientes así lo aconsejan, el próximo modelo de biomasa incorpore unas castañuelas, un botijo o un traje de lagarterana con todos sus accesorios. Serán tan innecesarios como las antenas; pero quedarán mucho más folklóricos. Además de complacer a su clientela, el inventor se preocupa por encontrar utilidades a su artefacto que, como veremos, exceden a todas sus expectativas. En un párrafo auténtico ejemplo de precisión científica que, a no dudar, será estudiado en años venideros en las principales universidades del mundo, Tovar nos dice que "se sabe de médicos que lo utilizan ignoramos cómo para detectar enfermedades en el cuerpo, y de algunos radiestesistas para detectar no se qué líneas de fuerza, no sé el nombre exacto pero sonaba a líneas hamas..." Sin embargo, Tovar demuestra que el verdadero científico es siempre escéptico y se plantea dudas: "Para asegurar que un detector de biomasa funciona yo tenía que provocar una carga electrostática por frotamiento, por tanto a pesar de tantos comentarios positivos, y el envío de cintas con psicofonías yo tenía mis dudas de que si aquel aparato detectara
realmente espíritus, presencias, etcétera". Seguro que algún malvado lector de ésos que no tienen su mente abierta se está preguntando qué tiene que ver la electrostática parte de la física que estudia los fenómenos de la electricidad en reposo- con la detección de fantasmas. La respuesta es obvia como Tovar demuestra a continuación. Si alguien lo duda, lea la siguiente experiencia que no dudamos en calificar de asombrosa: "Entonces un día observe que si tenías un biomasa sujeto con las dos manos, y lo activabas mediante un ligero frontamiento en su lateral y una vez activada la aguja si empiezas a respirar profundo y a soltar todo el aire, entonces la aguja se mueve, y puedes bajar subir la aguja con la respiración, electricidad electrostática que se produce al respirar". Portentoso, este aparato detecta la electrostática que se produce al respirar (?) y detecta espectros, ergo los fantasmas respiran. No queremos más que apuntar alguna de las consecuencias que podrían derivarse de este fascinante descubrimiento: los olores que acompañan a algunas apariciones espectrales podrían ser debidas a la halitosis del difunto, las corrientes gélidas que dicen sentir los testigos estarían ocasionadas por la expiración del fantasma, que, lógicamente, después de llevar muerto unos cuantos años es sensiblemente más fría que la de los vivos...
Escena de la película Los Cazafantasmas.
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