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Caitlin Brain y la Doctora Krissy Wilson investigan la creencia en la astrología: o confusión cognitiva? ¿Complicidad cósmica está relacionado con el autoengaño de una persona, que es fruto de sus éxitos o de sus aciertos, y afecta a como esta ve la situación y atribuye responsabilidades (Shepperd, Malone & Sweeny, 2008). De acuerdo con la teoría, una persona se atribuirá los éxitos y echará la culpa de los fracasos a factores externos o circunstanciales. Las investigaciones relativas a la creencia en la astrología han mostrado de manera clara que las personas tienden a aceptar predicciones vagas sobre su personalidad como si realmente se refieran a ellas (ej. Frech et al., 1991; Hamilton, 2001). Esta tendencia, conocida como `Efecto Barnum', se da independientemente del origen de la información (ej. astrología, lectura de la palma de la mano) o de la credibilidad de la fuente, y es independiente de factores tales como los conocimientos sobre psicología, la edad o el sexo (Rosen, 1975; Dmitruk, Collins & Clinger, 1973). Forer (1949) presentó a un grupo de personas, sin advertirles de nada previamente, un perfil acerca de su personalidad que aparentemente estaba personalizado para cada una de ellas. Después pidió a cada sujeto que evaluara cuánto revelaba el texto sobre la personalidad (0=muy mal-5=perfecto) y al final que puntuara cuánto coincidía la descripción con su propia personalidad con valores de si, no e indeciso. Al final, alrededor del 75 por ciento de los participantes puntuó el texto con una nota de 4 o superior. Además Glick, Gottesman y Jolton (1989) descubrieron que tanto escépticos como creyentes en la astrología aceptan perfiles astrológicos falsos siempre que estos tengan un carácter positivo, y que ante un perfil falso, ambos grupos dan medianamente por válida la descripción que haga de ellos (Rogers & Souler). Las investigaciones han concluido que las predicciones de personalidad que aporta la astrología occidental no son válidas para predecir la personalidad; sin embargo, no han considerado aún si otro tipo de predicciones dan los mismos resultados. El zodiaco chino es un método oriental de otoño 2014 A pesar de la evidencia científica que niega la influencia astrológica como predictora de eventos futuros o de la personalidad humana, la creencia en la astrología parece ir en aumento. ¿Cómo podemos explicar esa férrea y extendida fe en algo que para los escépticos son solo pamplinas?.¿Nos dicen los astrólogos simplemente lo que queremos oír, o hay algo más cerebral en el asunto?¿Es la astrología un caso de complicidad cósmica o una confusión cognitiva? Este artículo repasa algunas de las muchas razones psicológicas, emocionales y motivacionales por las cuales la gente tiene fe en la astrología y cree encontrar aciertos en sus predicciones, según un estudio reciente que propone que la creencia en la astrología puede actuar como una especie de `colchón' frente a los rigores de la vida moderna. Un foco de atención que ha surgido en los últimos años es examinar el papel que desempeñan los factores cognitivos implicados en la creencia, en especial la importancia de los sesgos cognitivos. Estos sesgos explican por qué cometemos errores a la hora de emitir juicios cuando procesamos información deficiente. Están, aparentemente, en todas las áreas de la experiencia humana y son ejemplos de los errores que pueden cometer el cerebro y la memoria cuando procesamos información del mundo que nos rodea. Para explicar la creencia en la astrología son de un especial interés el sesgo de confirmación, el sesgo de autoservicio y el efecto Barnum. El sesgo de confirmación es un error inferencial, cuando una persona busca e interpreta información que apoya sus propias creencias o expectativas (Nickerson, 1998). Este tipo de sesgo es muy fuerte y tiene mucha influencia, animando a una persona a rechazar o, cuando menos, a restar importancia a la información que contradice sus creencias o expectativas actuales. El sesgo de autoservicio el escéptico 44 interpretar entidades astrológicas y es similar al método occidental (Lau, 2005). El zodíaco chino consta de 12 signos, y la pertenencia a uno u otro la determina el año de nacimiento. Los doce símbolos están representados por animales, como el buey por ejemplo, se basan en los meses lunares y aparentemente están más orientados a la personalidad que los signos solares de la astrología occidental. Utilizando grupos de chinos y de occidentales, Rogers y Soule (2009) investigaron las diferencias culturales en las creencias astrológicas y en la influencia del efecto Barnum sobre éstas. Rechazaron la teoría de que los sujetos son más vulnerables al efecto Barnum cuando las predicciones proceden de su porpia cultura que cuando vienen de una ajena. Por el contrario, sugirieron que a todos los participantes, independientemente de su cultura, les afecta por igual el efecto Barnum.Al igual que la astrología occidental, a los animales del zodiaco chino se los describe con rasgos de personalidad que se asocian a cada uno de los doce signos (Arcati, 1995). Estas descripciones personales se parecen a las de la astrología occidental en que ambas incluyen características positivas y negativas para cada signo. Por ejemplo, el conejo se supone que es elegante, amable y sensible, pero también que tiene mal humor, es distante y superficial (Lau, 2005). Dada la ubicuidad de las descripciones de la astrología occidental, puede resultar útil emplear métodos alternativos, como las predicciones del zodiaco chino, para analizar el sesgo cognitivo. Esto debería evitar que cuando una persona compara la descripción de su personalidad con lo que sabe de su signo zodiacal interfirieran los procesos subyacentes de su memoria. Algunos investigadores sugieren que la creencia en la astrología y los fenómenos paranormales asociados puede servir como protección de la autoestima (Llilqvist & Linderman, 1998). Snyder, Shenkel y Lowery (1977) estudiaron la realización de tests de personalidad durante una sesión de terapia, y advirtieron que las personas con otoño 2014 autoestima más baja tienen más tendencia a aceptar información en general y a sufrir sesgos cognitivos que quienes tienen mayor autoestima (Rogers & Soule, 2009). Es decir, uno busca información que le permita consolidar lo que piensa de sí mismo (Cummins & Nistico, 2002) y eso puede llevarle a cometer errores en los procesos cognitivos (como aceptar información vaga y generalizada; Collins, et al., 1997). Hayman y sus colegas estudiaron el efecto de la espiritualidad sobre el estrés cotidiano y la autoestima en un grupo de estudiantes americanos. Sus resultados indicaron que la espiritualidad amortigua los efectos que el estrés produce en la autoestima. Sugirieron además que la gente que posee una fuerte espiritualidad, puede recurrir a actividades espirituales como mecanismo de defensa (por ejemplo, la meditación) y que creer en un poder superior puede proporcionar certeza en situaciones de incertidumbre (Hayman et al., 2007). Según el sesgo de autoservicio, una persona se atribuirá los éxitos y echará la culpa de los fracasos a factores externos o circunstanciales. 45 el escéptico Además, las investigaciones han mostrado que preferimos las descripciones que nos definen de forma positiva a las negativas y esta preferencia es mayor en las predicciones astrológicas (Hamilton, 2001; French et al., 1991). La preferencia por los datos positivos parece ser también un mecanismo de protección de nuestra autoestima y funciona de manera similar al sesgo de confirmación (Cummins & Nistico, 2002). Lliqvist y Linderman (1998) estudiaron la creencia en la astrología y el concepto que uno tiene de sí mismo, para determinar si aquella era una estrategia apta para lidiar contra el estrés diario. Encontraron que la información astrológica hacía más solida la opinión que uno tiene de sí mismo y reduce la incertidumbre en su vida. Los autores indicaron que este efecto puede deberse a que las descripciones astrológicas de la personalidad aparentemente se hacen de forma individualizada, con información que es aplicable a muchas personas y que parece reforzar el conocimiento de uno mismo en tiempo de crisis o de estrés (Lliqvist & Llinderman). Presentaremos ahora los resultados de un estudio que aborda algunos de estos temas. Ciento sesenta y nueve residentes de Tazmania, 113 mujeres y 56 hombres, participaron en un estudio. Su edad media era de 35 años (en un rango desde los 18 a los 87), y tenían niveles educativos y socioeconómicos diferentes. Se les pidió que valorasen el acierto de perfiles astrológicos auténticos e inventados, la validez de un perfil de la astrología china y completaron dos medidas de creencia. Con cuestionarios sobre signos solares hechos específicamente para este estudio se investigó hasta qué punto los participantes estaban de acuerdo con sus perfiles astrológicos. Estos cuestionarios se crearon empleando las descripciones de personalidad de Thiessen (2009) obtenidas de www. astrology-online.com. Las diferentes cuestiones se crearon compilando descripciones de dos tipos. Había tres descripciones positivas y tres negativas. Los participantes valoraron a qué nivel creían que las afirmaciones coincidían con su personalidad empleando una escala de 7 puntos al estilo Likert (1=no se parece en nada; 7=se parece mucho). Los participantes evaluaron en la misma escala, qué nivel de predicción, acerca de su personalidad en general, ofrecía el perfil. Se crearon dos predicciones de la personalidad, una `cierta' y una `falsa'. La falsa fue creada usando el signo anterior al real de la persona (por ejemplo, un perfil para el signo de escorpio se creó a partir del perfil del signo sagitario, etiquetándolo como escorpio). Las predicciones del zodiaco chino se crearon tomando afirmaciones, de dos tipos también, de Lau (2005). Existían 3 afirmaciones positivas y 3 negativas por perfil y se pidió a los participantes que las valoraran empleando la misma escala de 7 puntos. Se tenía la hipótesis de que el nivel de autoestima fuese un factor que afectase el nivel de creencia en la astrología; por lo que los participantes también realizaron un test para medir su autoestima. Se encontró que los participantes no puntuaron el perfil `verdadero' por encima del `falso'; es más, los creyentes en la astrología no puntuaron tampoco la predicción realizada por el zodiaco chino como mejor que los no creyentes. Sin embargo, los que valoraron la astrología como algo preciso, valoraron también la predicción el escéptico 46 realizada por su signo zodiacal solar `verdadero', significativamente, como más acertado que aquellos que no lo hicieron. En todos los perfiles, la gente mostró mayor tendencia a aceptar las afirmaciones positivas (por ejemplo, soy amistoso y feliz) frente a las negativas (soy egoísta). Finalmente, los niveles de autoestima no fueron mucho mayores en los creyentes comparados con los no creyentes. En línea con estudios anteriores (Rogers & Soule, 2009; Glick et al., 1989), los participantes no valoraron como más preciso el perfil `verdadero' frente al `falso'. Los resultados de este estudio coincidieron con los de Wyman y Vyse (2008), en el cual los sujetos no fueron capaces de reconocer la predicción `verdadera' frente a la `falsa'. En el estudio, se pensó que emplear predicciones actuales para el perfil `falso' ayudaría a investigar la validez de las predicciones astrológicas de la personalidad. Si estas fuesen ciertas, la gente tendería a valorar las predicciones `ciertas' por encima de las `falsas' y a su vez, tendería a rechazar, comparativamente, las predicciones `falsas'. Los resultados indican que el uso de predicciones actuales no afecta a la susceptibilidad al efecto Barnum, ya que los participantes no prefirieron los perfiles `ciertos' frente a los `falsos'. Esto apoya los resultados de investigaciones anteriores, la gente muestra buena voluntad para aceptar información Barnum como descripciones fieles de ellos mismos (Wyman & Vyse, 2008). La confianza en el zodiaco chino no estaba influenciada por la creencia en lo paranormal, por un conocimiento previo del signo zodiacal o por que los participantes recibieran una predicción cierta o falsa. El conocimiento previo del signo zodiacal chino por parte del sujeto no incrementó el nivel de confianza por la predicción. Los participantes, en consecuencia, podían haber experimentado sesgo de confirmación. Es decir, que los sujetos que recibieron un perfil `falso' estaban esperando que este se ajustara a su personalidad y que por lo tanto aceptaran la información (Nickerson, 1998). La ausencia de discrepancias entre los creyentes y los no creyentes frente a la confianza en las predicciones del zodiaco chino sugiere que las personas, independientemente de sus creencias referentes a lo paranormal, están de igual manera sujetas al efecto Barnum y al sesgo de confirmación. Las investigaciones han mostrado que preferimos las descripciones que nos definen de forma positiva a las negativas y esta preferencia es mayor en las predicciones astrológicas. otoño 2014 Los resultados apoyan también a Rogers y a Soule (2009), quienes sugirieron que el efecto Barnum podía ser demostrado a través de las predicciones astrológicas occidentales y orientales. Tanto los escépticos como los creyentes en lo paranormal ofrecieron el mismo nivel de confianza para las predicciones del zodiaco chino (Glick et al., 1989), y este resultado no se vio influenciado por el conocimiento previo del sigo zodiacal por parte de la persona. Por lo tanto, parece ser que un conocimiento previo del signo zodiacal solar puede incrementar el respaldo de afirmaciones que se ajusten a este conocimiento previo. Este respaldo puede después reforzar la creencia en la astrología. Parece ser también, que los creyentes tienden a buscar afirmaciones que apoyen el conocimiento previo que tienen de ese prefil astrológico, y darán mayor crédito a estas que las personas que rechazan la astrología. En la misma línea que otras investigaciones anteriores (por ejemplo, Collins et al., 1977), la gente se inclinó por la información positiva a la hora de buscar similitudes con su personalidad, frente a la información negativa. Este efecto se mostró en todos los experimentos realizados, tanto el perfil verdadero occidental, como el perfil occidental falso, como la predicción del zodiaco chino. Los resultados, por lo tanto, confirman las investigaciones de Hamilton (2001) y de Wyman y Vyse (2008), la gente tiene predisposición a aceptar afirmaciones astrológicas positivas sobre ellos mismos frente a las negativas. Podemos concluir, no sin cierta cautela, que, para ciertas personas, la astrología proporciona información positiva que pueden emplear para lograr un mayor entendimiento de sí mismas, y la creencia en esta puede, por lo tanto, ser un modo de mejorar el concepto que tienen de sí mismas. Esta investigación puede ser la mecha para discusiones posteriores sobre el entendimiento de la creencia y como esta está relacionada con la experiencia en la sociedad moderna. Miller y Thoresen (2001) reconocen el deseo de muchas personas de tener una mejor salud, sensación de buscar sentido a la vida y de satisfación. El aumento de artículos sobre la creencia en lo paranormal puede significar que la gente está tratando de encontrar ese sentido en campos no tradicionales (Sparks & Millers, 2001). Miller y Thoresen reconocen que la investigación científica ha pasado por alto en gran media la satisfación humana y que futuros estudios deberían considerar que es lo que nos da esa sensación de sentido, de satisfacción, experiencias positivas y que nos hace la vida más rica. Las predicciones astrológicas poseen, como dijo PT Barnum, "un poco de algo para todos" lo que podría explicar esa creencia residual en la astrología cuando el resto de factores están justificados. Parece ser que si la gente es capaz de ver algo acerca de ellos mismos en una predicción, se sentirán atraidos a confiar en ella. Esta investigación también remarca el hecho de que la gente no basa su sistema de creencias en evidencias, la lógica o la razón. Traducción de Aitor Pérez Iturri e Inmaculada León otoño 2014 47 el escéptico