Recomendamos la lectura de este artículo en formato pdf, respetando su maquetado original.
Para ello pinche en la imagen de la primera página que aparece arriba.
Para facilitar su difusión, proporcionamos también la versión del artículo en html y texto, pero tenemos que advertirle que su extracción ha sido realizada por herramientas automáticas y puede que no conserve completamente la composición original.
Texto plano (desmaquetado) del artículo : Mostrar el texto plano (segunda vez esconde)
etc., para observar e interpretar la realidad. Esto nos iguala
a todas las personas, seamos como seamos, lo que forma
parte esencial no solo de la democracia, sino de la manera
en que entendemos los derechos y libertades actuales. Por
el contrario, lo espiritual o religioso, que alimenta los valores de los que hacen gala estos grupos sectarios cuando
trascienden lo meramente sensorial y emocional tratando
de buscar verdades en lo «desconocido», basa todo su argumentario en algo irracional. Estas verdades o creencias
irracionales están sujetas a la fe subjetiva de cada persona
y cada credo; que, a su vez, contiene sus propias verdades particulares. Sin duda, desde el racionalismo del siglo
XVII, en el que se impone lo que conocemos como ciencia,
ha llovido mucho; y también le han llovido muchas crÃticas
a esta última. Sin embargo, forman parte del proceso de
maduración que nos ha traÃdo a nuestra actual forma de entender el mundo; también, por supuesto, a través de nuestro
método cientÃfico, que nos acompañará a través de toda la
historia que a la humanidad le queda. Pero eso no va a negar el valor intrÃnseco del método cientÃfico y de la realidad
interpretada gracias a él, por mucho que sus resultados (el
conocimiento cientÃfico) nunca sean del todo definitivos.
De la misma manera, no va a negar este proceso lo oscurantista que resultarÃa supeditar nuestro conocimiento y su
desarrollo a través de la historia a la imposición de la fe.
En resumen, vistos estos argumentos, entendemos que,
desde una perspectiva pública, hay elementos suficientes
para suscitar un nuevo debate en torno a los grupos sectarios. Asà podrÃamos trazar el siguiente paralelismo: de la
misma forma en que, en la actualidad, para la mayorÃa de
la sociedad española nos parece acuciante una discusión
en torno al marco polÃtico en el que nos desenvolvemos,
entendemos necesario otro igual que actualice el fenómeno
religioso, y especialmente el de estos grupos minoritarios,
una vez que la Transición y su contexto van quedando atrás.
Mar Ramos Lorente (2006) Nuevos Movimientos Religiosos en España: Contexto y análisis del proceso de afiliación
y desvinculación de sus miembros. Tesis Doctoral. Pág.
180.
2
La clasificación de los diferentes tipos de paÃses según
su grado de intervención aparece en: Pedro Castón Boyer,
MarÃa del Mar Ramos Lorente (2009) «Modelos de implantación de las sectas en la Unión Europea». Sistema: Revista de ciencias sociales, 211, págs. 3-40
3
Véase, Souto Paz, José Antonio (2005) La transición polÃtica en España y la cuestión religiosa. Osservatorio delle
libertà ed instituzione religiose.
http://www.olir.it/areetematiche/103/documents/Souto_
Transicion.pdf
4
En referencia a los diferentes actores favorables e impulsores del cambio polÃtico dentro de la Iglesia Católica española, véase: Pablo MartÃn de Santa Olalla Saludes (2004)
La Iglesia durante la Transición a la democracia: Un balance historiográfico, Actas del IV Simposio de Historia Actual.
Logroño, 2002. Instituto de Estudios Riojanos: pp. 353-370.
1
otoño 2016
43 el escéptico