Nº 15 - Del Editorial (Enero 1990)"Quiero hacer una pequeña reflexión sobre el diferente comportamiento entre la ciencia y la pseudociencia. En el caso de la fusión fría, Pons y Fleischman anunciaron su descubrimiento, sensacional, pero que podía enmarcarse dentro de las leyes conocidas: la fusión se llevaba a cabo debido a la enorme presión que creaban núcleos de deuterio en un electrodo de paladio. Rápidamente la ciencia puso en marcha sus mecanismos autocorrectores. (...) La ciencia no se ha dejado convencer por un anuncio sensacional hecho por unas personas muy respetadas en su especialidad científica. La ciencia no se ha dejado convencer por el argumento de autoridad. La ciencia ha aplicado sus mecanismos autocorrectores. Para que ello haya sido posible ha sido absolutamente preciso que la experiencia fuera repetible. Repetible. He aquí una característica básica de la ciencia experimental. ¿Qué ocurre con la parapsicología? Que no es repetible. Los experimentos hechos en un laboratorio nunca se han podido trasladar a otros. En el caso de la fusión fría, el fracaso de las repeticiones ha provocado que el experimento se considere un error. En parapsicología jamás ocurre eso. Un experimento que dé buenos resultados aparece como definitivo, aunque nadie sea capaz de repetirlo. (...) ¿Y qué ocurre con la ufología (estudio de los ovnis)? Aquí todavía el tema es mucho más triste (...) En "ufología" no sólo es imposible la repetición y la entrada de los mecanismos de autocorrección que tiene la ciencia, sino que el único argumento es el de autoridad: lo estudió el gran fulanito y no hay duda de que es extraterrestre." |
Tras leer estas acertadas palabras, quizá alguno se sorprenda al descubrir que todavía hoy existen decenas de supuestos científicos que defienden la realidad de la fusión fría (sin olvidar a parapsicólogos y ufólogos). Y es que, con la facilidad de acceso que ofrecen nuevas tecnologías como Internet, esos Galileos de pacotilla pueden permitirse apelar a su papel de víctimas de la inevitable conspiración invisible para seguir engañando a los ingenuos suficientes como para continuar "viviendo del cuento".
En otros aspectos, esos mismos avances (fundamentalmente informáticos y de telecomunicaciones) han permitido solucionar uno de los problemas domésticos señalados por Ares de Blas en otra parte de su editorial: la escasez de ilustradores para la revista. Aunque creo que, como entonces, sería bueno aumentar las dosis de humor en su contenido. ¿Algún voluntario?
En este mismo número tenemos una muestra del por aquel entonces incipiente universo de posibilidades: una inel escéptico 12 vitación una tertulia electrónica bajo el nombre "Ciencia, Pseudociencia y Humanismo" para comentar temas habituales en LAR gracias a la red telemática SPRITEL
La gran novedad de esta entrega de nuestro boletín aparece en la portada. En ella se muestra a toda página el logotipo ganador del concurso de ideas. Su autor era Xabier Domínguez, y su lupa escéptica nos acompañaría durante muchos años.
De Francia, de nuestros colegas de "Cahiers AFIS", nos llega un trabajo que nos habla de un ovni muy peculiar: una supuesta avioneta o ultraligero que habría evolucionado sobre los cielos de París en el verano de 1988. Por una vez, como se comenta en el subtítulo, habría sido oportuno que, en vez de hacer el ridículo, las autoridades hubieran acudido a los ufólogos serios (como Dominique Caudron, la autora) y se habría evitado la psicosis provocada. Naturalmente, el supuesto aeronauta, bautizado por la prensa como "el barón Negro" jamás existió.
Este ejemplar también incluye un par de ejemplos de algo que se echa en falta últimamente: la investigación de campo. Una nota breve de apenas dos páginas nos revela la realidad sobre un supuesto milagro en la localidad alicantina de La Romana, donde un almendro abandonado en un solar empezó a desprender por su tronco un líquido rojo bastante llamativo. Por otro lado, el grupo APEIRON de Córdoba nos cuenta su investigación de las andanzas de un "contactado" local, un tal Manuel Mensua Oriol, presidente de la recién formada Agrupación Cordobesa de Investigación OVNI, por suerte de corta duración y menor repercusión.
Un artículo de Jesús Martínez Villaro comenta las más recientes declaraciones sobre la Sábana Santa (que no últimas, porque todavía sigue el asunto en la palestra y en 2010 se volvió a exhibir en todo su esplendor y sin el menor pudor en la catedral turinesa). Por un lado, el "ufoteólogo" J. J. Benítez descalifica a Walter McCrone (quién señaló el fraude a los miembros del equipo STURP incluso antes de conocerse los resultados del Carbono 14) con una de sus argumentaciones falsas habituales: McCrone habría actuado por resentimiento al ser rechazado por dicho equipo de investigadores. Lo que J.J. olvida es que fueron precisamente los miembros del equipo STURP quienes lo contrataron por su valía profesional, que no pusieron en entredicho hasta que no se encontraron con los resultados que no querían... respuesta corriente también en el mundillo ufológico, como bien sabe el propio Benítez. Las únicas aportaciones científicas admisibles son las que confirman las creencias de los peticionarios. Por ello, las argumentaciones de un sindonólogo romano llamado Walter Maggiorani para defender lo indefendible merecen recordarse: "Los núcleos del carbono 13, englobando cada uno un neutrón lento y pesado procedente de un cuerpo en resurrección, habrían aumentado de volumen llevando su propia masa a 14". ¡Y se queda tan tranquilo!
Encontramos las secciones habituales de crítica de libros y de recomendaciones de lecturas escépticas. En el apartado de cartas de los lectores encontramos una de las primeras apariciones firmadas de Jordi Ardanuy quejándose (con razón, desde mi punto de vista) por el tono visceral de muchos de los artículos de la revista que impediría acceder a más lectores potenciales. Un ejemplo podría ser la respuesta de ¡3 páginas! a un reciente suscriptor que se quejaba porque alguien había calificado su especialidad como pseudociencia: era psicólogo psicoanalista y seguidor de Freud.
Resulta descorazonador comprobar como hace veinte años Luis Angulo presentaba un minucioso y revelador artículo sobre el "agua bendita de la homeopatía" y no sólo no hemos avanzado nada, sino que ahora hasta existen cátedras de Homeopatía en alguna universidad española de cuyo nombre no quiero acordarme. Muchas veces, se me ocurre que somos unos infelices Don Quijotes luchando contra molinos de viento (léase, sin contenido real) convertidos en gigantes invencibles por la poca racionalidad de nuestra sociedad moderna.
Ya que hablamos de escritores de nuestro Siglo de Oro, otro de ellos, Francisco de Quevedo y Villegas, hizo una nota satírica muy oportuna sobre la Quiromancia (en su obra "Rosa festiva y satírica"), reproducida en dicho número de LAR y que merece la pena rescatar aquí para terminar:
"Todas las rayas que vieres en las manos, oh curioso lector, significan que la mano se dobla por la palma y no por arriba, y que se dobla por las junturas; y por eso están las grandes en las coyunturas, y desas, como es cuero delicado, resultan las otras menudas. Y para ver que esto es así, mira que el pescuezo y frente, caderas, corvas y codos y sangraduras y nalgas, por donde se arruga el pellejo y en las plantas de los pies hay rayas. Y así había de haber, si fuera verdad (como hay quirománticos), nalguimánticos y frontimánticos y codimánticos y pescuecimánticos y piedimánticos".
Walter C. McCrone (Foto: www.forensicevidence.net/)