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Dossier El Ser Creativo Jorge J. Frías Durante los días 21, 22 y 23 de octubre de 2010 se dio cita en el Palacio de Congresos y Exposiciones de Málaga un variado plantel de personajes destacados del mundo de la ciencia, la tecnología, el humanismo, la política, los medios de comunicación y las asociaciones no gubernamentales, reunidos con el objetivo de presentar, en veintiún minutos, aquellas ideas que pudieran cambiar el mundo. Con tan ambiciosa intención, el presentador Manuel Campo Vidal fue llamando al estrado con una estética de ring de boxeo a « 24 mentes brillantes», entre las que se encontraban los premios nobel Mario Molina y Jody Williams, y nombres tan conocidos como Eduardo Punset, Carl Honoré, Allan Pease, José Antonio Marina, Helen Fisher, Aubrey de Grey, Bernard Henri-Lèvy o Michio Kaku. Las ponencias se complementaron con debates como el moderado por Javier Armentia, demostraciones informáticas y el espectáculo de Juan Soler «el poder de la mente». El revuelo El palacio de congresos se llenó para la inauguración. El aforo estaba abarrotado con ponentes, fuerzas vivas de la ciudad, público y medios de comunicación. Se habían cumplido las expectativas generadas a raíz de la tremenda campaña publicitaria, basada en las provocativas frases que acompañaban a los ponentes, y a su eslogan 21 minutos para cambiar el mundo; sobre todo en una ciudad como Málaga, que no está acostumbrada a este tipo de eventos. Los medios de comunicación estuvieron atentos a las apariciones estelares de los ponentes más conocidos o controvertidos: Eduard Punset, quizás el más conocido, Aubrey De Grey, que sufrió un acoso inusitado de la prensa, José Antonio Marina, etc. Estaban buscando esa frase, ese gesto en la foto, ese espectáculo... Juan Soler junto al organizador del congreso Joaquín Zulategui con la revista El Escéptico. Un gran poder conlleva una gran responsabilidad No cabía duda de que lo que dijeran los ponentes allí convocados iba a tener un eco tremendo entre el numeroso público. Sus palabras se iban a convertir en titulares de periódicos, y noticia en radio y televisión. Conocedores de ello, y de la heterogeneidad del aforo, algunos ponentes pusieron gran esmero en su discurso, apelando al rigor, como hizo Mario Molina con su exposición sobre el cambio climático. Este necesario afán divulgativo se agradeció también con Jody Williams y Carl Honoré, pero llegó a su extremo en la ponencia de Eduard Punset, que estuvo hablando de demasiadas cosas de forma inconexa, aunque fue muy aplaudido por un público ávido de sus conocidas frases. Pero la divulgación mal realizada es un mal menor, considerando el predicamento que tienen algunos oradores cuyas ponencias eran muy esperadas por las afirmaciones extraordinarias que las anunciaban; comenzando por la esperada aparición del gerontólogo Aubrey de Grey, cuya imagen había sido utilizada en los carteles de publicidad subrayados con la frase «En el futuro viviremos 1000 años». Su afirmación se basa en una idea plausible, el intento de actuar sobre las células antes de que el metabolismo dañe el propio organismo con su acción, y no como en la actualidad, en que solo podemos paliar esta afección. Por ello estas personas de mil años tendrían una salud y aspecto mejores que aquellas que superen el centenar de años de esperanza de vida siguiendo la medicina actual. Pero el despropósito comienza porque no sabemos cómo se podría llevar a cabo, por mucho que de Grey - y su empresa - quiera vendernos la moto de sus costosísimos productos. De lobo con piel de cordero también estuvo disfrazado Shmuley Boteach, rabino judío famoso por sus libros Sexo Kosher y Adulterio Kosher. Su exposición se asemejó a un 31 el escéptico una retahíla de metáforas en la práctica, como si fueran acertijos a interpretar al gusto del oyente, poco beneficiadas además por el problema de la traducción simultánea del chino. Solo un apunte más. Mientras que José Antonio Marina tuvo la certeza de aclarar que, cuando hablaba de procesos inconscientes, nada tenía que ver con las tesis de Freud. Bernard-Henri Lévy no pudo evitar citarlo, junto a Lacan, para apoyar su discurso sobre la libertad; un borrón - por otro lado previsible - del francés, que tuvo algunos momentos brillantes en su exposición sobre el conflicto de Oriente Medio y la libertad. Debates y cucharas Los asistentes tuvieron el aliciente de poder realizar preguntas escritas en cartulinas que luego fueron seleccionadas y formuladas a los ponentes en los debates. Estos discurrieron con normalidad en la mayoría de los casos, debido sobre todo a la conformación de las mesas. Incluso los responsables de empresas pujantes como Google y Apple estuvieron alabándose mutuamente. Sin embargo, la mesa sobre la existencia de Dios aportó el momento más tenso del congreso. Bajo la moderación de Javier Armentia, fueron convocados el químico Mario Molina, el rabino Shmuley Boteach, la escritora Corinne Maier e Ingrid Mattson, presidenta de la Sociedad Islámica Americana. Antes de comenzar, el propio Armentia hizo una exposición sobre los argumentos en contra de la existencia de Dios y señaló que en estos tiempos es posible hablar del tema con cierta o total libertad, palabras que fueron las más beligerantes entre las dichas por los ponentes, puesto que Molina apeló al agnosticismo, y solo se mostró en contra de los fanatismos religiosos y las afirmaciones anticientíficas, como el creacionismo que defendía el rabino. Boteach llevó su capcioso discurso al límite cuando afirmó que el régimen genocida de Camboya lo fue por culpa de su supuesto ateísmo. Ello terminó por enfadar a la escritora francesa, que tuvo las palabras más duras contra él. Por su parte, Juan Soler vino desde Barcelona para representar su espectáculo "El Poder de la Mente", en el que dobló cucharas y realizó algunos trucos de magia, mientras hablaba sobre el escepticismo organizado y el pensamiento crítico. Próximas ediciones El "Ser Creativo" se ha mostrado como un escaparate con gran efecto multiplicador del discurso de los ponentes. 21 minutos, lema del congreso (foto: El Ser Creativo). monólogo de humor, y arrancó la sonrisa del público con frases que podrían ser divertidas en otro contexto, pero que en su caso resultan ser una defensa del judaísmo más reaccionario. Su charla versó sobre las relaciones hombre-mujer, encerrando un claro machismo que edulcoró con sus chistes. Sin embargo, sacó a relucir su verdadera imagen en el posterior debate sobre la existencia de Dios, llegando a irritar a Corinne Maier en el único instante tenso de todo el congreso, como más adelante se indica. Para poder escuchar a Wang Xiaoping, se tuvo que montar una parafernalia de traductores y asistentes desde China. La líder del partido comunista venía a hablar de la aplicación de la tradición filosófica de su país en la educación moderna. Pero su discurso, difícil de sostener en teoría, se quedó en FRASES PARA LA POLÉMICA «Dios es cada vez más pequeño y la ciencia cada vez más grande» (Eduard Punset). «En el futuro viviremos 1000 años» (Aubrey de Grey). «Europa no es un lugar, sino una idea» (Bernard-Henri Lévy). «Podremos ser invisibles, viajar por el tiempo, y teletransportarnos» (Michio Kaku). «Si queremos vivir más profundamente tenemos que vivir más despacio» (Carl Honoré). «La familia es la primera cárcel del espíritu» (Corinne Maier). «El amor es todo química» (Helen Fisher). «El alma está en el cerebro» (Eduard Punset). el escéptico 32 La próxima edición, esta vez en el Palacio de Deportes de la Comunidad de Madrid, volverá a contar con Aubrey de Gray, Eduard Punset, Bernard Henri-Lèvy, Wang Xiao Ping, Mario Molina y Mario Alonso Puig, mientras que se anuncian más nombres controvertidos como Dean Hamer, autor de "El gen de Dios", o Piers Corbyn, quien afirma que la causa del cambio climático está en el Sol. Se nos antoja, pues, necesaria la presencia de voces a favor del pensamiento crítico en el foro que aporten una perspectiva racional al debate de estas ideas. La campaña publicitaria tuvo gran repercusión mediática gracias a sus provocativas frases (foto: El Ser Creativo) 33 el escéptico