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La ignorancia es contagiosa La importancia del pensamiento crítico en la gestión medioambiental Ian Woodward El doctor Ian Woodward es científico medioambiental y antiguo director del organismo de protección del medio ambiente del gobierno de Tasmania. Su compromiso con la importancia del pensamiento crítico en los debates públicos sobre medio ambiente viene de lejos (iwoodward@pittsh.com.au). E n 1506 España y Portugal sufrieron el acoso de la Inquisición Española y de la Peste Negra, y alguien tenía que ser culpado por ello. Los convertidos de manera forzosa al cristianismo los conversos- fueron los principales candidatos. Durante aquellos años una extraña luz fue vista cerca de un crucifijo en un monasterio, y fue promovido por los frailes y tomado por el populacho como un milagro, un claro símbolo de que la iglesia les protegería de los horrores de la plaga. Sin embargo, un individuo, que además era converso, cometió la temeridad de sugerir que aquello puede que no fuera un milagro sino simplemente la luz de una vela, tal vez puesta ahí por los propios frailes. Ante tal blasfemia, los ofendidos feligreses arrastraron al hombre a la calle, le golpearon y prendieron fuego, acabando con su vida. Alentados por los frailes, los feligreses recorrieron las calles capturando Los humanos se contagian el pánico rápidamente, y el comportamiento de las muchedumbres en momentos de terror normalmente desemboca en desgracias. conversos y poniéndoles en piras. Cuando la violencia cesó casi 2.000 conversos habían sido quemados hasta la muerte. Los humanos se contagian el pánico rápidamente, y el comportamiento de las muchedumbres en momentos de terror normalmente desemboca en desgracias. La violencia de las multitudes es el resultado más dramático de este problema, pero la historia está llena de ejemplos de pensamiento grupal irracional, e incluso en nuestra propia sociedad local, con nuestros asuntos locales, todos somos vulnerables de sucumbir a la mentalidad de la masa. El pánico ciego era, sin duda, claramente beneficioso mientras evolucionábamos en la planicie africana. Si alguien gritaba "¡un león!", no es probable que sobrevivieras mucho tiempo si te parabas a preguntar "¿estás seguro...?". El mensaje de la Selección Natural es que huyas sin pensar. Es muy fácil convencer a la gente de que una falsa afirmación sobre seguridad ("los leones nunca nos harían daño") es mentira, pero los humanos se contagian el pánico rápidamente, y el comportamiento de las muchedumbres en momentos de terror normalmente desemboca en desgracias.. Y cuando echamos a correr, lo mejor es correr en la misma dirección que todos los demás. Las multitudes dan seguridad. Si nos separamos de la multitud, es mucho más probable que nos alcance el león. Y así es también en los debates públicos medioambientales. Los asuntos relacionados con el medio ambiente tienen una audiencia pública que responde de manera asimétrica a la información. Cuando una falsa afirmación de que algo terrible puede ocurrir se instala en la mente de la comunidad es prácticamente imposible erradicarla, da igual lo cristalinas el escéptico 54 Quema de judíos durante la Peste Negra. 1349. que sean las evidencias científicas en su contra. Y aquellos que deciden cuestionar la visión predominante ("puede que sólo sea una roca") probablemente sean rechazados en cualquier circunstancia. Esto se ha hecho especialmente evidente en los últimos años. El proyecto de crear una fábrica papelera en Tasmania es un gran ejemplo. Irónicamente, creo que este fortalecimiento de la respuesta asimétrica viene de la mano del aumento de la conciencia medioambiental del público. Digo irónicamente, porque ese aumento de la conciencia medioambiental no equivale a un aumento en los conocimientos sobre el tema. Es como si la sombra del león se hubiera hecho más grande, no como si se conocieran más detalles del león en sí. Ahora, por ejemplo, nos enfrentamos a una amenaza medioambiental tan grande como el propio mundo el cambio climático- mientras que hace tan sólo unos años las amenazas ambientales eran locales, y podía delegarse en los demás la responsabilidad de preocuparse, siempre que fueran sus problemas y no los nuestros. En la mente del público todas las amenazas medioambientales se han hecho más grandes como consecuencia de la sombra global del cambio climático. Otro componente de la ironía es que el público cada vez sospecha más y espera un mayor escrutinio de nuevos desarrollos, a lo que los reguladores responden exigiendo aún más y más detalladas medidas medioambientales, a pesar de que el volumen y la complejidad técnica de dicha información hace que sea menos probable que el público la lea o la entienda. Por ejemplo, virtualmente cada individuo de Tasmania tiene una opinión una fuerte convicción- sobre los probables impactos ambientales de la papelera de Gunns en Bell Bay, al norte de Tasmania, pero estimo que menos de un 1% de la población se habrá leído la documentación. El público obtiene su información de los medios de comunicación y del cotilleo, ambos notablemente incapaces de informar sobre asuntos técnicos. El público se aferra a mensajes simples, y deja que los mensajes complejos se le escapen. En Tasmania, el mensaje conservacionista ha calado con intensidad porque su mensaje es muy sencillo de entender cambiar o no cambiar. Tanto el público como los medios de comunicación confunden la conservación con la gestión medioambiental. La conservación es simple y clara. La gestión medioambiental es complicada, liosa, y apenas es comprendida por el público y los medios. Requiere un mayor esfuerzo intelectual. El público obtiene su información de los medios de comunicación y del cotilleo, ambos notablemente incapaces de informar sobre asuntos técnicos. 55 el escéptico Los periodistas la gente que informa al público- son tan vulnerables al miedo como cualquier otro individuo, y tienen las mismas dificultades para entender información técnica. También ayudan a propagar el pánico (es parte de su trabajo). Los lectores están más interesados y más alerta sobre historias que asustan que sobre historias que tranquilizan, y los medios de comunicación les proveen con aquello que quieren, creando un bucle retroalimentado de miedo, historia, más miedo y más historias. Puede que nos guste pensar que los "periodistas serios" hacen un mejor trabajo, pero es una esperanza ilusoria. ¿Cuándo fue la ultima vez, por ejemplo, que viste a periodistas dejando en evidencia a los que se oponen a algún tipo de proyecto industrial, haciéndoles a ellos las preguntas difíciles? Este tipo de historias periodísticas siempre considera a los que van a llevar a cabo un proyecto como los malos, mientras que los que se oponen siempre son los frailes. Los periodistas son tan asimétricos como el público en toda su extensión. No están interesados en señalar la vela en el monasterio. La disonancia cognitiva, que es la tendencia de la gente a no asumir que comete errores, exacerba esta situación. Antes que admitir un error, la gente tiende a atrincherarse todavía más en su postura. Una vez que alguien ha expresado públicamente una opinión sobre algo (ya sea al público en general o a su grupo de amigos), es muy poco habitual que se retracten, especialmente si el asunto es controvertido; al contrario, la gente suele afianzarse más en su postura y a justificar con más energía su punto de vista. George Bush y la guerra de Iraq es un ejemplo obvio en la escena mundial, pero también funciona a escala local, incluyendo los asuntos medioambientales. Alguien que se haya opuesto públicamente a un nuevo desarrollo (como la papelera) tendrá graves problemas para escuchar o para aceptar argumentos científicos que sean contrarios a ese punto de vista, ya que aceptarlos supondría admitir que, desde un primer momento, estaban equivocados. También es probable verlos cayendo en sesgos de confirmación, que significa que selectivamente descartarán información contraria a su punto de vista y aceptarán información que la apoya. Debido a la disonancia cognitiva, antes que admitir su error, la gente se hace más dogmática y cerrada en sus posturas. Una tendencia asociada es que la comunidad se vuelva más extrema y más determinada a que sus opiniones "ganen". Lo que debería ser una discusión racional se convierte Activistas anti-papeleras protestan fuera del Banco Macquarie AGM en Melboune. (Foto: ABC News) ¿Qué es pensamiento crítico? Tal vez la manera más sencilla de describirlo sea pensando en términos relacionados, como pensamiento científico, pensamiento racional, pensamiento escéptico y pensamiento lógico. en una pelea con uñas y dientes en la que el objetivo es la victoria en si misma, simplemente porque odiarían perder contra alguien al que han demonizado. En muchos casos, la gente también usa su oposición expresa a un proyecto como una manera de describirse a si mismo y sus valores, como una especie de chapa en la solapa. "Me opongo al proyecto X, demostrando así qué tipo de persona soy. Encajo perfectamente en mi grupo social". Un tercer componente de la ironía es la hipocresía del público. Ante las demandas de la comunidad, la industria ha de saltar sobre todo tipo de trabas para que sus proyectos sean aceptados. La industria prepara sus requerimientos ambientales, implementa sus planes de gestión y monitoriza su gestión medioambiental. La comunidad hace muy pocas de estas actividades para consigo misma, a pesar de que su impacto ambiental es muy superior al de la industria. Es la comunidad la que crea las aguas residuales, conduce coches, quema leña, usa la electricidad o tala bosques para cosechas o viviendas, todo sin declaraciones de impacto ambiental... y es la comunidad la que compra los productos de la industria que vilipendia. Ante este panorama, ¿Qué deberían hacer los trabajadores ambientales? ¿Existe una salida? Pues sí. Creo que sí. Pero requiere esfuerzo y trabajo duro, y esto habitualmente está enfrentado con el pensamiento populista. Requiere pensamiento crítico. Los trabajadores ambientales tienen la responsabilidad de pensar críticamente y de ayudar a la comunidad a hacer lo mismo. ¿Qué es pensamiento crítico? Tal vez la manera más sencilla de describirlo sea pensando en términos relacionados, como pensamiento científico, pensamiento racional, pensamiento escéptico y pensamiento lógico. Básicamente, a lo que se refiere es a una manera de pensar en la que tu punto de vista sobre el asunto está basado en las evidencias, sin prestar atención alguna a giros, emociones o presiones grupales. Es importante e interesante- recalcar que el pensamiento crítico no es algo natural para la mayoría de personas. Habitualmente ha de ser aprendido. Es un trabajo difícil y va en contra de las tendencias naturales que nos han otorgado el escéptico 56 la selección natural y la evolución. Cuanto más lo practiques más fácil será, pero siempre requiere que te preguntes "¿Qué me están diciendo las evidencias?". El pensamiento crítico minimiza el riesgo de caer en las bien llamadas falacias lógicas, y me gustaría usarlas como una manera de resaltar como el pensamiento medioambiental suele ser cualquier cosa excepto crítico. Para hacerlo, he cogido prestadas algunas de una lista las 20 falacias lógicas que hizo mi podcast favorito, The Skeptics Guide to the Universe, que es un podcast semanal siempre muy informativo e interesante, y que por supuesto recomiendo. En la siguiente lista he mantenido las explicaciones originales de qué significa cada falacia, porque son interesantes en sí mismas. Para cada falacia lógica he propuesto un ejemplo relacionado con el medio ambiente. Reconozco que todos mis ejemplos son de oposición ilógica al desarrollo de proyectos industriales, y que, por supuesto, también los hay de apoyo ilógico a los mismos. Sin embargo, el sesgo es consistente con el tema de mi artículo, que los ejemplos de los que se oponen superan con creces a los ejemplos de los que apoyan. Estos ejemplos pueden ayudarnos a pensar sobre las trampas en las que podemos caer y, por tanto, prepararnos a nosotros y a los demás para evitarlas. Siendo conscientes de estas trampas, y trabajando duro para evitar ser arrastrado hacia el lado irracional de los debates ambientales, podemos ayudar a separar la toma de decisiones sobre el medio ambiente de los lamentos un público pobremente informado y tratar de enfocar la atención donde debería estar: en las ciencias ambientales. Éstas son cosas que podemos y debemos hacer como activistas o trabajadores en temas medioambientales. Además, me gustaría añadir algunas reflexiones personales sobre el proceso de evaluación ambiental. En Australia, los distintos estados tienen sus propios pro- Es la comunidad la que crea las aguas residuales, conduce coches, quema leña, usa la electricidad o tala bosques para cosechas o viviendas, todo sin declaraciones de impacto ambiental... y es la comunidad la que compra los productos de la industria que vilipendia. cesos de evaluación ambiental, bajo su propia legislación, pero la evaluación generalmente implica la preparación de algún tipo de informe sobre los efectos en el medio ambiente. Normalmente la documentación de evaluación incluye tanto una descripción del desarrollo propuesto, como una descripción de cómo será gestionada desde el punto de vista ambiental. Ambas van integradas en un mismo documento para una resolución única. Conceptualmente es una buena idea, y nos ha servido razonablemente bien para evaluaciones que tienen un bajo perfil público, sobre todo. No creo, sin embargo, que sea útil para proyectos que tienen una gran visibilidad pública. Una vez que una evaluación ambiental llega a la discusión pública, se traslada a otro planeta, el Planeta Pánico. En proyectos de mucha visibilidad pública, el aumento de Famoso logotipo con el Sol sonriente utilizado en todas las protestas antinucleares desde que fuera creado en abril de 1975. Fue diseñado por Anne Lund y Søren Lisberg, que por entonces tenían 21 años y estaban en la organización OOA (Organisationen til Oplysning om Atomkraft = Organización de Información de la Energía Nuclear), que organizó la campaña danesa antinuclear (Foto: archivo) 57 el escéptico los requerimientos ambientales que he descrito anteriormente significan que el documento de efectos medioambientales se hace mucho más difícil y caro para los promotores (un gasto en el que deben incurrir incluso antes de saber si tienen o no un proyecto) y más complicado de evaluar para los reguladores, mientras que la probabilidad de que el público lea y comprenda la mayor parte de la documentación técnica preparada al efecto disminuye más y más. Los reguladores sienten, también, la presión del público, que lanza dardos sobre las propuestas de proyectos impopulares. Y cuanto más controvertido es un proyecto, mayor es el número de dardos que se lanzan con la esperanza de desangrar el proyecto hasta su muerte. Los reguladores, como humanos que son, tienden a protegerse de las críticas de una evaluación inadecuada requiriendo un estudio o un plan de gestión para cada dardo que se clava, e incluso para algunos de los que caen al suelo. Todos los dardos duelen igual y tienden a ser tratados de manera idéntica, sea cual sea su validez medioambiental o su prioridad. Creo que el resultado es que la evaluación medioambiental en proyectos públicos y controvertidos está convirtiéndose en algo excesivamente grande, con tendencia a abarcarlo todo y a conocerlo todo. Ser precavido está siendo sustituido por ser excesivamente cauteloso. Las evaluaciones terminan envueltas en una niebla de información de la que sólo la desinformación populista sobresale. Es habitual que el público fuerce a promotores a invertir en aspectos insignificantes desde el punto de vista medioambiental, pero muy relevantes desde el punto de vista político, simplemente para superar las trabas de aprobación. Este dinero estaría mucho mejor invertido en la gestión medioambiental del proyecto en sí. Para arreglar estos problemas, en proyectos de alto interés público, sería interesante que la propuesta general y la de la gestión medioambiental fueran separadas en distintos procesos de evaluación. Esto pudiera parecer un retroceso porque su integración hace unas décadas fue vista como un gran avance. Sin embargo, no estoy defendiendo que volvamos a donde empezamos, sino que hagamos la distinción como un paso más en la buena dirección. Los reguladores tienen en su haber que son pragmáticos y de facto hacen precisamente esto bajo el sistema actual; no es raro que den un aprobación condicional a los planes de gestión medioambiental ya preparados para su posterior aprobación. Sin embargo, el sistema actual fuerza a los reguladores a moverse en límites como éste, y creo que En la fase de evaluación de la gestión medioambiental, la autoridad evaluadora podría establecer directrices y el promotor prepararía un plan que se ciñera a éstas. su pragmatismo resalta la necesidad de un cambio. En proyectos de gran visibilidad pública, creo que la evaluación de la propuesta de desarrollo debería ir primero, en forma de una propuesta con los puntos clave de la parte medioambiental. La autoridad evaluadora podría valorar la descripción y las lineas maestras identificando los requisitos medioambientales que deben ser cumplidos para que el proyecto sea aprobado. Estos requisitos estarían restringidos a lo fundamental, preguntándose ¿Hay algo fundamental que signifique que el proyecto debe ser rechazado? Algunos ejemplos pueden ser el potencial para causar daños ambientales irreparables, la inevitable pérdida de una población de especie amenazada o la emisión de un contaminante para el que no hay tecnología que garantice la calidad del agua en el entorno circundante. Los promotores entonces deberían estudiar estos asuntos y preparar un informe sobre estos requerimientos que sería sometido a un proceso de evaluación pública. Podría haber distintos niveles de evaluación, dependiendo del grado de desarrollo y de la importancia de las cuestiones. El resultado de esta evaluación debería ser una decisión de sí o no sobre si el proyecto puede, en principio, llevarse a cabo. La decisión debería basarse en consideraciones muy específicas, sin la niebla de las demandas de información y la sobrecarga de asuntos que no son fundamentales. Si la decisión es favorable, esto no significaría que ya pueden empezar a construir, sólo que ya pueden encargarse de la fase de gestión ambiental. Empezarían a encargarse de esta fase sabiendo que en su propuesta no hay suelto ningún cabo fundamental, y que tiene sentido su inversión en los estudios e investigaciones necesarios para preparar el plan de gestión medioambiental. En la fase de evaluación de la gestión medioambiental, la autoridad evaluadora podría establecer directrices y el promotor prepararía un plan que se ciñera a éstas. Después el plan debería ser sometido a escrutinio público y evaluado por la autoridad competente teniendo en cuenta los comentarios de la comunidad y solicitando enmiendas en caso de necesitarse. Si la autoridad evaluadora está de acuerdo con el plan definitivo, se aprobaría y, ahora sí, se podrían empezar las obras. Si el promotor no fuera capaz de preparar un plan de gestión medioambiental adecuado, el proyecto se paralizaría. El derecho de apelación debería estar restringido a si la decisión sobre el plan de gestión medioambiental es razonable, y en ningún caso sobre los requisitos. La sugerencia anterior podría ser interpretada como algo favorecedor para los promotores, pero no es así. Un proceso como el propuesto sin duda haría más fácil a los promotores entender y actuar sobre lo que es importante en el plano ambiental, y permitiría enfocar mejor su inversión y esfuerzos, pero esto no significa que las exigencias medioambientales se vean alteradas o debilitadas en ningún caso. Al contrario, significa que la información preparada y utilizada para la evaluación de su propuesta estará bien dirigida y será relevante y eficiente. La propia toma de decisiones podría ser más relevante, eficiente y estar mejor dirigida. Y así, el debate medioambiental podría ser más racional (totalmente racional probablemente no pueda serlo nunca) y las medidas de gestión que surjan responderán a cuestiones de la ciencia ambiental, no a sensibilidades políticas. El beneficiado sería el medio ambiente. el escéptico 58 Cartel protesta contra papelera en Tasmania (Foto: Stephen Barnett, www.flickr.com/photos/httpwwwflickrcomphotostopend/with/500314122/) Falacias lógicas en gestión medioambiental Un argumento ad hominem es el que intenta oponerse a las afirmaciones o conclusiones de un individuo atacándole a él personalmente, no a sus afirmaciones. Los crédulos lo utilizan muchas veces con los escépticos diciéndoles que no tienen la "mente abierta". Los escépticos caen en esta trampa cuando, para desacreditar las palabras de un ufólogo lo catalogan de estúpido o de loco. Ejemplo ambiental: Es muy habitual. Los que se oponen a un determinado proyecto demonizarán al promotor del mismo, atacándole personalmente (ya sea a la empresa o a la cabeza visible) y dejando de lado las evidencias. Siendo la naturaleza humana como es, es una buena táctica. Es muy fácil convencer al público para que odie a un promotor demonizado, y esto aleja la atención de la evaluación de las consideraciones medioambientales y las sustituye por una elección entre "buenos" y "malos". Y dada esta (falsa) elección ¿quién elegiría a los malos? También los trabajadores ambientales pueden ser víctimas de tales ataques, con los opositores intentando desacreditarles por haber estado en contacto con "los malos". Declarar como verdadera una afirmación porque un individuo o grupo percibido como autoridad en la materia así lo dice. A menudo este argumento se enfatiza con los años de experiencia o las titulaciones Ad hominem (atacando a la persona) que poseen los individuos que hacen la afirmación. Es razonable dar más credibilidad a las afirmaciones de alguien con la educación y los credenciales adecuados, y a sospechar de las afirmaciones de alguien en un área en la que no tiene experiencia, pero la veracidad o no de una afirmación debe sostenerse por sí misma y por las evidencias, y no por la autoridad de la persona que la realiza. Ejemplo ambiental: Es un clásico en los debates medioambientales, y normalmente retorcido no hacia autoridades científicas alternativas, sino a famosos de cualquier tipo (estrellas de cine, músicos...) que se suman a las campañas de protesta. La gente conoce a estos famosos, piensan que son importantes por su perfil público y les otorga un aura de credibilidad por ese mismo motivo. Sin embargo muchos de estos famosos son de los más ignorantes en lo que respecta a ciencia medioambiental que podemos encontrar en nuestra sociedad. Es mucho más probable que hayan estudiado artes y no ciencias y, sin embargo, su oposición al proyecto es vista como una confirmación de que oponerse es lo bueno. No puedo explicar o entender algo, por lo tanto no puede ser verdad. Por ejemplo, los creacionistas argumentan orgullosos que no pueden imaginar que la complejidad de la vida es resultado del azar y la selección natural. Ejemplo ambiental: Argumento de la propia incredulidad Argumento de autoridad 59 el escéptico La Reina del Carnaval de Gualeguaychú 2006 protesta en la cumbre de presidentes europeos y latinoamericanos, 12 de mayo de 2006 (Foto: www.esacademic.com). Reducir arbitrariamente un conjunto de posibilidades a sólo dos. Por ejemplo "si no estás con nosotros, estás contra nosotros". Ejemplo ambiental Los debates ambientales son reducidos a menudo a una decisión de "blanco o negro". Por ejemplo "si hay algún riesgo entonces el proyecto no debe llevarse a cabo, sean cuales sean sus beneficios". De hecho, cada cosa que hacemos conlleva unos riesgos y constantemente tomamos decisiones sopesando riesgos y beneficios. Esto mismo debería aplicarse a las decisiones medioambientales. Los riesgos ambientales deberían valorarse junto con los beneficios económicos y sociales, para tomar una decisión ponderándolo todo, y no reduciéndolo a "o blanco o negro". Las decisiones de "sí o no" pueden ser adecuadas para la toma de decisiones en lo que respecta a conservación, pero no para tomar decisiones ambientales. Aplicar unos criterios o normas a una creencia, afirmación, argumento o posición, pero no a otros. Por ejemplo, algunos grupos de defensa del consumidor promueven que necesitamos una regulación más estricta de las medicinas con receta médica para garantizar su efectividad y seguridad, pero, a la vez, piden que las hierbas medicinales puedan venderse sin regulación de ningún tipo, y sin que se prueben ni su seguridad ni su efectividad. Ejemplo ambiental: Es casi la postura de facto de la mayoría de la sociedad en relación con el medio ambiente, especialmente cuando comparamos sus exigencias a la industria, para que lleven a cabo mejores y más caras políticas de protección medioambiental, a pesar de su escasa o nula voluntad de pagar (a través de tasas o impuestos) mejoras que supondrían un mejor desempeño ambiental por su parte (mejor recolección y tratamiento de basuras, menor emisión de CO2, etc). Consiste en mover alejar- arbitrariamente los criterios de "prueba" o aceptación más allá de cualesquiera que sean las evidencias actualmente disponibles. Ejemplo ambiental: Mover la meta es muy habitual en las evaluaciones ambientales. Por ejemplo, en las directrices ambientales, como pueden los límites de emisiones, se establecen unas determinadas para que los promotores las cumplan. Si éstos demuestran que emitirán aún menos que lo exigido, se les ajustarán aún más. Es habitual que se defienda "mover la meta" arguyendo que promueve una mejora ambiental permanente. Sin embargo, esto es un razonamiento Falso dilema Inconsistencia "Es imposible que algo tan grande no destruya el medio ambiente, así que no debemos permitir que se construya" Este falacia es usada frecuentemente para dar a una correlación estadística una interpretación de causa y efecto. Por ejemplo, durante la década de los 90 tanto el número de consumidores de drogas ilegales como el de asistentes a las iglesias creció. Sería falaz concluir que, por lo tanto, ir a la iglesia incita al consumo de drogas. O que el consumo de drogas incita a visitar la iglesia, o que tanto el consumo de drogas como ir a misa han aumentado por una tercera variable, como por ejemplo un aumento de la inestabilidad social. También es posible que ambas variables sean independientes la una de la otra y que sea una coincidencia que ambas crezcan a la vez. Ejemplo ambiental: Es un ejemplo muy habitual en los debates sobre cambio climático. A pesar de que hay muchas y muy fuertes evidencias que apoyan que el cambio climático está inducido por los seres humanos, eso no significa que la próxima sequía, el próximo ciclón o la próxima inundación esté causada por el cambio climático. Estos acontecimientos no tienen por qué estar relacionados con el cambio climático. Aunque el hecho de que el cambio climático se haya abierto paso hasta el debate público es una buena noticia, lo ha hecho de una manera tan explosiva que debemos ser cuidadosos y no atribuirle cualquier acontecimiento climatológico extremo. Siempre los ha habido y siempre los habrá, esté pasando lo que esté pasando con el clima a escala global. Correlación no implica causa Blanco móvil el escéptico 60 post hoc. Puede que no haya un beneficio ambiental tangible por reducir aún más los límites, y, de hecho, la asunción de que reducir las emisiones siempre produce un resultado ambiental mejor es en sí mismo una falacia. Pongamos, por ejemplo, los limites de nutrientes emitidos. Puede ser que ya sean mucho más bajos que lo que otras fuentes naturales aportan al entorno, por lo que forzar una reducción de éstos puede no tener ningún beneficio. Cuando se afirma que una creencia particular es cierta porque no podemos probar su falsedad. Por ejemplo, los defensores de la percepción extrasensorial exageran sobre lo poco que sabemos todavía de nuestro cerebro, intentando pasarlo como evidencia de que sus afirmaciones son ciertas. Ejemplo ambiental: En debates medioambientales esto puede aparecer en forma de "No has analizado cada metro cuadrado de lo que quieres que sea tu mina, por lo que probablemente haya especies amenazadas que no hayas visto. Tu proyecto las matará, asi que no deberías seguir adelante". Latín para "no se sigue". Se refiere a un argumento en el que la conclusión no necesariamente sigue a la premisa. En otras palabras, se establece una conexión lógica donde no la hay. Ejemplo ambiental: El "principio de precaución" ambiental tiene, desde mi punto de vista, el dudoso honor de ser uno de los documentos peor escritos de los que circulan por ahí. A lo mejor los burócratas tenían prisa en los "bastidores" de la convención de Río de Janeiro, pero de alguna manera consiguieron introducir una triple negación en el texto. "... ausencia de certeza... no debería utilizarse... para postergar...". A pesar de todo, es un buen principio. Fue rápidamente adoptado en las legislaciones ambientales de buena parte del mundo, incluyendo Australia, y ahora es tan ubicuo como el teclado QWERTY. Sin embargo, es utilizado erróneamente muchas veces, argumentando que, salvo que un proyecto pueda demostrar que no tendrá un determinado impacto ambiental, no debería ser aprobado. No puede deducirse del Principio de Precaución que los proyectos deban demostrar una negación. Argumentar contra una posición creada específicamente para ser sencilla de rebatir, y no contra la posición que de hecho sostienen los que se oponen a tu punto de vista. Ejemplo ambiental: A escala de proyecto, por ejemplo, hay dos fábricas de papel propuestas para su construcción en Tasmania. Una es la fábrica real, la que será cons- Argumento ad ignorantiam truida realmente, y la otra es una fábrica de fantasía que los opositores al proyecto han creado en la mente de la ciudadanía. La fábrica de fantasía produce todo tipo de horribles impactos ambientales, ninguno de los cuales está apoyado en evidencias científicas sólidas. A más pequeña escala, es habitual que se escojan sólo unos pequeños fragmentos de información de las evaluaciones ambientales y citarlos de manera descontextualizada. Presentando esta información al público, puede hacer parecer que el proyecto propone algo terrible. Así, pueden atacar a esas cosas terribles creadas por ellos mismos. Esta falacia lógica consiste en argumentar que una postura no es consistente o válida porque aceptarla significa también aceptar su caso más extremo. Sin embargo, posiciones moderadas no tienen por qué conducir inevitablemente a caer por esa pendiente. Ejemplo ambiental: Es probablemente más habitual en la planificación de decisiones que en las decisiones ambientales. Sería algo así: "si se aprueba este proyecto habrá una explosión de proyectos similares que nos saturarán". Una tautología es un argumento que utiliza el razonamiento circular, lo que significa que la conclusión es también su propia premisa. La estructura de un argumento así es A=B, por lo tanto, A=B, aunque la premisa y la conclusión pueden estar formuladas de manera diferente para que no se note. Por ejemplo, afirmar que el toque terapéutico funciona porque manipula el campo vital es una tautología porque la definición de toque terapéutico es precisamente la manipulación (curiosamente sin contacto físico) de ese campo vital. Ejemplo ambiental: Un ejemplo ambiental puede ser argumentar que un proyecto es malo porque, si no lo fuera, no estaría todo el mundo en su contra. Literalmente "tú también". Es el intento de justificar un error o equivocación porque alguien también lo comete. "Mis pruebas puede que no sean válidas, pero las tuyas tampoco lo son". Ejemplo ambiental: Un ejemplo podría ser afirmar que un proyecto particular ha de ser rechazado porque uno similar ya fue rechazado en algún otro lugar. Traducción de Borja Robert. Artículo publicado originalmente en "The Skeptic" La pendiente resbaladiza Non sequitur Tautología Tu quoque Hombre de paja 61 el escéptico